lunes, 31 de julio de 2017

Educación: tres censos en apenas diez años



En esta época la enseñanza primaria se halla a cargo de escue­las provinciales estatales y particu­lares, estas últimas generalmente católicas. Por otra parte, la precupación por los problemas escola­res motiva tres censos en el trans­curso de 10 años: el censo infantil de 19.34, dispuesto por el Comité de Coordinación de los Consejos Escolares Electivos de Rosario; el IV Censo General de la Población Escolar, organizado por el Minis­terio de Instrucción Pública de la provincia, en 1937, y el Censo Escolar de la Nación, en 1943. El último de estos trabajos arroja un 1,35 % de analfabetismo en la ciudad.

La enseñanza secundaria está repartida entre institutos naciona­les y particulares. Hasta prome­diar la década del '30 la falta de asientos en los colegios nacionales —particularmente en el N" 1, que goza de gran prestigio— genera más de un conflicto. Con el correr de los años, al incrementarse la actividad industrial de la zona, la preocupación se extiende a las escuelas industriales.

La enseñanza universitaria se encuentra limitada a tres faculta­des: la de Ciencias Médicas, Far­macia y Ramos Menores; de Inge­niería y Ciencias Matemáticas, y de Ciencias Económicas, Comer­ciales y Políticas, todas depen­dientes de la Universidad Nacio­nal del Litoral (UNL). En particu­lar, la de Medicina goza de un gran prestigio por su alto nivel académico, en tanto que la de Ciencias Económicas es la única facultad del país en la cual se cursa la carrera de Diplomacia. En 1944 ciudad se crea el Instituto Libre de Hu­manidades, que cumple una gran tarea, incluso después de 1948, año en que se inaugura la Facultad de Filosofía y Letras.

Los estudiantes universitarios están divididos en numerosos par­tidos, que tienen como común denominador la adhesión a los postulados de la Reforma Univer­sitaria de 1918. Entre los más importantes pueden enumerarse el Partido Reformista de Izquierda, Unión Libre Universitaria, Parti­do Reformista, Vanguardias Re­formistas, Ateneo Libre y la Aso­ciación Estudiantil Insurrexit. Va­rios de estos grupos, en 1943, se enfrentan a las autoridades univer­sitarias, debido a disposiciones del rector de la UNL, Jordán Bruno Genta. El detonante, generalmen­te, es algún problema académico, pero el verdadero conflicto es la profunda diferencia ideológica que existe entre los distintos compo­nentes de la familia universitaria y las autoridades de la misma. En 1945 los estudiantes vuelven a ocupar las facultades por un corto tiempo, en previsión de una inter­vención. Para esta época la comu­nidad universitaria en su inmensa mayoría —tanto profesores como alumnos— se vuelca contra el gobierno militar y el naciente peronismo. Por eso no es de extra­ñar que el 18 de octubre del ‘45 los manifestantes —en su marcha por las calles— destinen algunos de sus estribillos contra los estu­diantes universitarios.
Fuente: Extraído de la Revista del “Diario La Capital de 125 aniversario”. Noviembre del 1997