martes, 29 de agosto de 2017

RECORDANDO A LOS VIEJOS PIONEROS

Por Nicolás E. de Vita


Si bien la figura señera de don Alfredo J. Rouilón resalta nítidamente en el nacimiento efectivo de las actividades aéreas organizadas en nuestra ciudad, hay otras personas que, a través del tiempo, fueron adquiriendo una dimensión tan extraordinaria que las llevó a situarse junto ala del antes recordado caballero; con la diferencia, entre uno y los otros, en que el primero fijó las pautas y contribuyó activamente desde tierra a su desarrollo efectivo, mientras que los demás fueron los dominadores del aire, pilotos por vocación, "que amaban volar por volar, por el arte de volar, por la libertad y belleza del cielo, y por la aventura de la vida en el aire", como tan acertadamente los definiera la señora del legendario Charles A. Lindbergh en ocasión de recibir el premio Warner que la Organización Aérea Civil Internacional (OACI) concediera en forma póstuma a su esposo a mérito de la actuación de éste en pró del desarrollo seguro y ordenado del transporte aéreo civil.

A esos primeros pilotos bien se les puede considerar como héroes, no por méritos adquiridos en combates como los legendarios de las contiendas armadas, sino por lo civilmente realizado. Hoy, casi olvidados, pero siempre vigentes en todo lo referente a la aviación en sí.

Ellos, en su actividad, fueron en realidad los verdaderos representantes del ser argentino. Intrépidos caballeros del aire, dotados de un co raje y personalidad de excepción, pués aventu rarse entonces a volar en esas frágiles e insegura naves era toda una proeza reservada tan sólo hombres de real vocación, capacidad y templar za, a quiénes el peligro poco importaba. Sólo le guiaba el deseo irrefrenable de brindarse más más en beneficio de la aviación y gozar de 1 felicidad de encontrarse en la inmensidad de espacio.

En realidad el número era muy limitado, uno pocos, porque entonces también eran pocos lo que tenían la fortuna de poder ubicarse en un máquina y aprender a volar, no sólo por la carencia de las mismas, sino también, y muy principal mente, por indiferencia de las autoridades y la falta absoluta de medios económicos suficiente para poder hacer frente a los excesivos gasto que requerían los cursos de pilotaje, situación que, si bien en menor proporción, lamentable mente, y por los mismos motivos, aún sigue perdurando.

Coraje suficiente para domar el potro aéreo ¡sobraba!, pero al no haber medios económico suficientes, ese valor quedaba relegado tan sólo al de contemplar desde tierra y con un dejo d envidia, a los que tenían la fortuna de poderes elevar en la inmensidad del cielo.

Muchos de esos antiguos pilotos han quedad ( lamentablemente relegados al olvido total; pero a pesar de haber ya transcurrido un largo tiempo desde los inicios de la aviación en nuestra ciudad hasta el presente, hay algunos que su recuerdo no sólo se mantiene inalterable sino que sus figuras se agrandan aún más con el paso del tiempo.

Por todo ello, y como un sentido homenaje a los demás, nos permitimos insertar a continuación los nombres de algunos de ésos pilotos civiles, quiénes, en su época, por su coraje, destreza y servicios prestados a la incipiente actividad aérea, llenaron de admiración a los antiguos ciudadanos, y a la vez sirvieron de ejemplo para quiénes, en el futuro, habrían de pasar a formar parte de la inagotable cantera de hombres de Rosario que, haciendo deporte aéreo, fueron y van creando silenciosamente una reserva importante de pilotos, no sólo para la defensa de nuestra soberanía nacional, sino también para cubrir eficientemente los servicios que, diariamente y por diversas circunstancias, deben ser prestados a la comunidad en general.

Don HUMBERTO ESTEBAN GATTI

Este verdadero pionero de la aviación nacional, rosarino de nacimiento, obtuvo su brevet de piloto civil en el año 1919 luego de vencer un cúmulo elevado de inconvenientes como ser el factor económico y la orfandad en que debía debatirse, tanto que, años después, al referirse a todo ello, decía:

"Todos los aviadores civiles que lograron hacerse un nombre en el país, son hijos de su propio esfuerzo, y el que ha vencido todos los obstdculos puestos en su derrotero es porque ha estado dotado de un carácter excepcional”.

Luego de obtener su brevet, y con el dinero que pudo reunir gracias a ingentes sacrificios, se traslada a Italia, y en la ciudad de Milán adquiere cuatro aviones en la suma total de m$n. 95.000,-; y con éllos, y en companía de un primo suyo llamado Mario Colombo, que había sido instructor de vuelo del ejército italiano durante la gran guerra, regresa a nuestra ciudad, donde inician juntos las actividades aeronáuticas.

Pero la suerte le fue adversa. En el primer vuelo realizado a Morteros, Pcia. de Córdoba, su primo, el antes nombrado Colombo, al intentar un aterrizaje se mata y el avión queda totalmente destruido. Una semana después, en una fiesta de aviación en Cañada Rosquín, al dirigirse a la citada localidad otro de suVaviories. piloteado en la ocasión por un aviador inglés de apellido Hoiland, muy amigo de Gatti, al volar sobre Salto Grande sufre un desperfecto, y al aterrizar el aparato se estrella contra el suelo, por fortuna sin mayores consecuencias para el inglés, pero con la pérdida total de la máquina. Asimismo Gatti, al intentar un aterrizaje, no tiene fortuna, y luego de realizar algunas maniobras difíciles logra hacerlo esquivando plantas, pero no pudiendo evitar llevarse por delante un alambrado, mo- tivo por el cual, este otro avión quedó también inservible. De las cuatro máquinas adquiridas en Italia, sólo le quedaba una, pero como no podía, por falta de fondos suficientes, pagar derecho de hangaraje, tuvo que tenerla por mucho tiempo embalada. La difícil situación económica que todos dichos accidentes le ocasionaran, hizo que Gatti tuviera que volver a su antigua ocupación de chofer de plaza.

Reiniciada la actividad aérea, la adversidad vuelve a ensañarse con él . El ciclón que el 26/9/1925 ocasionara la pérdida total de aviones y hangares del primitivo Aero Club Rosario y del que damos cuenta en capítulo aparte, oca-signó también la destrucción total de un aeroplano de propiedad de Gatti, tipo "Slam" de 100 caballos de fuerza, valuado entonces en la suma de m$n. 7.000. A dicha máquina el fuerte viento la llevó del lugar desde donde se encontraba hasta las vías del FCCA., línea Rosario-Retiro, con tan mala suerte que en ese preciso momento pasaba el tren NO 113 procedente de la Capital, la embistió de lleno, destrozándola por completa.

Al quedar el Aero Club Rosario sin aeródromo, Gatti instaló uno propio en un pequeño campo situado al final de la calle Mendoza, muy cerca de donde hoy se encuentra el Mercado de Concentración Fisherton, desde donde, y por mucho tiempo, continuó desarrollando las actividades aéreas con el mismo entusiasmo como lo había hecho desde sus primeros años.

Hermanado con los vientos encrespados, conocedor a fondo de los secretos de las alturas, y como águila sedienta de horizontes, seguía permanentemente consustanciado con la aviación. El mismo decía que le seducían el vértigo, el peligro, las aventuras del riesgo; y que las proezas de Cattáneo, Paillette, Newbery, Candelaria, FeIs, etc., lo habían cautivado desde su niñez, pero que en realidad los combates y héroes de la primera guerra europea terminaron por seducirlo y conquistarlo definitivamente.

En ejercicio de su actividad prestó innumerables servicios. El Diario La Nación, en su edición del Lunes 8/10/1928, al referirse a la ceremonia inauguración del monumento al Gral. Belgrano en nuestra ciudad, llevada a cabo el día anterior, informa del avión del Aero Club Rosario, tripulado por el piloto local D. Humberto Gatti, quién desde una altura de 70 mts. arrojó dos coronas de flores naturales sobre el monumento, con tal acierto que una de ellas cayó sobre el caballo del prócer y la otra sobre la parte superior del basamento.

Refiriéndose a la personalidad de este singular piloto, Rosario Gráfico, en su edición del Jueves 14/4/1932, la definía así:

"Cabe destacar, y como un noble estímulo a su acción altamente patriótica y desinteresada del Sr. Gata, tan olvidado por los poderes públicos, que su dedicación a la aviación es costeada y fomentada por sus propios peculios personales y sin mas compensación que la que proporciona a los espíritus sanos y emprendedores la consagración del interés general, teniendo en este caso, en el culto y fomento de un medio de comunicación, al que los países que marchan a la vanguardia de la civilización y progreso le han asignado sutil importancia.. ."

Gatti fue además piloto oficial del Diario La Capital de nuestra ciudad, y como tal participó en incontables vuelos, de los cuales hemos contabilizado los siguientes: Los que con fechas 1 y 2 de noviembre de 1933, juntamente con el aviador Garón, realizara sobre los cementerios locales arrojando flores en homenaje a los muertos; los que realizó el Sábado 15/6/1935 arrojando flores sobre la muchedumbre en la manifestación pacifista realizada ese día por los estudiantes de Rosario; los vuelos de acrobacia que en el mes de enero de 1936, conjuntamente con el acróbata del aire Tohnson II, realizara en el festival aéreo realizado en dicha oportunidad; etc.

En otras de las innumerables facetas de su vida, cabe recordar el acto que se verificara el día 9/1/1935 en su aeródromo particular, en cuya oportunidad hizo bautizar dos aviones por él adquiridos, a uno de los cuales le dió el nombre de "Escuadrilla Sol de Mayo" en homenaje a la escuadrilla que hiciera un vuelo a Brasil en representación del ejército durante la visita que el entonces Presidente Argentino Gral. Agustín P. Justo efectuara a dicha nación; y al. otro con el nombre de "Intendente Rouillón", en homenaje a Don Alfredo. Dichas máquinasfueron bendecidas por el cura párroco de la Iglesia de Barrio Belgrano, Padre Domingo Pettinari, y fueron padrinos: Del primer avión el Jefe del Regimiento 11 de Infantería Tte. Coronel D. Angel Solar¡ y la Señorita Clara T. Rouzaut; y del segundo el Sr. Alfredo J. Rouillón y su señorita hija Da. Estela Rouillón Echesortu. Como dato anecdótico cabe consignar que los antes nombrados Tte. Cnel. Solar¡ y la Sta. Rouzaut recién se conocieron en la ocasión, se enamoraron, y luego contrajeron enlace.

El bautizado avión "Escuadrilla Sol de Mayo", un monoplano Morane Saulnier Parasol, de 80 caballos de fuerza, era el mismo con el cual el Teniente Luis C. Candelaria cruzó la cordillera de Los Andes el día 13/4/1918. Dicho aparato había sido adquirido en 1913 por suscripción popular de las damas mendocinas, y donado a la Escuela de Aviación Militar inaugurada en el Palomar en setiembre de 1912.

Luego de la hazaña de Candelaria dicha máquina quedó arrumbada en depósito, y 17 años después adquirida por Gatti con el único objeto de aprovechar sus repuestos, pero el piloto se encariñó con la misma, la puso en condiciones y, todavía, en abril de 1943, seguía con ella realizando sus vuelos.

Hemos podido comprobar durante nuestro re lato las visicitudes pasadas por Gatti durante toda su carrera aeronáutica, todas las cuales supo sobrellevar con un alto espíritu de resignación pero de las que supo salir airoso en cuanta oportunidad la adversidad lo golpeó duramente, gracias a ese, a veces, exagerado impulso que lo llevaba a emprender cosas para muchos imposible; de realizar, pero que, para un hombre de poco recursos económicos como lo era él, pudo suplir con el trabajo, la constancia y la fe, que sólo pueden hacer gala los que en realidad se sienten no sólo capaces sino seguros de sí mismos.

En una entrevista que le fuera efectuada po: un cronista del desaparecido diario Crítica, que figura inserta en la edición del día 16 d abril de 1939, Gatti refiriéndose a la orfandad er que entonces se debatían los aviadores civiles con un dejo de tristeza, decía:

"Ellos no gozan del calor oficial ni del estímulo. Se ignoran las contingencias a que está ex puesto el aviador civil y los inconvenientes de to do género que tienen que salvar. Verdadero jinetes de las alturas, deben andar buscando propaganda para subsistir, mientras que un sin nú- mero de profanos gozan de un lugar de privilegio en la aviación argentina ".

Así, en apretada síntesis, 4emos dejado ex puesto el perfil de un verdadero pionero no sólo de nuestra ciudad sino de todo el país. Una reliquia de los comienzos de la era de la aeronáutica rosarina que, con su pericia y entusiasmo llevó bien alto los valores de nuestra nacionalidad en los espacios aéreos.

Don ANTONIO CHIUMENTO

Este otro precursor de la aeronáutica argentina nació en esta ciudad el 8/12/1896, y su in quietud por la aviación lo llevó a realizar estudios de la especialidad en el "Aero Club San Fernando", donde, bajo la dirección de los pionero: de la aviación, Marcelo Paillette y Ricardo Detomassi, obtuvo su brevet (N° 63) el día 16/12, 1914, es decir recién cumplidos sus 18 años d edad.

Durante sus gestiones participó en numerosa: exhibiciones aéreas dentro y fuera del país, pero principalmente, y bajo su dirección como instructor de vuelo, obtuvieron su brevet mucho: aviadores que, siguiendo sus enseñanzas, llegaron posteriormente a sobresalir en la especialidad.

Encontrándose en Bolivia, realizando vuelo: de divulgación, sufrió un grave accidente que le impidió continuar en actividad, no obstante l( cual nunca dejó de estar en contacto directo con todo lo que a su pasión concernía, tanto que, ei el año 1952 y a mérito de sus relevantes esfuer- zos en pró de la aviación nacional, el "Círculo d la Aeronáutica" lo designó socio honorario perpetuidad.

Don Antonio Chiumento dejó de existir en la localidad de Longchamps., Pcia. de Buenos Aires, el día 3 1/7/1958, a los 61 años de edad, pero su nombre ha quedado definitivamente perpetuado, no sólo por su hombría de bien, sino por todo lo que el mismo, con fervor, sapienza y cariño puso al servicio de la aviación de nuestro país.



Don PEDRO FICARELLI

Este también pionero aeronáutico, nacido el 25/6/1895 en la hoy ciudad de Casilda, se inició en el vuelo mecánico bajo la dirección del piloto italiano D. Nicolás Bó, con quién hizo todo su aprendizaje obteniendo su brevet con excelente calificación en prueba fiscalizada por el "Aero Club Argentino", el día 20/11/1920.

En 1922 participó en la carrera que el antes nombrado Club organizara dentro del circuito San Isidro-Mar del Plata, en cuya oportunidad Ficarelli obtuvo el 70 lugar. Luego se trasladó a nuestra ciudad en donde, como instructor en el viejo aeródromo de el Saladillo estuvo dedicado a la enseñanza a los intrépidos alumnos de ése entonces.

Al organizarse la línea aeropostal al Paraguay, Ficarelli entró a formar parte de la empresa "Aeroposta Argentina" precursora de la actual "Aerolíneas Argentinas", y como tal fue quién, el día 1/3/1929, inauguró la línea hasta Asunción. Asimismo aportó sus vastos conocimientos en la materia realizando repetidos vuelos de estudio a Comodoro Rivadavia a los efectos de la elección de lugares propicios para la instalación, en el Sur del país, futuras pistas de aterrizaje de los aviones de la Empresa que representaba.

En cumplimiento de su actividad, el avión que conducía se precipitó a tierra el 16/8/1929 entre las localidades paraguayas de Sapucay y Caballero. Sus restos, dos días después, fueron traídos a nuestra ciudad por el legendario Jean Mermoz.

Con la muerte de Ficarelli se perdió también otra figura gloriosa de los comienzos de nuestra aviación civil y comercial.
Fuente: Extraído de Libro “ Acercamiento a la Historia del Aero Club Rosario- Impreso en Impresiones Modulo S.R.L – 1988