lunes, 29 de mayo de 2017

SU TRAYECTORIA POLITICO- GREMIAL

Rosita creció en una familia donde se hablaba y se sentía preocupación por los problemas políti­co-sociales. Los asuntos cotidianos del lugar eran los que se repetían Incansablemente en todos los pue­blos, a lo largo y ancho del país: ex­cesiva pobreza, la lucha a brazo partido por cultivar la tierra, las mangas de langostas, las inunda­ciones, las sequías, la crisis tre­menda del año 30.
En su familia, Rosita aprendió a interesarse por la vida de la gente y a rebelarse ante las injusticias.
En el pueblo tuvo la posibilidad de acercarse a los movimientos filo­sóficos-poli ticos mundiales que lu­chaban por la libertad, la igualdad, la solidaridad y participar de discu­siones sobre los mismos. Pudo fre­cuentar literatura al respecto y des­de muy joven intentó llevar a cabo una praxis coherente con los prin­cipios a los que adhería.
También desde muy joven per­teneció a la organización mundial por los derechos humanos Socorro Rojo Internacional, y participó de movimientos contra el fascismo y el antisemitismo.
Sus contactos y su militancia en los movimientos de ayuda a la re­sistencia española, durante la gue­rra civil, le permitieron acercarse a las lecturas y al mundo de Macha­do, los hermanos González Tuñón, Rafael Alberti, Federico García Lorca y Pablo Neruda.
   Su actividad gremial comenzó con el ejercicio de la docencia. Cuen­ta Rosita: "En 1931 ingreso en la docencia en Moisés Ville, en el mis­mo año se forma el Círculo de Ma­estros, el que integró desde su ini­cio. El círculo se adhiere a la Fede­ración Provincial del Magisterio de Santa Fe, entidad federativa inte grada por círculos de maestros zo­nales y asociaciones departamen­tales. Recién en 1945 existe una entidad a nivel nacional, la UAM, Unión Argentina de Maestros.
"Estas agrupaciones de maes­tros fueron consiguiendo los esca­lafones para traslado y ascensos, tomando como referentes la califi­cación en el trabajo, títulos y anti­güedad.
"Después de muchas luchas se logró la Ley 2951 de Estabilidad Do­cente y Escalafón, durante el minis­terio del profesor Juan Mantovani. Se logró, además, el ascenso por concurso de antecedentes y oposición para ocupar cargos directivos y de supervisión.
Y con mucho trabajo y tesonero esfuerzo se consiguió el ingreso a la docencia por concurso.
"En este extenso trajinar fuimos tomando conciencia de que los maestros no éramos apóstoles, sino trabajadores de la educación. Se luchaba también por conseguir me­jores condiciones de trabajo, es­cuelas, mejor equipadas, comedo­res escolares, material didáctico, y
 
"Cuando se produce la división del gremio en Rosario, paso a integrar el Sinter (Sindicato de Tra­bajadores de la Educación de Rosa­rio). Entonces era supervisora de escuelas. En ningún momento, a siendo jubilada, dejé de trabajar activamente en las filas del gremio, y por cierto esto no fue nunca fácil. Se es blanco de postergaciones, ce­santías, persecuciones, pero es tam­bién, lo digo con absoluta convic­ción, el mejor espacio para apren­der, para compartir, para el ejerci­cio del esfuerzo propio, del camino solidario, para acercarse a la felici­dad de ver en algún momento, aun­que sean muchos los tropiezos, re­alizados los sueños, visualizadas las esperanzas.
"Hemos hecho y estamos haciendo en el gremio "camino al andar", como escribió Machado y canta Serrat.
     Siempre entendí que es necesario resistir la fascistización cultural y que la mejor resistencia es decir, hablar en voz alta, escribir, ­pronunciarse, superar el miedo, lu­char dentro del gremio junto a com­pañeros. No entregar nada a cam­bio de ganar espacios. Aprendí que no sirve decir cosas en voz bajita, no vaya a ser que alguien lo trans­mita. Así se sumaron compañeros muy queridos, muchos ya no están, o quedaron atrás los que buscaron el vértigo de la gloria empeñándose en algún cargo de mejor paga".
Le tocó militar en el gremio en épocas muy duras. Reunirse era di­fícil. Igualmente no dejaban de ha­cerlo, y muchas veces lo hacían en las mismas escuelas. Algunos ins­pectores se mostraban interesados por el problema gremial, como An­gel Peroné, Basilio Domato y Luis DallAglio.
Rosita reconoce también en su marido una figura muy importan­te en su formación política y cultu­ral. Con él, con los amigos en co­mún, siempre se discutía de políti­ca, de historia, de arte.
   En época adversas, cesantías por ejemplo, fue su marido el sos­tén moral más importante, porque como dice Rosita, "en momentos di­fíciles  sólo la afinidad de ideas en una pareja puede permitir sobrelle­var y superar las dificultades".
Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario, Historia de aquí a la vuelta” . Fascículo Nº 4 Autora Liliana Olga Sanjurjo. De junio 1990.