lunes, 17 de julio de 2017

TESTIMONIOS RACIONALISTAS EN "LA CAPITAL DE LOS CEREALES".

Igual a lo ocurrido con el art decó, el racionalismo es amplia­mente aceptado y se populariza abarcando todo tipo de temas, es­pecialmente el de la vivienda. Ejemplos comprobables hoy, son las cuadras de 3 de Febrero al 1400 (vereda norte) con más de ochenta metros de casas racionalistas ges­tadas por arquitectos, ingenieros y técnicos constructores que pivotan en la esquina y culminan por calle Paraguay en la Escuela "Mariano Moreno" de 1941, una de las obras culmines del período. Estas facha­das demuestran el manejo logrado en partes del proyecto como expre­sión del estilo, con diversidad de expresiones y variedad de resolu­ción, logrando en las diferencias una coherencia de lectura para una porción de ciudad. Lo mismo ocu­rre en Viamonte al 1000 (vereda sur) y continuación por Pasaje Amelong. Así la ciudad ofrece ejem­plos prácticamente en todo su cuerpo, sin distinción de zonas. Las casitas racionalistas se en­cuentran por todos lados.
El estilo aporta obras puntuales de enorme peso y su enumeración no excluye a las no mencionadas que serán halladas en una indaga­ción urbana, superadora de la tira­nía del espacio escrito.

    El  año 1937 nuclea al "Museo Juan B. Castagnino" de Hernández Larguía y Newton, concepción de avanzada para la época, especial­mente por la libertad de su planta y el sistema de iluminación natural para las obras expuestas. Son tam­bién destacables los edificios de viviendas "Pinasco" en Rioja y Bue­nos Aires y los creados por Delanoy en Buenos Aires y San Juan y en San Lorenzo al 1200. Otro valor está en el edificio "Otis" de Paraguay y San Lorenzo, perteneciente a los primeramente nombrados.
También del 37 es la magnífica esquina suroeste de Oroño y Santa Fe para la casa Fonso, de Gerbino y Ocampo, y el "Centro Unión Depen­dientes" debido a Tito y José Mi-cheletti en Paraguay al 700 con reinterpretación de elementos per­tenecientes al expresionismo de Mendelshon.
En 1938 aparece una pequeña obra de autor desconocido en Rioja 625, cuya fachada es un ejemplo directamente incluido en el movi­miento neoplásUco citado anteriormente. Por ese año. De lorenzi Otaola y Roca conciben el edificio de vi­viendas "Gilardoni" en la esquina de Oroño y Rioja, en cuyas curvas que balconean sobre la calle quizás puedan encontrarse ecos de la im­pronta mendelshoniana. A ellos también se debe el pequeño edificio de Oroño y Tucumán, ochava no­reste.
Pero sobre todo la Cia. de Segu­ros "Industria y Comercio" de Ar­man y Todeschini, en Santa Fe 1345, se perfila como uno de los logros más altos de la época, al expresar al gran vacío central que ocupa la altura del edificio y se vuelca directamente a la calle. Sólo falta algún osado puente que lo cruce, para pensar en el Futurismo de Saint Ellía.
  El racionalismo rosarino parece tocar el cielo hacia 1940, en que se gesta lo que posiblemente sea la expresión máxima de lo que podía lograrse en ese momento, en cuan­to al uso de una técnica construc­tiva, empleo de materiales y con­cepción urbana de la arquitectura. El trío liderado por Ermete De Lo­renzi junto a Otaola y Roca y espe­cialmente debido a su genio, planta en la esquina de Oroño y Córdoba el edificio de "La Comercial de Rosa­rio". Resulta contundente la solu­ción buscada para la esquina, con su basamento de granito negro y carpintería de bronce pulidos a es­pejo, que continúan en el imbrica-miento de un cuarto de círculo que une los dos sectores sobre media­neras por ambas calles y confor­man el plano. El situado al Este supera en altura al resto y la po­derosa torre, por su propio peso, se convierte en símbolo de la ciudad. Dejan también magníficas casas, como la González Theyler en Rioja 1700 y el edificio de Italia al 800, sumando por su calidad y empleo del ladrillo vitreo en sus interiores la sede de "Industrias Grassi-Gri-maldi" en Santa Fe al 1400.


Pared por medio con este último testimonio, un edificio de Maisso-nave y Daumas, se expresa con un basamento que sosüene el juego de tres volúmenes en el centro de la composición y destaca al cuerpo central recedido, exhibiendo un enorme vacío o hueco urbano que recorre toda la altura del edificio y se aprecia nítidamente desde la calle por parte de quien lo mira.


Otro logro es "Unione e Benevolenza" de Picasso, Funes y Fer­nández Díaz en Maipú y San Juan, con un plano de planta sumamente compacto en la disposición de los espacios -un ejemplo para la épo­ca- y expresión estética de la es­tructura de hormigón en la torre de fuertes perfiles, exaltada por el basamento recubierto en mármol travertino y destinado a locales de negocios.
En 1946, Borgatto, Marquard y Puertas brindan el "Cine Radar", Córdoba al 1000, en un contenido racionalismo -la mejor sala del momento- con curva de piso en sala de proyección pensada en base a una depurada técnica que asegu­ra una visión perfecta por parte del espectador.

Fuente: extraído de la revista “Rosario, Historia de aquí a la vuelta  Fascículo Nº 23 .  De Abril 1993. Autor: José Mario Bonacci