lunes, 27 de mayo de 2019

GOLES POR AQUI, GOLES POR ALLA


Por Andrés Bossio

Para no perder la costumbre, Central comenzó con la irregularidad acostumbrada. Tras soportar en el inicio un insólito 10 a 2,ante Independiente en Avellaneda, le ganó a Platense 6 a 2 y perdió con Bánfield 4 a 3 y San Lorenzo 3 a 2. Repárese en este pequeño balance: en estos cuatro cotejos se convirtieron nada menos que 32 goles, a razón de 8 por partido.

Comenzaba a perfilarse desde las primeras fechas la extraordinaria capacidad de su línea delantera, cuya integra. ción llegó a equiparar los méritos de los mejores quintetos atacantes del elenco auriazu de toda su historia. Así es cóhoy los viejos centralistas qu evocan con nostalgia a Cagnotti, Gómez, Guzman, potro y García o a Salvia, Indaco, Luna, Rivas y Francia; a B. Vilariño, Funes, Bravo, Aguirre y Marracino o a la legendaria delantera formada allá por 1914 por Federico Flynn, Antonio Blanco, Harry Hayes, Enni Hayes y Fidel Ramírez; esos viejos centralistas —insistimos— conservan un sitial de privilegio para los más frecuentes titulares de 1948: Osvaldo Pérez, Benjamín Santos, Alejandro Mur, Luis Bravo o Juan Eduardo Hohberg y Antonio Vilariño. Es que a despecho de la pobrísima colocación final —superó apenas a cuatro de los quince equipos restantes que disputaron el torneo—fue el auriazul el ataque más efectivo y uno de sus integrantes, Benjamín Santos, se convirtió en el máximo goleador del año, halago por primera vez conseguido por un futbolista de Rosario Central en la historia del profesionalismo.

Con el último de los partidos mencionados (la derrota por 3 a 2 con San Lorenzo) se produce el estreno del nuevo director técnico de los equipos auriazules; debuta ese día Fermín Lecea, ex jugador que integró en la década anterior una pareja de "fulbacks" muy afamada por entonces, junto a Coletta, defendiendo la casaca de Independiente. Una semana antes, naturalmente, había cesado en el cargo Gerardo Rivas. Tras el mal estreno, Central dio un campanazo a la semana siguiente ya que le ganó en la Bombonera nada menos que a Boca (con Marante, Negri, Boyé, el brasileño Amalfi Yesso y el peruano Gómez Sánchez) por 2 a 1, con goles del "Tato" Mur y Santos. El equipo alterna victorias y derrotas, jugando al todo o nada (apenas registra tres empates en el año, los tres con el marcador en blanco). Y siempre con muchos goles de por medio. Victorias por 5 a 1 a Vélez, 6 a 1 a Lanús y 7 a O a Huracán contrastan con derrotas también abultadas (aunque no tanto) ante Rácing (5 a 2), Gimnasia (3 a 2) y Chacarita (3 a 1), para arribar a la última fecha en la que debe enfrentar a Newell's. Una multitud dejó casi 40.000 pesos moneda nacional en el Parque para ver el triunfo de los locales por 2 a 0. Jugaron ese día Pavanello (que reemplazó a Quatrocchi); Armándola y Eduardo Blanco; Daniel Sosa, lnveninatto y Fogel; De Cicco, Santos, Mur, Luis Bravo y Vilariño. Al finalizar esa primera rueda Central había sumado apenas 11 puntos, a; igual que Chacarita, superando por uno a Bánfield y por tres al último, Lanús. Ya por entonces su delantera había conquistado 41 goles en 15 partidos, acercándose al registro que en 1946 habían alcanzado lmbelloni, Farro, Pontoni, Martino y Silva en San Lorenzo, al lograr un promedio de 3 goles por partido. Pero también —de allí el desequilibrio— la defensa centralista era una de las más vulneradas: 42 goles en contra, siendo superada sólo por Gimnasia, que soportó 43.

El inicio de la segunda rueda fue auspicioso. Central devolvió la goleada que había sopertado ante Independiente en el comienzo del torneo, derrotando a los rojos por 5 a 1, alistando aquel día a Quatrocchi; Armándola y Blanco; Gentile, Altomonte y Fogel; 0. Perez. Alberto De Zorzi, Mur, Bravo y Vilariño, los cinco goles fueron anotados puntualmente por cada uno de los atacantes auriazules. Con excepción de San Lorenzo, que le ganó 5 a 1 (con 4 goles de Rinaldo Martino). Central salió bien parado de sus enfrentamientos con los grandes, ya que empató con Boca (0 a 0), Le ganó a River (4 a 3) y a Rácing (6 a 2).

Fuente: Extraído de la Colección de Rosario Central. Autor. Andrés Bossio