miércoles, 15 de julio de 2015

Los carnavales



La celebración anual de los carnavales -la fiesta pagana del rey Momo- daba lugar a la participación masiva en los festejos, como lo implosión de una contenida ansiedad popular. Era frecuente el enmascaramiento casi colectivo de la concurrencia a bailes y corsos. Estos  se realizaban hacia el sur, por Av. Arijón y calle San Martín; en barrio Echesortu sobre Bv. Avellaneda, desde Córdoba a San Juan; en Arroyito por Av. Alberdi y los más elegantes en la calle Córdoba y Av. Pellegrini, donde las damas rosarinas desfilaban en carruajes ornamentados tirados por briosos corceles. En estos corsos desfilaban además de los disfrazados -"mascaritas"- grupos de "negros escoberos" que bailaban sus candombes, murgas que bailaban el charleston entre las que se destacaban "Los bataclanes", "El conventillo", "Los cariocas", "Los gitanillos", "La muchachada del centro" de la que era director Scalona. La comparsa más famosa, formada por centenares de participantes era "Ilusión de Pierrot" de la que era director Covelli y actuaban como violinistas Salvador Donnaruna y Pepe Costa. Esta comparsa efectuaba sus ensayos en la zona de Entre Ríos y Pasco. Durante muchos años mantuvo su supremacía sobre las restantes; no obstante "Cargamento Salvaje", con su personaje "Tarzán", en 1939 obtuvo el 1º premio en los corsos porteños de la Av. de Mayo.
Por la tarde se realizaban los llamados "Corsos de Flores y  por las noches a partir de las 20 horas, sonaba una bomba de estruendo y se comenzaba el desfile y el juego con serpentinas, aguas perfumadas y papelitos picados, hasta que a las 24 una nueva bomba anunciaba su finalización; entonces, los niños y mayores volvían a sus domicilios y los jóvenes corrían a los salones de baile hasta la madrugada.
Fuente: Libro Rosario Historia y Desarrollo. Recopilación Histórica de Alberto Campazas. Ediciones Pago de los Arroyos. 2º Edición 1996.