viernes, 24 de agosto de 2012

1915-16 - LA HISTORIA VUELVE A REPETIRSE - • CAMPEON E INVICTO


Si inolvidable fue lo hecho en 1914, la hazaña alcanzó perfiles históricos en las siguientes temporadas. En 1915 otra vez fue campeón Central, con un récord impresionante: de 21 partidos ganó 19 y empató los dos restantes, con 104 goles a favor y sólo 4 en contra (Belgrano le empató 2 a 2 y Atlético 0 a 0; los otros dos goles sufridos por el arco auriazul fueron ante Central Córdoba, a quien se le ganó por 4 a 2). Los dos enfrentamientos ante Newell's no dejaron duda alguna: ganó Central por 6 a 0 los dos partidos. Pero no pararía allí la cosecha de triunfos centralistas porque ese mismo año ganó nada menos que la Cepa Ibarguren, derrotando al poderoso Rácing de Avellaneda.
Un año después Central siguió cosechando halagos. Otra vez campeón e invicto, en una proeza que difícilmente tenga parangón en el mundo entero. El campeonato de 1916 lo vio terminar al tope de las posiciones con un solo punto cedido, producto de un empate con Tiro Federal. Fueron 60 goles a favor y 8 en contra, con una particularidad, en la segunda rueda, Central Córdoba, Provincial, Gimnasia y Esgrima, Rosario Atlético y Nacional cedieron los puntos, tal era la superioridad auriazul. Los dos clásicos también se definieron por goleada: 4 a 0 y 6 a O, respectivamente.
La impresionante racha de victorias se cortó luego al jugar la Copa de Honor ante Nacional; la Copa Competencia ante Rácing y Peñarol de Montevideo. Allí pagó Central tributo al extraordinario despliegue desarrollado durante tres años de fantástico relieve. Los héroes de aquellas tenidas memorables fueron Serapio Acosta, Adsbury, Moyano, Zenón y Juan Díaz, Rotta, Rigotti, Perazzo, Blanco, Molina, Flynn, Laiolo, Harry y Enni Hayes, Ramírez, Barbieri, Woodward, en­tre algún otro que se puede haber escapado a la registración poco exacta de la época. Al terminar aquel año de 1916. Rosario Central tenía 182 socios y un capital de seis mil pesos, aproximadamente. Todavía el club estaba bajo el control de la empresa ferroviaria. El gran despegue se realizaría a partir de 1925, cuando se libera definitivamente y logra su autonomía
total, y en cuya gestión tuvo principal intervención don Federico J. Flynn.
La fuerza arrolladora de aquellos fenómenos que vestían la casaca de Rosario Central siguió en pleno auge en 1917. Ese año jugó por última vez un encuentro internacional Harry Hayes. En diez años vistió nada menos que 40 veces la camiseta nacional. Volvió a ganar el campeonato por la Copa Vila de punta a punta, aunque perdió el invicto. Lo derrotó Tiro Federal por 4 a 0. Disputó 16 partidos, logró 57 goles a favor y tuvo 13 en contra, producto de 15 victorias y ese traspié ante los tirclenses. Por aquellos años era tal la cantidad de jugadores de relieve que aconteció algo digno de recordarse: un día se lesionó Harry Hayes, el formidable Harry, maestro de todos los tiempos. En su lugar apareció un petiso —bien petiso— Antonio Miguel. Fue un suceso. Por muchos años, ya retirado Hayes, el petiso Miguel hizo época vistiendo la casaca auriazul. Hasta no hace muchos años en el quiosco de diarios y revistas de San Martín y San Juan, el petiso Miguel rememoraba con nos­talgia aquella tarde que enloqueció al "divino" Zamora.
Tras una buena campaña en 1918, que no logró coronar en el campeonato, retoma la buena senda en 1919, con un campeonato conseguido de manera muy especial. Central y Newell's terminaron el campeonato invictos. Empataron en sus dos compromisos y ganaron los restantes. Fueron al desempate y Central ganó por tres a dos,
Después de ello, otra vez los desencuentros, los incidentes, los intereses encontrados, que culminarían con una nueva separación centralista del campeonato de la Liga Rosarina. Tras disputar sólo 9 partidos en el torneo de 1920, Central retiró el equipo disconforme con el manejo de la Liga, Ya vimos cómo los desencuentros volvieron a aflorar en 1920 dejando trunco el torneo de ese año del que se retiró Rosario Central tras disputar sólo 9 encuentros. La protesta centralista fue seguida por Gimnasia, Nacional, Sparta y Fútbol Club Santa Fe, que constituyeron en Rosario la Asociación Amateur. Pero tai como había acontecido en 1912 cuando Central, Tiro Federal y Sparta, escindidos, crearon la Federación Rosarina, esta nueva entidad tuvo efímera duración. Ya en 1922 los clubes separados volverían a nuclearse en torno a una misma institución. Si bien las relaciones no fueran óptimas, el fútbol rosarino dejó por aquel entonces de padecer las consecuencias de un divisionismo totalmente inadecuado y, aunque un poco a los tumbos y superando no pocas tormentas, se fue arribando al final de la década para ingresar en 1931 en que haría eclosión un fenómeno que venía fermentando en las principales plazas futbolísticas de la época como eran Buenos Aires, Rosario y La Plata: el profesionalismo. Con él llegó la creación de la Asociación Rosarina de Fútbol, a cuyo frente Se colocó al hombre con más historia centralista: don Federico J. Flynn. Pero antes de todo eso, pasaron muchas cosas – y muy importantes – en Rosario Central en esa década del 20.

Fuente: Bibliografía de Historia de Rosario Central de autor Andrés Bossi