martes, 24 de mayo de 2016

Un secuestro y el valor de una promesa

La Maternidad Martin

sucedió en un caluroso verano de principios del siglo pasado, la víctima salió ilesa de su cautiverio y tuvo sus consecuencias posi­tivas que aún hoy se visualizan en la ciudad.
Por Juan Pablo Robledo


El hecho delictivo sucedió el 29 de ene­ro de 1933. Marcelo Enrique Martin dejó su auto en la calle Tucumán 1849 y caminó hasta su casa en Urquiza 1484. Cuando iba por esa calle, antes de llegar a la esquina de Paraguay fue abordado por desconocidos. Según algunos testigos, dos hombres toma­ron a Martín por atrás y le colocaron un pañuelo en la boca. Posteriormente subieron a un taxi que se dirigió a toda velocidad por calle Paraguay hacia el sur.


La familia Martin al poco tiempo, re­cibió una carta donde pedían 150 mil pesos por el secuestrado. La víctima era hijo de Julio Martin, ex presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario y fundador de la conocida yerbatera que llevaba su apellido.


A las 4.30, del 31 de enero, Alberto Julio Martin, hermano de Marcelo, pagó el rescate en el Cruce Alberdi. De acuerdo con las exigencias de los secuestradores, iba en un auto con el capot plegado y un pañuelo en el radia­dor, llevaba el dinero en un maletín y lo entregó con la mano izquierda, sin mirar a quien lo recibía. El secuestro no fue denunciado por te­mor de la familia Martin, pero trascen­dió a la prensa y atrapó la atención de la sociedad rosarina. Por entonces era un enigma el destino de Abel Ayerza, un joven estudiante de medicina que había sido secuestrado por algunos mañosos en la provincia de Córdoba, en octubre de 1932 (en febrero de 1933 se supo que fue asesinado).


La pesquisa policial no avanzó sino hasta mediados de febrero cuando la conmoción nacional por la muerte de Ayerza hizo trascender sospechas con la complicidad entre algunos poli­cías corruptos de Rosario y mañosos de origen sicilianos. La División de Investigaciones convocó entonces a todos los conductores registrados de taxis estilo Hudson, con la excusa de investigar atentados en el camino a Santa Fe. Pero sólo falto un chófer: era Gerardo Vinciguerra, tenía 26 años y paraba en Tucumán y Corrientes, a ¿zze¿ras<]k: ái casa de los Martín.


Según la investigación judicial, luego el taxista entregó el auto ■ en pago de una deuda, ente lo llevo a un taller mecá­nico ubicado en Mendoza 2648 para que le haga algunas modificaciones para no poder ser identificado. El secuestro tuvo complicidad de un lechero, Francisco Gallo y un verdu­lero identificado como Diego Romano. La víctima había permanecido cautivo en la pieza de la casa de Gallo, que pudo reconocerse pese a las refaccio­nes con las que se intentó modificar en lugar. Entre los aportes importantes de su relato, Gallo complicó a Juan Galiffi en la trama del secuestro. Según fuentes judiciales de la época, el secuestro se planeó a lo largo de varias reuniones. En la misma participaron Gallo, Francisco Campione, Vincigue­rra y Cacciatore. Este último condujo el auto el día del secuestro, acompa­ñado por Bue Vinciguerra y Gallo. El único prófugo fue Campione, mafioso que se lo relacionaba con el asesinato del periodista Silvio Alzogaray, co­rresponsal del diario Crítica en Rosa­rio, en octubre de 1932. Juan Galiffi había tomado las precau­ciones para desvincularse del caso. El 2 de febrero se fue de viaje a Uruguay, donde tenía una casa. Sin embargo retornó a Rosario el 1 de marzo y, se­gún algunos testigos, se entrevistó con Gallo para hablar en detalles sobre el secuestro.


Este hecho policial, tuvo una conno­tación positiva para la ciudad, ya que Ángela Joostens de Martin, la mamá de Marcelo Martin, había prometido que si su hijo salía sano y salvo del se­cuestro, donaría una maternidad para la ciudad. La promesa se cumplió y el 8 de julio de 1939, se inauguró la Ma­ternidad Martin que lleva en su nom­bre el apellido de aquella
benefactora.
Bibliografía utilizada
Aguirre, Osvaldo, "La Chicago argentina. Cri­men, mafia y prostitución en Rosario". Editorial Fundación Ross, año 2000. Archivo diario "La Capital" Material del área de promoción de la salud mu­nicipal.
Fuente: Extraído de la Revista “Rosario, su Historia y Región. Fascículo Nº 96 de Mayo de 2011.