viernes, 18 de septiembre de 2015

CORRUPCION Y DELINCUENCIA



   Durante los años en que campea la prostitución oficializada, el diario La Capital pone en evidencia, a través de minuciosas crónicas policiales, que el negocio prostibulario dista mucho de ser ejemplar y tranquilo. Pe­ro, no tardará en llegar hasta el decano de la prensa argentina el poderoso brazo de la Zwi Migdal haciendo que la información deje de trascender a las mesas de redacción, como se puede inferir de lo que a continuación doy a conocer:
El 2 de marzo de 1926, La Capital publica los dimes y diretes de un homicidio ocurrido el 28 de febrero, a pocos metros de la puerta del le­nocinio llamado Mina de Oro, en calle Pichincha 73, donde, como conse­cuencia de un altercado, ha resultado herido de bala un hombre. El 7 de marzo, se conocen los pormenores de un tiroteo sostenido entre vendedo­res de diarios en la vereda del prostíbulo Internacional, ubicado en calle Jujuy entre las de Pichincha y Suipacha. El 8 de marzo, pueden leerse en el mismo diario los detalles de otro grave hecho de sangre ocurrido en la cancha de bochas ubicada en la esquina de las calles Güemes y bulevar Oroño, donde se juega por dinero.
El 16 de marzo, publicase el relato de una furiosa gresca acaecida en el interior del Marconi - quibombo sito en la calle Suipacha  176-, entre cuatro vigilantes y dos clientes. El 1o de abril, los lectores se enteran de una pelea entre cinco individuos -uno queda herido-, en el Gloria, cono­cido lupanar ubicado en la calle Pichincha 89.
Un asesinato ocurrido el 2 de abril en la esquina de las calles Tucumán y Ovidio Lagos, parece continuar la rutina de hechos delictuosos que, desde muchos años atrás, tienen su eje en la seccional 9a. de policía, mas precisamente en la zona prostibularia. Pero, el 7 de abril aparece una cró­nica en La Capital que dice: "A raíz de un asunto relacionado con unas mujeres, un individuo de nombre Pedro (a) El Inglés, atacó con un objeto duro y le ocasionó lesiones de importancia a Mauricio Glassman, quien, en compañía de otros, explota el café de la calle Pichincha 73 . . .". Si bien, este hecho no asombra mayormente, lo que logra poner a la Zwi Migdal a la defensiva, es otra publicación que aparece en el mismo diario algunos días después:


SE HA COMETIDO UN ABUSO DE AUTORIDAD
 Fue arrestada sin ningún motivo una mujer.
"Ha llegado a nuestra redacción una denuncia relacionada con un abuso de autoridad de que se hizo victima a una mujer llamada Maria Luisa Vallée, francesa, de unos 27 años, a quien no pocas personas conocen con el nombre de Paulette.
Días atrás, ya cansada de vivir con un individuo de su misma nacionalidad que para explotarla la trajo de Europa, resolvió María Luisa abandonarlo
y, aprovechando un momento propicio, huyó y fue a refugiarse en una casa donde no se contraviene la ordenanza de moralidad. Horas después, conocido el escondite, la Policía arrestó sin ningún motivo a María Luisa y se la condujo a la alcaidía del Departamento. El lunes por la noche, una vez realizadas diversas gestiones, recibió la libertad, previo pago de una multa por contravención que no cometió. Se dice con funda­mento que en el arresto intervino el individuo a quien ella abandonara. Si así fuera, corno seguramente trató de establecerlo la Jefatura, el hecho se­ría incalificable. En dos palabras, se estaría al servicio de los tenebrosos para reintegrar las mujeres que consiguiesen fugar".*

Es la última vez que aparecerá, por muchísimo tiempo, una crónica policial relacionada con la prostitución oficializada y con el barrio de Pichincha, en el diario La Capital.
Uno de los órganos periodísticos combativos que tiene Rosario es, según hemos visto a través de algunas citas, La Reacción, periódico vespertino de aparición eventual fundado en 1921 por Francisco Beltrán Ducnein, quien lo dirigirá hasta 1958, año en que cesará de aparecer.
En La Reacción trabajan, además, Pascual Duchein y sus hijos Emilio, Ricardo, Oscar, Roberto y Federico, en los siguientes puestos: jefe de propaganda y cobranzas, secretario, tipógrafo, encuadernador, maquinista jefe, y encargado de deportes y expedición, respectivamente. El sema­nario, que ha tenido un par de domicilios anteriores —Laprida 845 y San­ta Fe 871—, hacia el año 1929 se ubicará definitivamente con administra­ción, redacción y talleres, en la calle San Martín 450.
¿De dónde ha salido toda esta familia periodística?. Habría que regentarse algunos años antes de la etapa fundacional de La Reacción y caminotear por una caracterizada zona de la 4ta. sección policial: el bulevar Oroño, desde la calle Salta hasta la av. Wheelwright. Sobre el paseo mencionado en primer término, bajo el número 35 bis, el jefe de la familia Duchein, Don Pascual, ha fundado un llamado "Centro Rosarino de Cul­tura Física" donde se practica por 5 pesos mensuales esgrima, box y lu­cha romana. La animación de ese centro deportivo corre por cuenta de toda la familia de Pascual Duchein, cuyos hijos boxean, tiran en la peda-na y luchan entre si para atraer adeptos.
Hacia 1920, Pascual Duchein funda La Montaña Rosarina, periódico semanal ilustrado que defiende los principios de la Unión Cívica Radical La redacción y administración funciona en el local del "Centro Rosarino de Cultura Física", lo que hace suponer que, sin ningún esfuerzo, los hi­jos de Duchein se convertirán de deportistas en periodistas a corto plazo La Montaña Rosarina, consta de cuatro páginas, formato 55 x 36 cm ai corte y 32 x 48 cm. de caja. Están impresas a 5 columnas de las de antes -6 centímetros cada una- e, invariablemente, al tope de la primera co­lumna aparece un grabado con la imagen de lo que ha dado su nombre al periódico: La Montañita del Parque Independencia.
Pero, el genio progresista de Pascual Duchein ha determinado tam­bién la instalación de un bar en bulevar Oroño No 49 -el Boxing Bar- donde se sirven café express, sandwiches y minutas a toda hora. Un gran aviso permanente dice en La Montaña Rosarina que este bar posee gran sala de billares y casino, contándose con una de medio match, única en Rosario" Por otra parte, pueden solicitarse allí bebidas y vinos legítimos, así como "vermouths, aperitivos y cerveza servidos con variedad de "Haur Devre", según el gusto del cliente". El aviso apunta, indudable­mente, a los hombres de mar que se renuevan constantemente en las cer­canías portuarias y prostibularias.
De ahí el anuncio de que "On parle trancáis. Si parla italiano y We speak englis. Open all day an all nigh long. Houvert de jour est nuit sába­dos y domingos (sic). Cióse to the second gate. First class of drmk. beer on draught, big music instrumet. Man spricht deutsch. U. vlaamsch mo-ney exchan'ge. Skins and furs sold here" y otras cosas por el estilo como "Det Bekven meligkeder god kost og logi for so'folk. Lokale for officiere. Stort music instrument. Huder og skind seelges".
No contento con el aviso que aparece en última página, Duchein co­mienza a publicar un suelto debajo del grabado con La Montañita, que di­ce así:

AUX FRANCAIS ET ANGLAIS, OFFICIERS ET MARINS.
"Tous les cafés et Bars qui sont setués dans les Rúes: Rivadavia, Balcarce
et Güemes sont des endroits ou Ton exploite odiensement les officiers et
marins des bateaux étrangers touchant notre port.
Nous recommandons a ees officiers et marins le "Boxing Bar" Boulevard
Oroño 35 al 49 on ils trouveront les meilleures marques de Boissons
étrangeres a des prix trismoderés.
Le Bar offre gratuitement: Ring pour amateurs de Box et Lutte Romaine ainsi que tous les appareils necessaire pour les sports".
Este suelto no debe entusiasmar mucho que digamos a la competencia, ya que se hace alusión a ella en forma insidiosa. Pero, en primer lugar, los otros no tienen periódico, ni tampoco ganas de enfrentar a Duchein. ¿Pa­ra que, si trabajo hay de sobra?. Bares, cafés, restaurantes, boliches, fon­das y bodegones apenas si alcanzan para atender la gigantesca población marinera que arriba al puerto de Rosario procedente de barcos en los que ondean las banderas de todos los países del mundo. Son los años de las vacas gordas, durante los cuales nuestra ciudad se ha convertido en el gra­nero del mundo.
Pero, volvamos a La Montaña Rosarina. Antecesor de La Reacción, tiene dos páginas y media de avisos, figurando entre los mas curiosos uno' que reza, a una columna:

"Mercado Modelo. Los puestos que venden mejor carne son los núms.. 40 V 41, los primeros entrando por Boul. Oroño. Carne flor, peso justo per­sonal culto y sano, usando su blusa de acuerdo a las ordenanzas municipales.”

Otro aviso que aparece invariablemente es el que anuncia que el director del diario representa "varias casas de la Capital Federal, pudiendo in-sobre el éxito de sus actividades y propaganda, los señores Houdis . Maipú 455, Buenos Aires". No conforme con esto, La Montaña Rosarina expresa en otra reclame que "la dirección de este diario, para el ex­servicio de los suscriptores y sus familias, ha establecido una oficina de compras e informes la cual atenderá inmediatamente cualquier encargo que se le  haga, para la adquisición de ropa, muebles y mercaderías, cobrar comisión alguna. También contestará toda consulta que se le haga relacionada con asuntos de derecho, tramitaciones judiciales y prácticas del  comercio e industria".
El polifacético Pascual Duchein, es representante, además, de los cigarrillos egipcios marca BIS, se especializa en conseguir "música para bailes, pic nics, fiestas, etc.", y es personero del Ungüento Mentol de Davis, "para cortaduras, rasguños, picazón y jaqueca". La influencia que ejerce Duchein,  por lo menos en el barrio, es tanta, que no tarde en aparecer en Oroño 33 una "Peluquería y Perfumería Higiénica", cuyo dueño, Datto, la ha bautizado "Centro Rosarino de Cultura Física". –
A partir del 22 de diciembre de 1921, fecha de fundación de La Reac­ia nacerse una compulsa en el kaleidoscopio de la picaresca ciudadana sobre el periódico que observa mas falencias en la autoridad pública el comportamiento del común de las gentes, seguramente figuraría el  nuevo órgano periodístico de los Duchein casi al tope de la estadística  al azar ejemplares del año 1927 -seis años después-, vemos a tónica no ha cambiado un ápice. Asi, en la edición del domingo enero de ese año, bajo el título "Por Fin.'"', el semanario se autocongratura por la reciente campaña periodística que determinara como momentáneo el cierre de "los clandestinos que con alarmante oían instalado descaradamente por todos los rincones y centro de la ciudad". Denuncia también La Reacción las actividades de "un individuo que -dice-, buen ejercedor de tenazas y pinzetas, tiene instalado ■ de sacamuelas, con chapa y otros utensilios en la calle San Lorenzo”
El relato que sigue, entera a los lectores de como el dentista oferta ex­pones por un peso y luego de conseguir al paciente, se las arregla para a extracción a 5 ó 10 pesitos "después de haberlo hecho pasar al consultorio y casi atarlo al sillón peluqueril". Según el diario de los Duchein "este modernísimo modo de proceder del galeno dental, ha ya tantas víctimas, que hasta nuestra casa muchas de ellas se nos presentado en son de justa y airada protesta por el engaño premedita­ban sido objeto".
Pero, donde el afán denunciador y chismográfico encuentra cauce pro-> en actividades como las de

Una pensión que se las trae
"En la calle San Luis 946, hay una casa de p ... de pu ... de pensión, va­mos hombre! no nos salía la buena palabra y casi pronunciábamos una que hubiera sido el verdadero calificativo de la tal casa que quiere hacerse pasar por "de comidas" y que más bien nos ha resultado "de dormidas . Y bien en ella, según denuncias, se juega a todo, es una timba desnuda, luego los pocos que allí se hospedan y son decentes, porque también los hay, viven molestos y en continuas quejas debido al elemento amoral que concurre.
Fatti El Cato, propietario de esta casa, vive encantado de haber naciado. "El danaro gentra, gentra -dice a su consorte que, por supuesto, debe ser tan Gata como el- la quente puede hablare lo ca quiera, vasta que el comesario Muñoze ma deque trabacare, ma ríi de todos los pescaditese di colore..." ¿Que le parece, señor comisario de la sección primera?.
Que el fuerte de La Reacción es clamar por clausuras, además de per­seguir brujas, curanderas, adivinas y usureros, como veremos mas adelan­te, lo demuestra en el mismo ejemplar el siguiente suelto escrito contra un cafe de camareras del barrio Pichincha.
¡DEBE CLAUSURARSE!
Tome nota el doctor Plgnetto, el Consejo de Higiene, la Inspección Gene­ral o quienes correspondan.
" ¡Deben clausurarse, decimos y nos sobra razón y motivos para así exi­girlo de quienes están obligados a velar por la moral, por la higiene y por las ordenanzas y leyes comunales! .. .
Debe clausurarse y este es el local que ocupa un inmundo café de camare­ras sito en la calle Pichincha esquina Jujuy llamado antes Gato Negro y hoy Espléndido.
En este antro de corrupción la más simples ordenanzas están vejadas con crudo escarnio. El rectángulo que forma la covacha está repleto de mu­grientas mesas, amontonadas y atendidas por mujeres que rivalizan en mugre y falta de toda higiene con el cajón que sirve de mostrador y el al­tar donde rasca su puchero diario una murga desentonada. Los vasos, tazas y demás utensilios, sucios y viejos, pasan de un cliente a otro sin conocer las caricias de un mero lavaje, transportando e inyectan­do en ese viajar continuo de boca en boca, las plagas más horribles de to­das las enfermedades que ya en este triste barrio flotan en abundancia hasta en el eterio.
En el fondo del nauseabundo covachón, se ha levantado un reducido ta­blado, cubierto apenas por remendadas colchas, donde, pobres paseantes del hambre y la miseria, suben a berrear o lucir las pobrezas de sus inge­nios, con tal de conseguir los cobres reducidos para unos garbanzos aun­que para ello expongan sus vidas, ya explotadas por los malandrines que figuran como dueños del ridículo "Espléndido".
No podemos concebir como la Inspección General o la Intendencia ha permitido que ese café, se abriera y funcione estando erv completa deso­bediencia con las leyes vigentes. Y menos aún, cuando, vemos a diario las exigencias que imponen a los teatros, cines y salas de espectáculos ha­ciéndoles cumplir ordenanzas en vigor. Nos extraña en realidad esta duali­dad de criterio, que tira a cierto acomodo premeditado y non santol Es necesario repetimos, que el doctor Pignetto, el Consejo de Higiene, la inspección General o quienes correspondan, procedan a clausurar el in­mundo covachón, sito en la calle Pichincha esquina Jujuy, por la simple razón de que su existencia es un atentado a la higiene, que ruboriza hasta a los mismos comercios que lo rodean “.

Por si todo lo escrito no bastara para caracterizar ámbitos y personajes de dudosa conducta. La Reacción arremete en la misma edición del 16 de contra la instalación del París Hotel, casa de atas que se mantendrá en funciones hasta mediados de la década del 70. (2)

NOTAS
1            La Capital. 28.4.1926.
2            El "París" se comenzaría a demoler cincuenta años después, en agosto de 1977.


Fuente; Extraído de Libro “El Rosario de Satanas” Autor Héctor Nicolás Zinni. Tomo I Editorial Fundación Ross. 3ra. Edición 2000