lunes, 25 de agosto de 2014

EL ARBOLADO DEL PARQUE



En un instante, al toque de clarines, en presencia de una enorme concurrencia, aparecie­ron plantados dos mil árboles, cuyo acto fue saludado por una salva de aplausos'1. Así recuerda el intendente Lamas en su Me­moria, la primera fiesta del árbol en el flamante Parque Indepen­dencia. Algunas de aquellas es­pecies iniciales fueron, tal vez, el origen del posterior arbolado, integrado mayoritariamente por especies adaptadas provenien­tes del valle del río Paraná o de la barranca (ceibo, sombra detoro ombú); otras, de áreas situadas más al norte del país (pezuña de vaca, pindó, palo borracho, tipa, jacaranda, lapacho, ibirá-pitá), y el resto llegadas de lugares más lejanos, incluidos otros con­tinentes: plátanos, casuarinas, brachichitos, alcanfores, eucaliptus, cedros, robles, pinos, cipreses calvos, ligustros, grevilleas y muchos otros.
Pese a que se advierte la falta de un proyecto coherente, hay sectores interesantes y arbola­dos magníficos como las tipas en Oroño, las palmeras fénix en la avenida que corre entre el Hipó­dromo y el estadio de N. O. Boys, los jacarandaes y las tipas de Morcillo, los palos borrachos en Coronda y en Infante y los alcan­fores a lo largo de avenida Pelle­grini. Los plátanos de 27 de fe­brero, las magnolias de Lugones y los brachichitos de Solano Ló­pez se encuentran raleados, en cambio, y algunos ejemplares en estado de real decrepitud.
Algunos árboles están dispues­tos formando bosquetes: los eu­caliptus frente al Cementerio El Salvador y cerca de la esquina de Solano López y Moreno; otros, en cambio se encuentran aisla­dos o formando grupos mixtos. Pueden señalarse los pinos pi-nea en las esquinas de Oroño, en la Plaza del Foro, de copa angos­ta; los ginkgos en esa misma pla­za y en la de enfrente, de follaje amarillo oro a comienzos de ju­nio. Dos ejemplares de encina (uno en Alvear y Montevideo, otro frente a la entrada a Tribuna­les); un alcornoque (corcho) en la avenida Coronado, junto a la cer­ca de la Dirección de Parques y Paseos, y un ibirá-pitá dentro de la Escuela de Jardinería, con flo­res amarillas en el verano, pue­den destacarse asimismo dentro del arbolado del Parque.
Un pica-pica, de hojas verde claro, pasa inadvertido en Cochabamba casi esquina Oroño, aunque en primavera se llena de flores de color rosa pálido. A su lado, hay un roble sedoso o gre­villa, elegante y alto, de grandes flores primaverales que parecen cepillos orientados con las cer­das hacia arriba, de color ama­rillo naranja. También en sep­tiembre se pueblan de flores los lapachos a metros de la avenida Dante Alighieri.
"No es aventurado imaginar que algunos de esos árboles ha­yan sido de los plantados en aquella fiesta de principios de siglo, cuando los niños rosari-nos -acaso sin saberlo- estaban contribuyendo a consolidar un 'pulmón verde" en el corazón de la ciudad..."



Fuente Extraído de la Revista Historia de aquí a la vuelta. Autor Raquel García Ortúzar de Marzo 1991.