jueves, 9 de agosto de 2012

LA GUERRA DEL '14 Y EL EXODO INGLES


Las balas que pusieron fin a la vida del heredero del trono austro-húngaro y su esposa, Francisco Fernando y Sofía, sonaron con tanta intensidad en Sarajevo como en nuestro país. Especialmente en Rosario, donde una verdadera colonia de súbditos ingleses se estaba arraigando, a favor de la instalación de compañías navieras, casas bancarias, empresas ferroviarias, de gas, electricidad, teléfonos, aguas corrientes. Aquel sórdido 28 de junio de 1914 signó el destino de muchos europeos que abandonaron la Argentina para luchar por sus respectivas banderas en la primera gran guerra de este siglo.
En Rosario -como en el resto del país- hubo grandes movilizaciones de extranjeros; algunos deseosos de volver, otros, dispuestos a quedarse, apegados a una tierra que los había recibido sin reservas de ninguna clase. Menudearon los incidentes en todos lados, en tanto la verdadera guerra se gestaba a pasos agigantados en el Viejo Continente. La declaración formal fue el detonante que exigió una determinación precisa, impostergable, irreversible. Muchos se quedaron. Otros muchos se fueron. Algunos volvieron cuatro años después. Otros, no.
En nuestra ciudad, en el ámbito del deporte, Atlético del Rosario fue una caja de resonancias sin igual en torno a la guerra europea. La gran mayoría de asociados tenia ciudadanía inglesa. No extrañó que muchos de ellos oyeran el llamado de su patria y se fueran a combatir. El trámite de la contienda, durante sus interminables cuatro años de duración, fue seguido con la ansiedad explicable en una comunidad que, aunque integrada a la sociedad local, tenía allá a padres, hermanos, hijos.
Al publicar el club la Memoria correspondiente al año 1917, cuando aún no se avizoraba el final de la lucha, agregó una nómina de "socios voluntarios",a la Primera Guerra Mundial con la acotación de los que habían sido tomados prisioneros y de los muertos en acción. Cabe mencionar que entre los voluntarios de Atlético del Rosario que fueron a pelear se encontraban los hermanos Carlos y Eduardo Newell, donantes de los terrenos donde se levantó la sede actual.
También en Rosario Central se notó la guerra mundial. Algunos de los funcionarios de la empresa ferroviaria (todavía en 1914 sólo podían ser asociados los empleados del ferrocarril) volvieron a su patria. La mayoría no volvió.
Es importante destacar un dato que es altamente significativo y sirve para marcar la diferencia entre una y otra entidad, nacidas prácticamente del mismo tronco, es decir, de núcleos de habitantes de nacionalidad británica. Mientras Rosario Central se acriolló hasta liberarse totalmente de la tutela inglesa -recién lo hizo en 1925 Atlético del Rosario siguió manteniendo su vieja estructura. Aún cuando sus estatutos no contenían limitaciones ni condicionamientos acerca de nacionalidad o profe­sión, era un "club de ingleses". Tanto es así que desatada la Segunda Guerra Mundial en 1939. la Memoria de aquellos años re­pite el gesto de admiración y homenaje, ofreciendo la nómina c los que se fueron a combatir por su patria.


Fuente: extraído de la revista “Rosario, su Historia de aquí a la vuelta  Fascículo N• 2 de abril de 1991  Autor  Andrés Bossio