miércoles, 26 de octubre de 2016

LIBERTAD LAMARQUE- CANTANTE – ACTRIZ ( 1908-2001)

Por Rafael Ielpi

Nació en un humilde hogar de inmigrantes y se inició en los escenarios teatrales rosarinos para pasar a Buenos Aires, donde trunfó como cantante y actriz de incipiente cine sonoro nacional. Fue una de las voces femeninas emblemáticas de la música popular.

De la mano de su padre Gaudencio Lamarque, un inmi­grante que había cruzado el océano trayendo junto a la esperanza de trabajo su decidida militancia li­bertaria, la niña llegaba a los picnics y mítines anarquistas no sólo para escuchar a fogosos oradores como Rodolfo González Pacheco o Alber­to Ghiraldo sino para recitar con el énfasis inocente de sus pocos años versos como: "Han pasado ante mi puerta al compás de sus tambores,/ cuyas tristes notas dicen la canción de los dolores;/ avanzaban los peque­ños en compacta formación/ y en sus frentes enfermizas, donde la anemia se advierte/ se diría que la idea de la guerra y de la muerte/ va invadiendo sus cerebros, anulando la razón".



Libertad -nombre que denunciaba la ideología paterna- pasó de allí a los esce­narios teatrales rosarinos, animando las obritas del "género chico" o los saínetes populares. Sería sólo una antesala: toda­vía jovencita, su vocación la llevó a Bue­nos Aires, meca del teatro y del tango, y a una rápida consagración, de la mano de una voz de soprano que la diferenciaba de las otras cantantes del género. Algunos temas, como "Madreselva", la convierten en un éxito discográfico y le sirven de um­bral para su ingreso al cine argentino.

Su encuentro con el "Negro" José A. Ferreyra, un pionero talentoso, fructifica en filmes respetables como "La ley que ol­vidaron", "Besos brujos" y "Ayúdame a vi­vir" . Con Luis Saslavsky actúa en "Puerta cerrada" y "Eclipse de sol", y entre 1930 y 1945 la suya es una imagen reiterada en las pantallas de los cines de Argentina pero también del resto de América latina. Un episodio que le deparó la enemistad de Eva Perón, ocurrido durante la filmación de "La cabalgata del circo", la llevó a exi­liarse en México. Allí vivió regularmente durante casi cuatro décadas, con esporá­dicas radicaciones en Buenos Aires por motivos artísticas o familiares, converti­da también en aquel país en una figura popular y querida.

Germán Arciniegas escribió: "Libertad anduvo muchos años a cientos de leguas lejos de Buenos Aires. Donde quiera que llegaba la recibían con calor multitudina­rio. La conocía por las películas y querían oír su voz y verla de cerca, y repetir su nombre con todo su significado". Entre México, Argentina y Es­paña filmó cerca de sesenta pelí­culas y también incursionó con éxito, ya de regreso a Argentina, en la comedia musical, con éxitos como "Helio Dolly", o en revistas de tango, junto a Mariano Mores, Hugo del Carril y otras figuras. El cine y la televisión terminaron fi­nalmente por alejarla del tango (que sería sin embargo su faceta más importante), convirtiéndola en actriz de filmes y series de innegable medianía artística. Pero su condición de ídolo popular le permitió su­perar incluso eso, afirmada para siempre en la imagen de su rostro aniñado y el filo de una voz que todavía hoy es capaz de descubrir destellos de su talento cuando se la es­cucha confesar: "Vieja pared/ del arrabal/ tu sombra fue mi compañera./ De mi niñez/ sin esplendor/ mi amiga fue/ tu madreselva".


Fuente: Extraído de la Revista del diario “ La Capital de los 140 aniversarios” . De 2007