miércoles, 27 de mayo de 2015

DEL SILENCIO AL SONIDO



La irrupción de la radiofonía iba a producirse, como fenóme­no de repercusión masiva en la ciudad, en la década del 30 para ir convirtiéndose poco a poco en un ingrediente cuya ausencia era impensable en las viviendas de los rosarinos, para muchos de los cua­les el aparato de radio era el único medio de comunicación con el mundo cuando no se tenía acceso a la lectura de los diarios.
Sinembargo ya en los años 20 existieron en Rosario emisoras radiales de onda larga e incluso antes de 1923 se constataba la existen­cia de otras de onda corta, la mayoría de ellas fruto de experiencias pri­vadas. Se había producido poco antes -en agosto de 1920- un hecho histórico, que abonaría en forma notoria el entusiasmo de los que veían a la transmisión radiofónica como una necesidad de los tiempos, capaz de aunar la difusión de la cultura y la información con un negocio redituable: la primera emisión radiofónica en directo desde el Teatro Coliseo porteño.
Sus responsables (Enrique T. Susini, César Gerrico, Miguel Mujica y Luis Romero), todos ellos radioaficionados que habían elegido para aque­lla experiencia la transmisión del "Parsifal" wagneriano, encontrarían muy pronto émulos rosarinos en algunos adelantados como Fer­nando Maliandi y otros, que tendrían vincu­lación directa con el nacimiento de las distin­tas emisoras radiales en la ciudad. La creación del Radio Club Rosario en 1921 permitiría or­denar los primeros ensayos nocturnos de trans­misión radiofónica, experimentales, que prea-nunciaban la pronta aparición de las broadcas-tings locales.
En esos años iniciales de la década del 20, el modelo indudable era Radio Cultura de Buenos Aires, a la que se considera la primera emisora argentina organizada como tal. En Ro­sario, entretanto, y hasta la aparición de LT3, LT8 y LT1, algunas emi­soras de vida efímera experimentaban sus programaciones. Eran los ca­sos de Telerradio, perteneciente a la empresa presidida por el Ing. Gustavo Caesar, con sede en Maipú 836, cuya onda utilizaría inicial-mente la Sociedad Rural de Cerealistas para la lectura de sus boletines de cotización de granos, lo que luego haría a través de su propia radio; E4 Radio Fugardo, de Sarmiento 1287, iniciada en 1923 y extingui­da en 1927; F.3, propiedad de Boero Hermanos, en Santa Fe 1043. Todas ellas antecedentes valiosos de una rica cro­nología rosarina: la de la radiofonía, cuyo período de es­plendor correspondería sobre todo al período 1930-1960, decaería con la irrupción de la televisión y renacería en la década del 80, de la mano -sobre todo- de las radios de FM.


Fuente: Extraído de la colección  “Vida Cotidiana – Rosario ( 1930-1960) Editada por diario la “La Capital