viernes, 6 de septiembre de 2013

ENTRE POCIONES Y BOTICARIOS: LAS FARMACIAS ROSARINAS


Por Lorena Ratner*

Curar las enfermedades ha sido, desde la sociedad primitiva, uno de los prin­cipales objetivos del hombre para po­der garantizar su subsistencia. En un principio el chamanismo, la magia y el uso de los conocimientos botánicos de su entorno, le sirvieron al hombre, como los únicos instrumentos para al­canzar este fin. Ya las tempranas civi­lizaciones americanas poseían un ex­haustivo conocimiento de las plantas y hierbas medicinales las cuales aplica­ban con fines terapéuticos.
Para poder realizar un breve repaso sobre lo que ha sido la historia de la farmacia en general, es preciso, en pri­mera instancia, referirnos a la historia de las ciencias médicas, ya que en un principio, y durante mucho tiempo, la farmacia formaba parte de estas últi­mas. La organización de la Farmacia en el Río de la Plata, al igual que en otros pueblos del Nuevo Mundo, fue un reflejo de las prácticas peninsula­res. Si nos remontamos a las primeras décadas de la vida de los pueblos que habrían de constituir el virreinato del Río de la Plata, no existía nada pare­cido a lo que hoy denominamos como farmacia o botica. A principios de 1600 los primeros médicos vinieron a esta parte de América y eran ellos mis­mos los que preparaban los remedios que recetaban. Habrá que esperar a mediados del siglo XVIII para comen­zar a hablar de boticarios. En 1782, en el virreinato de las Provincias del Río de la Plata, no había menos de 34 bo­ticas establecidas, de las cuales 19 se hallaban en tierra argentina.
Mas allá de las actuaciones de estos primeros médicos, era del todo co­rriente la utilización de "medicinas caseras" entre los pobladores. Una crónica de Charles Darwin, durante su viaje por la provincia de Santa Fe, des­cribe una curiosa técnica para curar el dolor de cabeza: "Un violento dolor de cabeza me obliga a guardar cama du­rante dos días. Una buena anciana que me cuida me apremia para que ensaye un gran número de extraños remedios. (...) ...se acostum­bra aplicar a cada sien del enfermo una hoja de na­ranjo o un trozo de tafetán negro; es aún más usual cortar un haba en dos partes, hume­decer éstas y apli­carlas asimismo a las sienes, donde se adhieren fácilmente. (...)Algunas veces, si se pregunta a un hombre que ostenta en la cabeza esos trozos de tafetán qué le ha ocurrido, contesta, por ejemplo: 'Tuve jaqueca anteayer'." (Darwin, C. 1945:168).
 Volviendo a las primeras farmacias del municipio, hay que decir que si bien muchas estaban instaladas en la Villa del Rosario, resulta bastante difícil el rastreo de las mismas, por el hecho de que  los archivos de Inspección de Farmacia recién comenzaron a parecer del año 1900. Francisco Cignoli, quien ha estudiado a fon-do la historia de la farmacia en nuestro país, nos dice que: "Con anterio­ridad a esta fecha, sólo se encuentran datos dispersos sobre boticas en el Re­gistro de Farmacias y en el Libro de Acuerdos (1875-1883) y Copiadores de notas (1892-1896) del extinguido Consejo de Higiene del Rosario.  Así, en el folio 2 del men­cionado Registro de Farmacias Consejo de Higiene del Rosario.  Así, en el folio 2 del men­cionado Registro de Farmacias se consigna   la si­guiente anotación "en 1854 el farma­céutico Dionisio Ramayo funda la Farmacia "Del Globo", llamán­dola después "Co­lón" y luego "Day" establecida en las calles Puerto (hoy San Martín) y San Lorenzo: funcionó sin interrupción hasta el año 1911 en que fue clausu­rada." En 1912 se habilitó nuevamente y es la actual Farmacia "Del Puerto". (Cignoli, F. 1953:178).
El censo de 1869, revela que había en Rosario 22 farmacéuticos. Otros regis­tros que nos brindan información so­bre este rubro, son las primeras Guías de comercio, que datan de los años 1870 y 1876. En estas últimas algunas de las que figuran son: "Del Globo", "Raspad", "Del Mercado", "Demarchi Hnos. (del Águila), "Cóndor Dora­do", "Central", y "Del Pueblo", entre otras.
Estos comercios recibían visitas perió­dicas del Consejo de Higiene, quienes controlaban, entre otras cuestiones, las normas de salubridad: "Se efectuó ayer 7 de Julio (1875) la revisión reglamentaria de las   boticas. Se las encontraron a satisfacción de los   revisores de boticas del Águila, la del Cóndor Dorado,    la del Mercado, la Ingle­sa, la Raspad y la de la S. Italiana, no dejaron nada de desear, respecto, abundancia de los preparados y de sus exactas preparaciones; así de la lim­pieza general, lo cual se reconoce más por el motivo de no había sido prevista la revisión. Alguna amonestación me­recía botica.... por fa de preparados mas corrientes y menos limpieza en la trasbotica...". (Ibid.,pp.179-180)
. Algunos años más tarde, se crearía la Inspección General de Farmacias, un organismo encargado de hacer cumplir las leyes y decretos relacionados con el funcionamiento de farmacias, dro­guerías, laboratorios, etcétera. Estaba facultado para controlar el expendio de estupefacientes, el cumplimiento de turnos, intervenir en las licencias a los directores técnicos y propietarios de farmacias, aprobar contratos, autorizar adscripción de profesionales, clausurar farmacias, droguerías, etc.
Ya para el año 1902 existían en nuestra ciudad, tres droguerías y treinta y una farmacias: "Algunas están ladas en lujosos edificios y monta con todos los perfeccionamientos ventajas de la época. Es lamen que no aparezcan bien distribuida} el municipio, habiendo zonas de tres o cuatro manzanas donde se han radicado una docena de estos establecimientos. El servicio nocturno no está reglamentado, sin embargo, las principales  farmacias  cuentan  con venían especiales para atender los pedidos hechos a altas horas de la noche" ( primer Censo  Municipal de población la ciudad del Rosario, 1902:389).
Una de las farmacias más reconocidas para esta época, y cuya trayectoria prolongó durante muchos años, fue la farmacia del Águila. Este comercio,   agosto de 1856, figuraba con el nombre de Botica y Droguería del Rosario. se encontraba en la calle Comercio 103. Luego es adquirida por Dem Hnos. y Cia., que la traslada a Córdoba N° 135 1/2, bajo la dirección técnica de don Carlos Delapierre que más tarde tendría el nombre Botica del Águila. En 1859 se mudó a Córdoba y Puerto y en 1864 a la calle Puerto al lado de la Droguería del mismo nombre. En la imagen podemos servar tanto el frente de la botica c el frente de la droguería.
Más allá del servicio inherente a este tipo de comercios, la botica del pasado era toda una institución por si misma. Los miembros mas importantes que definían una comunidad como tal, eran: el cura, el alcalde, el médico y el boticario. Además de funcionar como un negocio que expendía medicamen­tos y pociones, también funcionaba como una especie de club. En ella se reunían los notables a conversar y co­mentar los acontecimientos más des­tacados del momento. En general, las boticas estaban ubicadas cerca de una iglesia, de esta manera aquel que nece­sitara algún remedio, debía guiarse por el campanario de la iglesia más cer­cana. En cuanto a los boticarios, eran personajes que gozaban de la autoridad y el prestigio del medico, por lo que los vecinos acudían a uno u otro en bus­ca de un remedio para sus dolencias. (Op.cit., 1953:143-144).
Dentro de las vis­tas urbanas que realizaron los fotó­grafos instalados en nuestra ciudad desde mediados del siglo XIX, se destacan tomas en las cuales apare­cen las farmacias. Como decíamos antes, éstas no sólo eran un comercio más, sino que la botica o farmacia, era considerada como una institución, tan importante como el hospital o la iglesia. Asimismo, no debemos dejar de lado tampoco,
el papel que jugó para la práctica fotográfica, sien­do el lugar en donde los fotógra­fos adquirían los compuestos químicos para poder rea­lizar sus tomas. ■

* Lic. en Antropología.
Archivo de Fotografía. E.S.M. Secretaría de Cultura y Educación. Municipalidad de Rosario.

Bibliografía
Carrasco, Gabriel. "Guía civil y comercial de la ciudad de Rosario". Imprenta Carrasco. Ro­sario, 1876.
Chueco, Manuel. "Guía del comercio)'foraste­ros de Rosario". 1870.
Cignoli, Francisco. "Historia de la Farmacia Argentina". Ed. Ruiz. Rosario. 1953. Darwin, Charles. "Viaje de un naturalista alre­dedor del mundo". El Ateneo. Buenos Aires. 1945. Diccionario Mikielevich (inédito). Reseña histórica del primer periodo de la Farmacia en la Argentina.
Primer Censo de la República Argentina. 1869.
Primer Censo Municipal de población de la ciudad del Rosario de Santa Fe. Rosario. 1902.

Fuente: extraído de la revista “Rosario, su Historia y Región. Fascículo N• 112 de Octubre 2012.-