miércoles, 14 de agosto de 2013

EL ABUELO


Es difícil que en la zona de barrio Azcuénaga la gente de edad no recuerde la figura de El Abuelo. De baja estatura, noble rostro, vivió más de 90 años en una casa cedida gene­rosamente por la familia Renom, en Mendoza al 5100, con salida por los fondos hacia el Club Libertad, donde desarro­llaría, por años, una acción de proselitismo ideológico cultu­ral inclaudicable.
Con datos de identificación desconocidos (su apellido era al parecer Alonso), había sido militante ácrata, con funcio­nes para la Primera Interna­cional de Trabajadores en dis­tintos lugares del mundo. Ha­bía nacido en Málaga, de ofi­cio albañil .fue compañero del maestro Francisco Ferrer, fusi­lado en España, y conoció car celes en distintos países, in­cluida una larga reclusión en África. Llegó a la Argentina en tarea militante y se radicó en Rosario, enamorado de la ciu­dad donde concluirían sus pe­regrinaciones.
Simpático, bondadoso, que­rido por el vecindario, se lo veía detenerse con algún veci­no y leerle y explicarle párra­fos de libros de amarillentas páginas, ajadas por el uso: el Quijote, textos de Elíseo Reclus, Emilio Zola, Kropotkine o el periódico anarquista La Protesta. Esa labor de incentivación cultural fue de real im­portancia y de no desprecia­bles frutos. Mucha gente de la zona le agradece hoy su inte­rés por la lectura, el conoci­miento de libros y autores, la interpretación de los hechos de la historia, el amor a la naturaleza, la inquietud por la ciencia, el valor de la inte­ligencia humana, la necesi­dad del estudio, el amor al semejante y la defensa de las libertades individuales...-
 
Fuente: extraído de la revista “Rosario, Historia de aquí a la vuelta  Fascículo Nº 18 .  De Enero 1992. Autor: Alberto Campazas