lunes, 17 de agosto de 2015

EL BOTÍN DE PODESTÁ



   El que gane se clasificará campeón. Central busca el gol. 42 minutos del primer tiempo. Tiro libre sobre el arco de Newell's. Corre José Podestá y saca un remate rasante y cruzado. El arquero Vogler resbala, pierde equilibrio. La pelota pasa sobre su cuerpo. Gol... y delirio en la hinchada centralista.

   En el segundo tiempo Central se defiende, los rojinegros atacan pero no pueden. Pitada final del arbitro José Galli. En cancha de Newell's, Rosario Central es cam­peón del torneo 1928.

Y el símbolo del festejo será el botín de Podestá.

Los hinchas ingresaron a la cancha, llevaron en andas a los campeones, los juga­dores finalmente se fueron a los vestuarios y a un grupo de simpatizantes se les ocu­rrió la idea. Lograron entrar al camarín centralista y se apoderaron del botín derecho con el que el centrodelantero había marcado el gol que valía un campeonato. Improvi­saron un palo como asta, colocaron el botín en la punta y salieron en marcha desde el Parque Independencia.

Tomaron la avenida Pellegrini, en el camino otros hinchas se sumaban a la carava­na, mientras se multiplicaba la exteriorización del júbilo con cánticos dedicados a los newellistas. Los que lideraban el grupo teman claro ya el destino final: al llegar a calle Mitre desviaron hacia el centro, y la columna se dirigió hacia el café de Celli -frente al teatro Olimpo-, lugar de encuentro de simpatizantes y jugadores de Newell's.

Cuando la caravana llegó recibió piedras y otros proyectiles. Y comenzó una pelea que se extendió a distintas calles céntricas de la ciudad. Fue una gresca callejera muy dura.

Pese a todo, la hinchada "canalla" logró salvar el símbolo de esa tarde calurosa de diciembre, lo que había permitido ganar un nuevo campeonato: el botín de Podestá.

Fuente: Extraído del Libro “ de Rosario y de Central.” Autor Jorge Brisaboa. Editorial Homo Sapiens . Impreso de noviembre 1996