miércoles, 20 de enero de 2021

OTRO TECNICO: LA MISMA MEDIOCRIDAD

 



Por Andrés Bossio 


Manuel Giúdice fue el técnico escogido para 1966. Antonino Spilinga, proveniente de Boca, Carlos Timoteo Griguol, de Atlanta, Enzo Gennoni, de Platense y Jorge José González, de Rácing, de Montevideo, fueron las incorporaciones de ese año que marcó un retorno feliz: el de Marcelo Pagan¡, que terminaba de jugar en el Internazionale de Milán. Caruso, Videla, el paraguayo Martínez, Ainsa, Pignani, Sarmiento y Poncini aparecería también ese año en primera división. 

La campaña estuvo signada una vez más por la mediocridad, rescatándose únicamente un tibio empate en Arroyito ante Newell's (O a O), del que hubo buen desquite en el Parque, donde Central ganó 2.a 0, con goles de Pignani y Poy. Fue el primer gol de Aldo en un clásico y el inicio de una serie —si bien no muy numerosa— decisiva para sellar resultados importantes en favor de Central y en los que Poy se erigió en primer protagonista. En definitiva, Central alcanzó a reunir 37 puntos en sus 34 presentaciones, como consecuencia de 10 victorias, 17 empates y 11 derrotas. 

Lo más importante de esos tiempos, sin embargo, no estuvo dentro del campo de juego sino fuera de él. A unos pocos kilómetros de Arroyito, en la hoy ciudad de Granadero Baigorria. Creada la nueva categoría de "Socios patrimoniales" —previa reforma de estatutos decidida en asamblea— se encaró con esos fondos y otros provenientes de distintas vertientes la construcción de la entonces llamada "Ciudad Deportiva y Villa Náutica de Rosario Central" en la llamada Quinta de Paganini, adquirida por el club. La obra despertó por entonces no pocos cuestionamientos; la mejor respuesta para aquellas críticas está hoy, a través de los años, en esa magnífica realidad que ha agrandado enormemente con el tiempo e espectro de la gran familia centralista. Ya la primera memoria de esos años daba cuenta de las enormes dificultades financieras que iba a acarrea el emprendimiento de semejan te empresa. Pero para hombres como Boerio, Jou, Rizzo Vesco, Diñeiro o Terzano, no había obstáculo capaz de frenar el crecimiento centralista Y la Ciudad Deportiva fue un realidad, acrecentando con los años para solaz y esparc miento del asociado auriazul. 


Fuente: Extraído de la Colección de Rosario Central. Autor. Andrés Bossio