martes, 17 de septiembre de 2013

BREVE RESEÑA DEL TEMPLO DE SAN CAYETANO (ROSARIO)


De capilla de huérfanos a imponente parroquia

 Por Silvina N. Balma

Ante el expansivo desarrollo que la ciu­dad de Rosario experimentó en la se­gunda mitad del siglo XIX, el primitivo casco histórico fue ampliándose con la incorporación de nuevos terrenos don­de fueron asentándose los pobladores recién llegados. La mayoría de éstos eran inmigrantes provenientes de Italia y España y le dieron peculiares conno­taciones a las zonas que iban ocupan­do, conocidas en ese entonces como pertenecientes a los extramuros. Den­tro de esas particulares características, un dato no menor es que, dentro de los núcleos barriales que se iban erigiendo en esos nuevos asentamientos, un lugar preponderante estaba ocupado por la creación de Asociaciones de Caridad y la erección de templos vinculados a la Iglesia Católica, las que en algunos ca­sos, eran acompañadas por la difusión del culto a algún santo protector de sus lugares de origen con las respectivas de­vociones y rituales a éstos vinculados y con el tiempo se irían constituyendo en verdaderos focos de la identidad barrial.

En el caso de la barriada que actual­mente conocemos como República de la Sexta, el primer templo que fuera le­vantado en sus solares fue la primitiva Capilla de la Corte de María en el lejano año 1862, la que se encontraba empla­zada en la esquina de las actuales calles San Martín y Cochabamba y que, treinta y siete años después, se transformara en la Parroquia San José, siendo éste el pri­mer asentamiento vinculado a la Iglesia Católica que se radicara en ese entonces aislado paraje ciudadano. Sin embargo, a poco de levantada la Capilla mencio­nada, se decidió construir - a iniciativa de la Sociedad de Damas de Caridad -un asilo para la guarda y el cuidado de los niños desvalidos de la ciudad, lo que se constituyó en 1879 en el Hospicio de Huérfanos, el que se emplazó en terre­nos no muy lejanos del entonces de­nominado Hospital de Caridad (actual Hospital Provincial), ubicándose con­cretamente en terrenos de las actuales calles Cerrito (donde en esos tiempos existía un importante pantano al que los vecinos de la ciudad habían solicitado a la Municipalidad su drenaje para poder abrir la traza de la mencionada calle) y Laprida (conocida entonces como calle Comercio)1 , en los solares que había donado el matrimonio de María de los Ángeles Rodríguez de Rosas y Juan Antonio Rosas. El flamante Hospicio fue puesto bajo la atención de las Hijas de María Santísima del Huerto (las que ya atendían su establecimiento escolar y el Hospital de Caridad) siendo consa­grado bajo el patrocinio de San Vicente de Paul, mas la Sociedad de Damas que lo había erigido decidió poner su aso­ciación bajo el patronazgo del Santo del Pan y el Trabajo - San Cayetano - y , en virtud del convenio realizado con las religiosas huertanas, se decidió que d Asilo tuviera una Capilla donde fuera venerado Nuestro Señor y se adminis­traran los Santos Sacramentos, además de un capellán que allí pudiera eje su Sagrado Ministerio. De esta man y en una forma provisoria y a inicia^" de la benemérita dama Tomasa Gó de Guillón, en una sala consagrada la Virgen del Huerto, en 1878 se im guró dicha Capilla siendo celebrada primera misa por el padre José Ri done (que pertenecía a Santa Rosa) quien posteriormente fuera nom^ como primer capellán fue el padre Felix Cavallieri (agosto 1882-julio 1884), luego sucedido por los padres ~ Domingo Lozno (julio 1884-abril 1892) y  José María Sánchez (abril 1892)2, siendo este último el que se encargó de trans­formar la humilde Capilla del Hogar del Huérfano en el monumental templo de San Cayetano que hoy conocemos. El caritativo matrimonio Rodríguez -Rosas que fuera el donador de los terre­nos donde se levantó el orfanato tam­bién fue el que otorgara a la Sociedad Damas de Caridad un solar contiguo a dicha institución para que se pudiera construir un templo católico, el que se­ría ".. .costeado por la misma Sociedad, por suscripciones públicas y por otros medios permitidos para estas obras que estuvieran a su alcance..."3. Con ese objetivo, comenzaron a producirse los primeros trabajos en el terreno situado en la calle Buenos Aires entre Cerrito y Riobamba, siendo el director general de la obra el afamado constructor ita­liano Ulises Lazzari y presidenta de la Sociedad de Damas de Caridad la dis­tinguida Fidela Ortiz de Somoza, sien­do éstos los que tuvieron el honor de colocar la piedra fundamental del Tem­plo el 29 de junio de 1893 bendecida por el padre Sánchez en una nutrida y emotiva ceremonia, en la que - una vez concluida - se dio inicio a la construc­ción de la iglesia prometida, la que iba erigiéndose sin recurrir a subsidios ofi­ciales sino que lo iba haciendo gracias a la generosidad ilimitada de los fieles a ella vinculados, como oportunamente lo resaltaran las crónicas de la época.
No obstante las obras de construcción del nuevo templo y la posterior prime­ra inauguración de la Capilla Mayor en septiembre de 1898 sufrieron una con­siderable detención cuando, al crearse la Diócesis de Santa Fe en 1897 y la consiguiente reestructuración de la or­ganización eclesiástica de la provincia a cargo de su primer Obispo, Monse­ñor Juan A. Boneo, se le otorgó a San Cayetano el rango de Parroquia, lo que fuera rechazado por la Sociedad Damas de Caridad por prohibírselo las disposi­ciones testamentarias de los donadores del terreno y, por otra parte, este hecho implicaba dejar sin atención religiosa al Asilo de Huérfanos al no contar con su
capellán, ya que éste debía hacer­se cargo de la nueva parroquia de San José. Por lo que la obra del templo de San Cayetano entró en una etapa de postración y abandono desde abril de 1901 hasta la llegada a la presidencia de la Sociedad de Damas de Caridad de la  señora Mercedes Virasoro de Vila tu 1912, siendo esta ilustre dama la que decidirá la reanudación de las parali­zadas obras, poniendo al frente de la Comisión Pro Construcción del templo a la no menos benemérita Fidela Ortiz de Somoza. Ambas damas, impulsadas por el noble deseo de cumplir con lo establecido por el matrimonio Rosas y contando con la inestimable ayuda de los Padres José María Sánchez y Félix Dutari Rodríguez y las otras distin­guidas damas que las acompañaron, fueron las artífices de que la Iglesia puesta bajo la advocación del Santo de Thiene fuera prestamente concluida y el 19 de octubre de 1919 fuera solem­nemente bendecida e inaugurada – en nombre del Obispo Boneo - por su dele­gado, Monseñor Rafael Canale Oberti.  
 Una vez inaugurada la estructura bá­sica del templo, se procedió a la cons­trucción de la torre y a equiparlo con el mobiliario y los diferentes grupos escultóricos; vitrales y tallas en madera que resaltaban significativamente en la iglesia, la que se podría enmarcar en un estilo cercano al renacer del gótico me­dieval siendo los más significativos el deslumbrante pulpito tallado en madera (obra del escultor español Diego Masa-na Majó, actualmente sito en el Museo Histórico Provincial de Rosario y dona­do por la distinguida dama Clara Alber-di de Correa) y las magníficas puertas de acceso que, con sus relieves, recuer­dan a "La Porta del Paraíso" elaborada por Lorenzo Ghiberti para el Baptiste­rio de Florencia (Italia). Esta fue dise­ñada por el ingeniero Valentín Gron-dona y fuera generoso donativo de la señora Joaquina Vilariño de Soaje en el año 1927. Un dato importante a tener en cuenta es que, con motivo de la terrible crisis de la década del treinta en nuestro país, la devoción a San Cayetano creció en forma notoria ya que éste es consi­derado un poderoso intercesor ante el Señor para solicitar el Pan y el Trabajo que en esos duros años escaseaban4, por lo que se decidió esculpir en agosto de 1945 la solemne imagen de San Cayeta­no que será utilizada para las procesio­nes realizadas en su honor, constituyen­do a partir de ese momento la festividad más importante de la zona y otorgando a la Iglesia de Buenos Aires y Cerrito el papel de indiscutible hito referencial de la barriada República de la Sexta.
 Asimismo, en torno al templo, fueron estableciéndose numerosas asociacio­nes piadosas en procura de aliviar los padecimientos de los más necesitados, así como también otras vinculadas a las diferentes celebraciones litúrgicas que pudieran tener lugar en su sede. Dentro de estas últimas sobresalen por méritos propios, el Apostolado de la Oración (fundado en 1913) y la Guardia de Ho­nor de San Cayetano (creada en 1941).
Esta última es a quien le cabe el honor de organizar todos los años la Novena en homenaje a San Cayetano, la que tiene como epílogo la imponente ma­nifestación de fe que se produce todos los 7 de Agosto, donde confluyen nutri­das multitudes en procura de agradecer e implorar al santo veneciano por Paz, Pan y Trabajo, siendo una de las más recordadas la que se realizó en ocasión del cincuenta aniversario de la inau­guración del templo (octubre de 1969).
Con el tiempo, la Iglesia Cayetanense no sufrió significativas modificaciones en su estructura pero, al hacerse car­go de la misma el presbítero Ernesto Longhi en 1982, fueron reacondicionados parte de su mobiliario, altares y esculturas, destacándose - entre éstas últimas - la incorporación de un par de templetes interiores ubicados en los laterales del templo: Uno a la izquier­da, que alberga la imponente escultura de su santo patrono y otro, localizado a la derecha, que contiene la imagen de San Expedito donada por las religio­sas de la Capilla del Buen Pastor, lo­calizada en las cercanías de la Iglesia. Para finalizar esta breve reseña, nos basta señalar que el 7 de Agosto de este año 2010, este templo diocesano rosarino fue elevado al rango de Santuario por el Arzobispo de la ciudad, Mon­señor José Luis Mollaghan, hecho que congregó a una fervorosa multitud y el 5 de diciembre de este mismo año, se le otorgará a la ya centenaria Iglesia la ca­tegoría de Parroquia quedando a cargo del Padre Marcelo Olivera (sucesor del padre Longhi), hecho que no dudamos contribuirá a seguir expandiendo la devoción al Santo de la Divina Provi­dencia y a seguir resaltando al templo a él consagrado como uno de los más significativos núcleos de religiosidad y piedad populares de nuestra ciudad.

Bibliografía


1HEREDIA, Elina: "San Cayetano. Iglesia: Calle Buenos Aires entre Cerrito y Riobamba: 1893-1919" (en FACULTAD DE ARQUITEC­TURA, PLANEAMIENTO Y DISEÑO UNR Y OTROS: "Conocer y cuidar la ciudad en que vivimos", Rosario, Municipalidad de Rosario, 1997, p.86)
2Véase VIDAURRETA, José: "Libro de Oro de San Cayetano. Cincuentenario de la ben­dición del templo: 1919-19/X/1969", Rosario, Guardia de Honor de San Cayetano, 1969, ps. 8 y 9.
3Ibídem, p.ll.
Véase BAGGIO, Fabio: "La Chiesa Argentina di fronte all'immigrazione italiana tra il 1870 ed il 1915", Roma, Instituto Storico Scalabrinia-no, 2000, p. 334 (Traducción propia)


Fuente: extraído de la revista “Rosario,  su Historia y Región  Fascículo Nº 92 .  de Diciembre de 2010.