jueves, 2 de agosto de 2012

ULTIMOS DIAS DEL TRAMWAY


En febrero de 1898 asume Juan Bernardo Iturraspe como gobernador de Santa Fe, quien designa a Luis Lamas para la intenden­cia de Rosario y acierta elección, ya que se trataría de los gobernantes más recaí eficientes de la ciudad.
El 29 de mayo de ese  mismo año. fallece en Buenos Aires, de se hallaba internado el empresario Mr. Ross. Los diarios el Municipio y La Capital destaca extraordinarios rasgos de su personalidad, señalando a la vez su condición de progresista propulsor  de iniciativas
La Anglo-Argentino, administrada por Enrique Gay y su fundador, sigue sin embargo  extendiendo sus líneas y aumentando las combinaciones.
Desde Buenos Aires, mientras tanto, llegan noticias elogiosas respecto del tranvía eléctrico. La gente —que en principio sentía terror por el cable electrificado colgando de sus cabezas— comienza a descu­brir las ventajas del sistema, verificando de paso su seguridad y preparándose a aceptarlo.
El 9 de Junio de 1899, el Concejo Deliberante de Rosario recibe la primera solicitud para la instalación del tranvía eléctrico en la ciudad. Corresponde al empresario Carlos Hausmann y no encuen­tra eco entre las autoridades municipales y lo mismo ocurre con una segunda, elevada en noviembre por empresarios porteños representados por José Gil.
Entre acusaciones de negociados lanzadas por el radicalismo y discusiones sobre la conveniencia o no del sistema "trolley", sostenidas por la prensa, las decisiones se demoran.
En enero de 1900 se anuncia la inminente inauguración del Jardín Zoológico y la empresa Anglo—Argentino —atenta a toda novedad de este tipo— dispone un nuevo ramal entre la plaza 25 de Mayo y el flamante paseo público.
Rosario, casi sin advertirlo, entra al nuevo siglo con absoluta confianza en un progreso y bienestar que por entonces se creían irreversibles. En octubre se realiza el primer censo municipal, cuyos resultados serán dados a conocer recién dos anos más tarde. El relevamiento informa que hay en la ciudad cuatro líneas de tramways —ya que las del Oeste y Anglo—Argentino se han fusionado—, que recorren 98 kilómetros de vías, con 93 coches, 1.021 caballos y 423 empleados. El censo consigna además que en el último año fueron transportados 6.217.475 pasajeros en 263.588 viajes.
El Concejo Deliberante otorga, en esa ola de decisiones progresis­tas, una concesión para instalar una red de tranvías eléctricos a Enrique D. Robinson, por el lapso de 70 anos. Sin embargo, la concesión caduca al no depositar el empresario la garantía exigida.
En 1902, el personal de los tramways se organiza sindicalmente, aprobando su estatuto en un local de la calle San Lorenzo 1730, con la asistencia de Pietro Gori, líder anarquista.
También ese año trae un legítimo motivo de orgullo para los rosarinos. El 1° de enero se festeja la inauguración del Parque Independencia, con una fiesta a la que asiste una multitud entusiasta, que celebra una nueva realización de su dinámico intendente Lamas.
El Rosarino del Norte se agrega a la fusión existente entre Anglo-Argentino y la empresa del Oeste y el nuevo consorcio extenderá prontamente sus líneas hasta el nuevo parque, alcanzando el Hipódromo.
El 14 de septiembre de 1902 se habilita el Pasaje Celedonio Escalada, bajo las vías del Ferrocarril Central Argentino y del Buenos Aires—Rosario. La obra Implica un importante aporte para el sistema tranviario ya que termina con el peligro que implicaba el cruce de tramways con trenes, que se producía en ese punto, en el trayecto de unión entre el centro de la ciudad y el barrio Refinería. Se eliminaba así el llamado "Paso de las Cadenas", sector de permanentes tragedias.
Comienza, por entonces, a ha­cerse noticia la difusión de una mayor conciencia en materia de derechos civiles y laborales, a lo que no estuvieron por cierto ajenas las predicas permanentes de anarquistas y socialistas. Los empleados  de tramwavs, ya imitan entonces a otros gremios y van a la huelga en reclamo de mejores salarios. La medida tiene éxito y trae aparejado otros cambios, como la sustitución de las antiguas lámparas a kerosene de los vehículos,  reemplazadas por modernos faroles a carburo. "La Capital" solicita al Municipio, en ese marco de mejoras, que disponga paradas sólo en las esquinas, por cuanto el continuo arrancar y detenerse cada pocos metros provoca gran fatiga a los animales. La sensata propuesta —paradójicamente— sólo será aceptada cuando comienza a circular el tranvía eléctrico en la ciudad...


Fuente: extraído de la revista “Rosario, su Historia de aquí a la vuelta  Fascículo N• 14 de Julio de 1991  Autor Juan Carlos Muñiz