viernes, 1 de septiembre de 2017

EL ULTIMO DEBATE



La manifestación de mayo del '36 será el ultimo gran encuentro del político con " las masas ", anticipó de su retiro del espacio público que se concretará poco después de otro gran debate, de una última derrota parlamentaria: el debate en torno al proyecto de ley de represión del comunismo. Tres voces para un mismo objetivo: Eduardo Laurencena (UCR), Mario Bravo (PS) y Lisandro de la Torre (PDP) intentarán demostrar en el "cerrado" recinto senatorial la flagrante violación de los derechos del ciudadano que el proyecto de Matías Sánchez Sorondo implicaba. Un esfuerzo final que culminará con esa ardua y difícil tarea de concientizar”.

En un mundo que se conmueve ante el avance de los fascismos, en el que los vientos de la guerra traen sus ecos, de la Torre plantea su convicción de hallarse frente a un proyecto coyuntural, pero también frente a un proyecto de clase. En esa instancia de la realidad política en que la doctrina comunista tiene escasos adeptos, en que el problema de la revolución no aparece como una perspectiva viable, en el que el propio sistema político tiene sus reaseguros a través de los partidos y la " masa independiente " que implican "una valla insalvable para cualquier tentativa de revolución comunista" : ¿Cuál es el objetivo real de la propuesta ? Garantizar las elecciones presidenciales a través del fraude, la intervención a las provincias conflictivas y la persecución y encarcelamiento de los opositores bajo la acusación de ser comunistas. Pero al mismo tiem­po aparece como " un proyecto de clase". Ello hace que" los atentados facistas no alarmen, por el momen­to, a los intereses de clase". Para Lisandro el gran temor de la clase dominante argentina se revela fren­te a cualquier propuesta que pre­tenda modificar el statu quo del or­den social vigente y afectar las bases de la propiedad privada, parti­cularmente la de la tierra. El santafesino pretende colocarse " fuera " de esos intereses, afianzando, al mismo tiempo el espacio democrá­tico:"... Yo no soy comunista, señor presidente; yo soy un afliliado a la de­mocracia liberal y progresista que al disminuir las injusticias sociales tra­baja en contra de la revolución co­munista , mientras los reacciona­rios trabajan en favor de ella con su incomprensión de las ideas y los tiempos". Una vez más aparecen las posibilidades y límites del uni­verso en el que se mueve. Una vez más la dimensión democrática se carga de un importante contenido social. Es por eso que deja clara­mente al descubierto el carácter tendencioso de la propuesta. La fi­gura delictiva aparecerá cuando se pretendan reformas a la apropia­ción privada de ciertos bienes, cuan­do se reclamen salarios dignos, no así cuando se sostenga " que el Es­tado fascista pueda confiscar la propiedad privada bajo la forma de im­puestos, sobre todo si se propone dedicar su producto a la adquisición de de armamentos”. El Proyecto no sólo pretende operar sobre una dimensión de la realidad social la pervivencia del sistema democrático.

Los promotores del mismo no desconocen que”… cuando no suprimen las libertades electorales y permiten a los obreros llevar su voz al Parlamento, la revolución social, la revolución social, la revolución proletaria es muy problemática”. En realidad, su objetivo final es desestructurar defectivamente ese camino y ese espacio de decisión: “La comisión opina que el menor número, cuando detenta el poder, esta habilitado para negarle al mayor número, cuando detenta el poder, esta habilitado para negarse doctrinas contrarias a las suyas… y si el sufragio universal, si las garantías constitucionales en que se apoya, entre las que coloco, en primer término, la libertad de pensar y la libertad de enseñar, molestan al menor número y amenazan la inmutabilidad del orden que le place, el sufragio universal y las garantías constitucionales deben ser borradas de la Constitución o suprimidas arteramente por medio del fraude”. ( Raúl Larra,op.cit.Tomo I Pag.241 y ss)

La fuentes argumentaciones de la oposición no impiden la sanción del proyecto en “ este Senado de nuestra decadencia”,aunque la Cámara de Disputado haya operado luego como valla de contención.

Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario, Historias de aquí a la vuelta”. Fascículo N.º 7. Autora: Marta Bonaudo. De noviembre 1999.-