miércoles, 12 de agosto de 2015

"CANALLAS"



Versión 1
-¡Canallas..! ¡Canallas..!
Un parroquiano, en un cale de la avenida Alberdi, definió de esta forma a los hinchas de Central que habían generado un incidente en un partido con Aprendices Rosarinos.
La escena se ubicó en 1925.
(El periodista y escritor Héctor Nicolás Zinni recogió el testimonio de su padre Nicolás Zinni y lo escribió en su libro "El Rosario de Satanás").
Versión 2
-¡ Son unos canallas..! ¡ Son unos canallas..!
A los gritos, enfurecidos por lo que entendían era una canallada, los hinchas de Belgrano reaccionaron ante los de Central.
Los dos equipos -cuya rivalidad crecía año tras año- se habían enfrentado en la cancha de Belgrano, por el torneo de 1928. Y Central, como en partidos anteriores, había caído derrotado.
Por entonces no les era fácil a los muchachos de Talleres este conjunto de Belgrano. En el último partido ganaban 3 a 0 y terminaron perdiendo 5 a 4.
Lo cierto es que la acumulación de malos resultados provocó una explosión en los hinchas centralistas. Y en esa tarde no encontraron mejor forma de desquitarse que prendiéndoles fuego a las lonas que rodeaban la cancha de Italia y Rueda.
A la intolerancia de los centralistas se le respondió con un calificativo: ¡canallas!
(Esta versión fue transmitiéndose a través de los años, la precisó el periodista Cipriano Roldan en "La Tribuna", y el ex dirigente Silvio Jou ofreció más detalles: entre quienes gritaban "canallas" en la barra de Belgrano "estaban los hermanos Santana y Codara, viejos hinchas de ese club").
Versión 3
-¡Canallas..!
-¡Leprosos..!
(Aquí ya surge la reciprocidad entre los históricos rivales). Debía disputarse un partido a beneficio del Patronato de Leprosos y Central se negó a jugar.
La reacción de los hinchas de Newell's no se hizo esperar: ¡canallas..!
Los centralistas soltaron rápidamente su imaginación para definir a los rojinegros, que sí querían jugar: ¡ leprosos..!
(Es una de las versiones más instaladas en la ciudad pero nunca corroborada. Tampoco ha sido localizada en el tiempo).

Versión 4
-¡Canallas..!
-¡Leprosos..!
(Otra vez, aparece la reciprocidad. O la devolución de "gentilezas").
"... Los baldíos que circundaban la actual estación Rosario Central eran escena­rios de picados en los que tomaba parte la muchachada del barrio, en su mayoría hijos de obreros ferroviarios. Antes y después de cada picado debían pasar por el Colegio Newell (Entre Ríos al 100), que estaba resguardado por altos muros. La gritería decía que también allí florecía la pasión por el fútbol. Los que pasaban por la calle comen­zaron un día a trepar las paredes que preservaban el ámbito interno del colegio de las miradas ajenas. Vaya a saber en la imaginación de quién nació la idea de que aquel recinto parecía un leprosario, apartado como estaba de la curiosidad de los viandan­tes. Y la cargada juvenil y espontánea no tardó en llegar. ¡Leprosos!, gritaban desde afuera. Y los de adentro, ofendidos, tampoco tardaron en responder: ¡Canallas!".
(El relato es del periodista Andrés Bossio en "La Historia de Rosario Central", donde también consigna las otras tres versiones).
Más allá de la imaginería popular o del valor testimonial, lo cierto es que el cen­tralista es conocido desde hace tiempo como "canalla".
Para la Real Academia Española, canalla, que proviene del italiano "canaglia" y éste de "cañe" (can, perro), es "gente baja y ruin", "hombre despreciable y de malos procederes".
Quizá a quien se le ocurrió la definición asoció el término con los preconceptos despectivos ya instaurados a principios de siglo, que ligaban a los hinchas centralistas con su origen humilde y popular en los "suburbios del norte". En definitiva se trataba de preconceptos sociales que se verán continuamente en la vida argentina: desde la visión elitista los obreros que llegarán a Plaza de Mayo el 17 de octubre de 1945 para pedir por Juan Perón serán los "descamisados", o los "cabecitas negras".
Y, como los "descamisados" o los "cabecitas negras", los "canallas" parecieron siempre sentirse orgullosos de ser llamados así.
Es más: Inodoro Pereyra, el personaje creado por el humorista -y "canalla"- Ro­berto Fontanarrosa, terminará poniendo las cosas en su lugar. Siguiendo con la línea trazada a principios de siglo de un Rosario Central acriollado frente a la dominación inglesa, Inodoro no se avergonzará de gritar: "¡Soy canaya...!".
Fuente: Extraído del Libro “ de Rosario y de Central.” Autor Jorge Brisaboa. Editorial Homo Sapiens . Impreso de noviembre 1996.