Por Julio Chiappini
Muy sumaria biografía • de una primera etapa Enrique de las Mercedes Mosca nació en Santa Fe capital el 15 de julio de 1880 y murió en Buenos Aires el 22 de julio de 1950. Otro caso de consabida fuerza centrípeta.
Cursó estudios en el jesuita Colegio de la Inmaculada Concepción (bachiller en 1897); y se recibió de abogado en la entonces Universidad Provincial de Santa Fe. Esta universidad se instituyó por iniciativa del gobernador José Gálvez y fue inaugurada por Juan Manuel Cafferata el 30 de abril de 1890. Gálvez fue su primer rector. Los venturosos claustros duraron hasta 1919, cuando se creó la Universidad Nacional del Litoral. Eran lostiempos de la siempre alabada reforma universitaria. Con error. Pues se perdió el paradigma medieval: la universidad solo como centro de estudio e investigación.
La tesis de Mosca para ser letrado, aprobada en 1906, versó sobre las letras de cambio. Y en 1911, no contento, resultó electo diputado provincial. Pero no se incorporó a tan augustos recintos parlamentarios pues el gobernador Manuel Joaquín Menchaca, el primero electo en la Argentina bajo las reglas de la ley Sáenz Peña, le ofre
ció ,la cartera de instrucción pública y agricultura. Curiosa promiscuidad pero la política, nos dicen, es sorprendente. ¿Será para tanto?
Lo cierto es que Mosca, ministro de gobierno en 1914, se dedicó además al periodismo. Acaso conocía el dictamen de Walter Scott: "En los futuros siglos, la prensa será la ciencia del bien y del mal". Y cierto también, y si es que las crónicas esta vez no nos traicionan, que se desempeñó como diputado nacional, por la benemérita Unión Cívica Radical, entre 1917 y 1920. Y entre 19281930 por la U. C. R. Antipersonalista. Como dato peculiar, Mosca había sido electo en 1916 diputado nacional pero la Cámara le rechazó el diploma. En su lugar ingresó el cordobés Gustavo Martínez Zuviría. Pertinaz escritor que firmaba con un seudónimo: Hugo Wast.
El 9 de mayo de 1920 Mosca, sucediendo al caudillo rosarino Juan Cepeda, asumió como gobernador de la provincia. Completó su mandato de cuatro años. El vicegobernador fue el porteño Juan Luis Ferraroti (18831945). Pero como renunció antes de jurar, lo reemplazó el rosarino Clorindo Mendieta. Se ve que también en esos tiempos pasaban cosas como por arte de birlibirloque.
Lisandro de la Torre impugnó la elección de Mosca por fraudulenta. Hubo debate y se conservó el statu quo. Que a alguien siempre conviene. Los censores abogaban por la asunción de la fórmula Lejarza-Molinas. A uno le parece entonces que también en esos tiempos se cocían habas. El problema es cuando solamente se cuecen habas.
Al leer las "Obras completas" de Lisandro de la Torre, que en realidad se llamó Nicolás Lisandro, da la impresión de que fue un hombre de genio. Lo mismo si nos deleitamos con sus discursos parlamentarios. Para decirlo de un plumazo, resultó algo así como el "ala rubia" del socialismo de cátedra. Ya que era, cuando podía, un buen burgués. Su tesis doctoral abogó por el voto calificado bien que a nivel municipal. Y su vida social era la de un clubman aristócrata hasta presidente de la Sociedad Rural; vida burguesa salvo su largo período de ostracismo en la estancia de Pinas.
Refuerza su probable genialidad el hecho de que sobrellevó la cuota de abstracción y de aridez que se le exige al genio. Y una vida con sinsabores varios: lo cual completa el cuadro. Lo que sí, nunca se definió como socialista al estilo de dos grandes talentos: Alfredo Lorenzo Palacios y Juan Bautista Justo. Que era primo del general Agustín Pedro Justo. De buena presidencia aunque lo hayan encajado en "la década infame". En tanto, no está suficientemente probado que en 1932 le ganó con fraude las elecciones a de la Torre. Que era el preferido del salteño general Uriburu. Fallecido en París ese mismo año.
Si de la Torre no se definió como socialista, mucho menos como parte del estalinista y burocrático comunismo de época. Así denunciado incluso por Jorge Abelardo Ramos.
2- La gobernación
En nuestra modesta "Historia de los gobernadores de la provincia de Santa Fe" opinamos que Mosca ejerció un gobierno progresista. Sobre todo respecto a la educación pública. Que según los sesudos políticos "no es un gasto, es una inversión". Pasa que esto, para la contabilidad pública, no es así: la educación es un gasto. Luego veremos si dio resultados tan promisoria inversión. Seguramente que sí. La educación como conocimientos y como arte de soportar a los maleducados.
En tanto, mayores datos sobre la gobernación de Mosca pueden verse en Alberto P. Francioni: "Gobernadores de Santa Fe 1815-1995".
Cuando nuestro personaje asumió, asistió el Regimiento 9 de Caballería de Paraná. En el que el flamante gobernador había cursado el servicio militar. Algunos de sus ministros fueron Armando Antille, Rodolfo Candioti, Agustín Araya, Patricio Diez, Roque Coulin, Juan Arzeno, Ignacio Costa y Carlos Pita. El radicalismo santafesino padecía un a poco de desquiciado cisma ¿Por qué la política será tan beligerante? Sin dudas se trata de convicciones. No me digan, no, que es una vulgar puja por los cargos públicos.
3-Otras actuaciones políticas
El presidente Alvear nombró a Mosca interventor federal en Mendoza: 19241926. Y presidente del Consejo Nacional de Educación: 1926-1928. Esto último tras rechazar el ministerio del interior (la Capital Federal es el exterior?), vacante por la renuncia del tucumano Vicente C. Gallo. Sucedía que muchos radicales de ley reprochaban a Alvear apartarse de los ideales del partido. Incluso de ser un conservador desinhibido. Como sea, el día que asumió Alvear renunció a su afiliación partidaria. Alegó incompatibilidad moral. Otros presidentes de la Nación, en cambio, sumamente desaprensivos y recientes, se desempeñaron en simultáneo y lo más panchos, incluso, como presidentes de sus partidos. Desconocieron elementales principios republicanos y el ridículo.
4- El lado oscuro del jardín. Los años finales
Mosca estuvo preso en Martín García y en Ushuaia: 1931-1934. Su estrella parecía que se apagaba para siempre. No obstante, Benavente explicó que "No hay muertos políticos sino políticos muertos". A tal punto que en 1938 la fórmula presidencial radical fue AlvearMosca. Perdieron, por el enarbolado "fraude patriótico", contra Ortiz-Castillo. Stalin acababa de sentenciar que "no importan los sistemas electorales sino quién cuenta los votos". Luego trompeteó que "en la guerra, si no estás dispuesto a hacer cualquier cosa y la haces, ya has perdido' "Realpolitik' ¿no?
En 1940 Enrique, pues ahora lo llamamos así de puro confianzudos que somos, candidato a gobernador, otra vez, de Santa Fe. Víctor J. Vilela lo acompañó en la fórmula. Perdieron las elecciones. Pero no se desanimó: en 1946 candidato a vicepresidente cuando el dúo con el médico José P. Tamborini. La Unión Democrática. "Todos contra Perón". Perón-Juan Hortensio Quijano, correntino y radical, ganaron esos comicios. Celebrados el 24 de febrero de 19463 la fórmula Perón Quijano obtuvo 1.527.231 votos, contra 1.207.155 de la Unión Democrática. El principio de acción y reacción, tercera ley de Newton. Una revolución proletaria (y las hay) propinada a través de las urnas. Ya que como aleccionó Lenin, "toda clase social debe procurar los valores de la que le es inmediatamente superior". En el trance Perón mayormente contó, para vencer a una coalición de cinco partidos políticos, con los votos de las clases trabajadoras, las mujeres, los jóvenes, los desocupados o subocupados y los empleados públicos. Y con dos grupos se presión: las fuerzas armadas y la Iglesia. A las mujeres enseguida las recompensó con el voto femenino y hasta con el Partido Peronista Femenino. Y a los trabajadores con el sindicalismo y hasta con la CGT. De allí que retuviera el poder en 1952 y, por esos avatares de la historia, lo retomara en 1973.
Y ¿qué hubiera sucedido de haber perdido ese incipiente peronismo? Eso es la historia contra fáctica o ucronía de la historia. Uno tiene conjeturas pero mejor guardarlas por ahora. Perón, apellido que se escribe sin acento ortográfico pues es italiano, simplemente aprovechó la opresión que la burguesía ejerció, tras la revolución de 1930, contra las masas desposeídas. De allí que Arturo Jauretche dictaminó que "Perón no inventó el peronismo sino que el peronismo lo inventó a Perón". Una vez le comenté esa frase a Julio Bárbaro pero me retrucó, y la verdad es que con mucha simpatía, que le parecía "una pavada". Seguramente tenía razón. Claro que tener razones es otra cosa.
Hay líderes que advierten hacia dónde quieren ir las masas, y se ponen al frente. Y hay líderes que derechamente conducen las masas hacia donde ellos quieren. Perón estuvo entre los primeros. Fue sumamente hábil para conquistar el poder pero no para conservarlo. Lo mismo que Alfonsín. Ninguno de ambos tampoco construyó poder para después del poder. El peronismo, sin embargo, manteniéndose latente y latiente, resucitó. Se reencarnó. Ignoramos por cuánto tiempo pervivirá. Pues uno, y según una regla de Murphy, puede saber hacia dónde va la historia. Pero no hacia dónde irá después.
Entretanto y según un avispado antiperonista, "Perón hizo el bien e hizo el mal. El problema es que al bien lo hizo mal y al mal lo hizo bien". Borges fue más cáustico: "Los peronistas no existen. Solamente hay personas que dicen ser peronistas para obtener ventajas en la vida". Los peronistas y los "gorilas" son, entre sí, adversarios recalcitrantes. No obstante, a menudo hay cambios de camiseta: la política es muy funambulesca. Mientras, la palabra "gorila" viene de los años cincuenta, de La Reyista dislocada y su cántico "deben ser los gorilas, deben ser".
El peronismo carece de mayores rigideces. Y por ello, con cierta astucia, se lo califica como un "movimiento". Contingencia que permitió sus mutaciones a través de los tiempos. Fueron varias pero tampoco incontables: simplemente se hamacó según los humores de sus caudillos de turno. Sí fueron incontables, en cambio, casos como el del actor Lon Chaney: "el hombre de las mil caras". Como sea, es falsa la equiparación del peronismo con el fascismo. Ya que Mussolini tuvo gran base en la burguesía y en los estudiantes contra los obreros. A los que abominaba como comunistas. Por lo cual la estructura de lucha de clases respecto al peronismo fue a la inversa. En cambio ambos sistemas fueron democracias totalitarias: gobernaba la mayoría pero no respetaba a las minorías. Es la versión de Rousseau y la "volonté générale". La democracia anglosajona, en cambio, es liberal, es la de Locke. Gobiernan las mayorías pero respetan a las minorías. Son las repúblicas democráticas desarrolladas. Todo sin perjuicio del gracejo de Leo-nardo Favio: "Para nada me interesa la política. Soy peronista".
Se ha sostenido, y regresamos a las crónicas, que el entonces capitán Perón vivió unos días en nuestra ciudad tras o antes de casarse, en enero de 1929, con la rosarina Aurelia Tizón, Potota; fallecida joven, en 1938, de diabetes o cáncer según versiones. Una casa de altos en Paraguay y San Luis, esquina suroeste. Y según una por ahora nada probada leyenda, tuvieron una hija. Pasa que la historia, que es una ciencia con todas las barbas, me dicen omitió acreditar el asunto. Sobre el que en otra ocasión acaso volveremos.., con suposiciones. Aunque ya no pululen "más noticias para este boletín", como clamaba Radio Colonia hace más de sesenta años, seguramente sí las habrá para esta benéfica revista. Tan grata para leer, releer y conservar. Y para que la consulten los historiadores. Y tan imprescindible cuando se quiera reescribir la historia de Rosario tras los grandes hitos: Juan Alvarez y De Marco-Ensinck.
A Mosca, y retomamos, se le cuestiona haber reprimido movimientos obreros durante su mandato: casi 600 muertos. Derogar la Constitución de 1921; con desaprobación de Yrigoyen y encima con gran ira de los demócratas progresistas. Que para sus detractores son los "posrevolucionarios". Ya que, aducen, se acomodaron siempre tras cada revolución. También algunos abominan que Mosca haya sido abogado de empresas inglesas. La "pérfida Albión". Como sea, siempre se mantuvo, bien que en uno u otro ramal, en el legendario partido de Leandro Nicéforo Alem. Apellido turco: "estandarte". Otros políticos, en cambio, varían sus afiliaciones cada dos por tres: "Yo no soy el que cambia; son los gobiernos los que cambian". Al menos antaño sobrecogían estos trapecistas. Ahora creo que 'ya no. Bien que para los criticones de siempre hay un montón. Tantos, asestan, que si volaran taparían la luz del sol. Y algunos hasta se estrellarían contra Saturno.
Me parece que no es para tanto. Y que los corrosivos ¡son unos envidiosos!
5. Conclusiones
Ninguna. O rememorar que Perón alertaba: "Quien se mete en política echa su honor a los perros". Y para colmo Rabelais unos años antes: "El honor sin dinero es una enfermedad".
Nos confesamos devotos de las frases hechas. Lo que pasa es que la mayoría son o parecen, lo cual es casi lo mismo. sabias. La sabiduría en grageas. Mientras, y por nuestra parte, hasta cada momento.
Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario su Historia y Región “ Fascículo N.º 146 de Noviembre 2015