viernes, 7 de septiembre de 2012

BAJA LA OPERA REPUNTA EL COLON


Otoño de 1915. Sigue la guerra en Europa. Comienza la guerra submarina, y el hundimiento del Lusitania por un sumergible alemán, motiva una ola de indignación en los Estados Unidos. Los alemanes utilizan zeppelines para bombardear ciudades británicas desde el aire. Se emplean por vez primera gases asfixiantes lo que da a esta guerra un carácter terrorífica Italia entra en la guerra el 24 de mayo.
En Rosario varios buques buscan refugio en el puerto y la prensa local informa cotidianamente sobre los sucesos que sacuden al Viejo Mundo. En nuestra ciudad se prohíbe la exhibición de ciertas películas en los cinematógrafos para evitar choques y se disuelve la eficiente Enfermería Anglo - Alemana. También se llevan a cabo despidos de empleados y obreros que apoyan a algunas de las partes en conflicto, cuando esa preferencia no concuerda con la de sus empleadores.
Entre los voluntarios que parten para incorporarse a las filas de los ejércitos beligerantes en Europa, va también el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, don Julián Parr, quien es despeado en la estación Súnchales por una numerosa concurrencia de hombres de negocios. Parr parte con rumbo a Buenos Aires, y de allí a Inglaterra 1.
Al comienzo del conflicto bélico la falta de trabajo provoca serios problemas y se organizan cocinas populares. J. Daniel Infante, olvidando un poco su ajetreada intendencia, organiza en el barrio Echesortu un campamento para desocupados. La Sociedad Protectora de la Mujer contribuye con lo suyo. En este 1915 se comercie en dependencias municipales e| pan barato y se habilitan salas y sótanos del Hospital Nacional del Centenario como albergue nocturno.
No obstante, en Rosario no faltan los banquetes a propósito de cualquier cosa, aunque a veces la convocatoria tenga su justificación, como cuando alrededor de sesenta personas vestidas con elegancia rodean la mesa donde es agasajado el autor dramático Diego Ortiz Grogret, por el éxito alcanzado con su obra teatral Las curas milagrosas. Pic-nics, compromisos, casamientos, cumpleaños y mil excusas más tienen los rosarinos para reunirse a manducar y a beber como Dios manda, pese a la crisis.
En Buenos Aires se asiste a la inauguración de la estación Retiro y la Guardia Vieja del tango aún persiste en defenderlo de letras y cantores. "Es para bailar nomás", parece una sentencia. Sus mejores exponentes trabajan de día y tocan de noche: Greco vende diarios; Villoldo es linotipista; Contursi es zapatero y Firpo pinta letras en las vidrieras de los comercios.
Otros temas: Las costureras se declaran en huelga, los chicos porteños y rosarinos parecen todos iguales con sus trajecitos marinero y en los hogares está de moda el jabón Reuter y el aceite Bau .

Fuentes: Capítulo 9 extraídos del libro Rosario era un espectáculo ¿Arriba el telón! Autor: Héctor N. Zinni de 1997