viernes, 12 de mayo de 2017

ANGEL TULIO ZOF – EX DIRECTOR TECNICO DE CENTRAL

Hace falta que los clubes de barrio participen la formación de los pibes



"Estábamos todo el día

con la pelota. Era la

leche y a jugar, con la
de cuero o la de goma"




Ángel Tulio Zof estrecha la mano derecha para dar la bienvenida y detrás de ese gesto se esconde una persona que a los 84 años ya vio pasar todo por una cinta cinematográfica. Tiene la serenidad propia del que nunca cree sabérselas todas. Sólo le mete fichas a la nostalgia y con un pincel traza una pintura de su época. Entonces, la catarata de aquellos momentos en los que aparece Rosario surcado por las huellas del tranvía que pasaba por Carriego y Mendoza lo bañan sin piedad y se arremolinan hasta asfixiarlo: 'Cuando paso por la esquina de Carriego y Mendoza y veo que hoy hay una tintorería siento una profunda tristeza. Es que con la desaparición del bar La República se me fue gran parte de mi vida. Ese era mi lugar en Rosario para estar con la muchachada. Recuerdo que la gente se sentaba en las mesas que estaban en la vereda y se pasaba horas charlando, comiendo un familiar de jamón y queso o tomando un cafecito. Yo me subía al tranvía que pasaba por Mendoza, creo que era el 20 o el 14, y me dejaba justo en el bar. Hacía ese viaje todos los días. Ya teníamos una mesa asignada con los muchachos y jugábamos al billar, al casín y a los naipes. Era una rutina inmodificable. Qué hermosa etapa, no había que preocuparse por nada porque no existían los problemas de inseguridad de la actualidad. Por ejemplo, yo me volvía a la madrugada caminando por las vías y no pasaba un auto. Hoy los vecinos de ese barrio viven encerrados, sólo salen para realizar los trámites que son necesarios y de nuevo adentro de sus casas. Es una lástima que todo haya cambiado tanto. Yo no soy de los que creen que las cosas del pasado eran mejor, pero antes se vivía de otra manera Don Angel arranca lentamente la charla, pero cuando enciende motores es imposible pararlo.

El tiempo, implacable con su marcha, le fue marcando el camino a Zof. Aunque los rasgos permanecen intactos según el fiel testimonio de lo que cuenta: "Me crié en Mendoza al 4800 y ahí hoy sólo hay edificios. Está todo modificado, algunos dicen que es para bien, pero la verdad es que a mí me dolió en el alma que se remataran los terrenos que estaban enfrente de mi casa. Había una cancha que pertenecía a la tienda Gath y Chaves que tenía las medidas profesionales. Ahí empecé a jugar al fútbol y aprendí todo. A esa cancha la usaba el club Estudiantes, que en ese tiempo participaba de la Liga Rosarina. Tenía dos tribunas y por calle Montevideo estaban las canchas de tenis de polvo de ladrillo y las de bochas. Era un terreno enorme en el que además se realizaban los bailes del fin de semana. Eso también se perdió, ya no existen las reuniones barriales, con la gente bailando y comiendo en las calles. Extraño un poco eso, más allá de que me gusta cómo remodelaron la zona de La Florida. Arreglaron los accesos y la costanera es un lugar ideal para que vengan a conocerlo los turistas. Me parece bien que la Municipalidad explote esa zona para el turismo y además los rosarinos debemos estar orgullosos de los cambios que muestra la ciudad. Igual, a mí me gustaría ver más espacios verdes porque creo que esa es la mejor forma para que los chicos vuelvan a interesarse por el fútbol. No digo recuperar los potreros porque la ciudad ya no tiene más espacios, pero sí sería bueno que los clubes de barrios tengan más participación en la formación de los pibes. A nosotros la verdadera escuela que nos enseñó a jugar fueron los potreros. Ahí aprendimos a gambetear, a tener picardía y a engañar con la pelota. Ya no pasa eso porque los chicos no juegan al fútbol todo el tiempo como lo hacíamos nosotros. En mi época estábamos todo el día con la pelota. Tomábamos la leche ya la calle con la pelota de cuero o de goma. Jugábamos a las cabezas, se armaban unos picaditos que se terminaban de noche debajo de un farol. Nuestros padres nos compraban un par de zapatillas y a la semana ya tenía-

mos los dedos afuera de tanto patear rememora el ex entrenador de Central, equipo con el que consiguió el torneo 86/87 de la primera división, el campeonato nacional de 1980 y la Copa Conmebol 95, el único título internacional que tienen los canallas.

La radiografía que realiza Zof de su Rosario natal abarca variados perfiles. De ahí que luce cautivador con todo lo que tiene para revivir y recordar: "Una de las principales diversiones que teníamos de pibes era ir al cine Echesortu (hoy no existe más) y ver algunas películas subiditas de tono. Ahora se dice eróticas. En ese tiempo ir al cine era todo un logro y de paso aprovechábamos para pasear por la ciudad. Otro lugar de encuentro

con los muchachos era el club Libertad, en San Juan y Felipe Moré. Ahí se realizaban los bailes populares con orquestas y venían artistas muy destacados como Estela Raval y Juan D'Arienzo. También se festejaban los carnavales donde la gente se reunía para comer, se llevaba la vianda para hacer un picnic. Era una vida tranquila, sin desesperarnos por nada. Nos quedábamos hasta la madrugada porque sabíamos que nos podíamos volver caminando a nuestras casas y nadie te molestaba. Quién te iba a hacer algo si a las tres o cuatro de la madrugada estaban todos sentados en la vereda tomando mate y te saludaban',' responde don Ángel con la rapidez del que no tiene dudas.
Fuente: Extraído de la Revista del “diario La Capital 145 ” año 2012