jueves, 19 de junio de 2014

LAS HUELLAS DE ONASSIS



La versión de una supuesta estadía de Aristóteles Onassis en Rosario, y tal vez en la zona prostibulario, en la década del 20 no es para nada imposible si se piensa que el luego multi­millonario armador griego em­barcó en el buque de inmigran­tes "Tomaso di Savoya" el 27 de agosto de 1923 y vivió en Buenos Aires hasta 1931 -año en el que fue designado cónsul suplente por el gobierno grie­go-desempeñando diversos em­pleos: lavaplatos, empleado en una lavandería y luego en la British Unitel River Píate Telephone Company la central Avellaneda.
Onassis se radicó primero en él barrio de la Boca, alquilan­do un cuarto sobre un salón de baile, para pasar luego a una pensión de Avda. Corrientes, entonces angosta, y después a una de calle Esmeralda. Fre­cuentó al "zar" de las empresas marítimas, Alberto Dodero y conoció entonces los entretelo-nes del negocio de barcos de transporte que lo enriquecería posteriormente.
La atracción de la vida prostibularia sobre este griego casi de leyenda, le venía de su ado­lescencia en Esmirna, donde frecuentaba asiduamente los prostíbulos del barrio Demiri Yolu, con sus camas de latón, y luego, de su vida en París, en el burdel de madame Claude. En Rosario, por su parte, sobre to­do en la zona de Saladillo, mu­chos griegos se radicaron para dedicarse al comercio y hasta no hace muchos apellidos co­mo Pilafis, Psarianos, etc., eran rastreables en ese barrio rosa­rino.
Fuente: extraído de la revista “Rosario, Historia de aquí a la vuelta  Fascículo Nº 8  de Diciembre  1990. Autor: Rafael Ielpi