viernes, 6 de noviembre de 2015

SI, SI SEÑORES... YO SOY CANALLA!..



¿Y Por qué "canalla': Imposible develar la razón del mote con el que se ufana la parcialidad centralista. Vanas son 'as versiones sobre e! particular. Las más sólidas vincu­lan su nacimiento al de "leprosos", atribuida a los hinchas de Newell's Old Boys. Veamos.
Según aIgunos, la cosa empezó liare muchos años, en ocasión de un cotejo que debían disputar a beneficio del Patronato de Leprosos. Central no quería jugar aquel par­tido y sus rivales pretendieron estigmatizar aquella nega­tiva con ese terrible insulto: ¡Canallas! Los centralistas se mofaron y 'es endilgaron a los ñulistas el calificativo de "leprosos''.
Otros atribuyen el mutuo calificativo a un lío desco­munal registrado en un partido jugado alrededor de 1925. cuando ambas hinchadas se trenzaron en una lucha feroz.
Héctor N. Zinni, escritor rosar i no. dice en su libro: "El Rosario de Satanás", que el apodo de “canallas” nació en un bar de la avenida Alberdi cuando un parroquiano se refirió en esos términos a los hinchas centralistas que habían generado un incidente jugando el equipo contra el desaparecido Aprendices Rosarinos. La versión del escritor fue tomada de su propio padre, Nicolás Zinni. también poeta.
Algunos memoriosos aseguran que la calidad de "ca­nallas'' fue ganada en buena ley por la hinchada auriazul Cuando, tras un discutido gol de Belgrano en la vieja can­cha de Rueda e Italia, éstos casi incendian el estadio.
Per último, una versión recogida el descendiente de una antigua y acreditada familia rosarina, ñulista, ase­gura que la cosa viene de mucho más lejos. Cuando existía el viejo colegio Newell, cuna de la institución que tomó el nombre de su fundador, en la calle Entre Ríos al 100. Se­gún este testimonio, los baldíos que circundaban la actual estación Rosario Central eran escenario de picados en los que tomaban parte la muchachada del barrio, la mayoría hijos de obreros ferroviarios. Antes y después de cada pi­cado, debían pasar por el Colegio Newell, cubierto por al­tos muros. La gritería del alumnado decía que también allí florecía la pasión por el fútbol. Los que pasaban por la calle comenzaron un día a trepar los altos muros que resguardaban el ámbito del colegio. Vaya a saber en la imaginación de quién nació la idea de que aquel recinto parecía un leprosario. Y la "cargada" no tardó en llegar ¡Leprosos!, gritaban desde afuera. Y los de adentro res­pondían: ¡Canallas!
Como todo lo que nace espontáneamente, producto de una pasión popular, difícil calificar la verosimilitud de ta­les versiones. Quizás una aproximación a la "real realidad” imponga la necesidad de enhebrar cada una de las versiones narradas. Que tal vez no se contraponen, sino que por el contrario, bien podrían complementarse. Lo real es que algo que nació como un terrible insulto es hoy canto de orgullo en las enfervorizadas gargantas de "canallas” y”  leprosos'' . . .
Fuente: Bibliografía de Historia de Rosario Central de autor Andrés Bossio