martes, 23 de julio de 2019

Trovadores rosarinos



Por Rafael Ielpi




Las experiencias tradicionales iban a sufrir una conmoción a partir de los inicios de la década del 60 con el llamado boom protagonizado por músicos, poetas y conjuntos como Los Chalchaleros, Los Fronterizos, Eduardo Falú, Jaime Dávalos y Manuel J. Castilla.

Es en esos mismos años cuando se produce en Rosario el surgimiento de uno de los grupos más relevantes del ulterior proceso de renovación, que derivaría en el llamado "Nuevo Cancionero": Los Trovadores del Norte, del que se desprenderían luego Los Trovadores, cuya musicalidad vocal e instrumental obtendría una vigencia perdurable.

El grupo había surgido en septiembre de 1956, a impulsos de Bernardo "Bolito" Rubín, como una cuasi orquesta que animaba peñas bailables con música instrumental y en ocasiones cantada, con integrantes eventuales cuya cantidad y calidad artística variaba según las etapas del conjunto. Hacia 1959, el conjunto estaba integrado 'por el ya mencionado Rubín, Francisco Romero, Carlos Pino, Raúl Garea y Yolanda Pedernera.

Un joven músico y arreglador vocal, Eduardo Hernán Gómez, formado musicalmente con Juan Gaggero y el padre Machado e integrante del Coro Estable dirigido por Cristián Hernández Larguía entre 1955 y 1959, tuvo a su cargo la elección del grupo folklórico para representar a la región en el Festival de la Juventud yios Estudiantes por la Paz y la Amistad, que en julio de 1959 se celebraba en Viena.

En diciembre de ese año, al regreso a Rosario, Rubín lo convoca como arreglador y armonizador, convirtiéndose en un cuarteto vocal ante el alejamiento de Garea y Pedernera. A la formación integrada por Romero, Pino, Rubín y Gómez se suma al poco tiempo, por las exigencias musicales crecientes que se imponen, el guitarrista Sergio "Chato" Ferrer.

Adquieren de ese modo la definitiva forma de quinteto y su particular estilo de ajuste vocal, disciplina musical, afinación permanente y novedosos arreglos e inician una carrera que tendría definitiva consagración popular dos años mis tarde en Cosquín, donde su versión de un viejo tema del Litoral, Puente Pexoa, se convierte en un suceso sin precedentes. La ulterior trayectoria, ya como Los Trovadores luego de la desvinculación de Rubín, sería aún más relevante, con una copiosa discografia, premios internacionales, actuaciones y giras por Europa y América latina, y una adscripción a las formas de renovación folklórica que los tendría como sus mayores exponentes.

En ese lapso, el grupo incorporaría a los mendocinos Héctor Anzorena, Damián Sánchez y Francisco Figueroa y posteriormente a Salvador Catramboni, Héctor Invernizzi y Popy Scalise, aun cuando la personalidad de Los Trovadores radicara sobre todo en las voces de Francisco Romero y de Carlos Pino, chaqueño nacido en Colonia Baranda, cuyo 'color" vocal sería inconfundible, y cuya-trayectoria solista y autoral sigue lozanamente vigente en la actualidad.

Fuente: Extraído de la colección de Vida Cotidiana de 1930-1960. Editado por el diario “La Capital.