lunes, 26 de septiembre de 2011

LA VOZ DE LA SANGRE


GRACIAS A SU CONSTANTE PRÉDICA LAS COLUMNAS DE LA CAPITAL FUERON UNO DE LOS PRINCIPALES FACTORES EN NUESTRA CIUDAD PARA AMALGAMAR EL ESPÍRITU DE LOS  INMIGRANTES CON EL DE LOS NATIVOS, ALGO QUE SE PUSO NUEVAMENTE DE MANIF1ESTO CON LA LLEGADA DEL CENTENARIO
Debido a la gran cantidad de inmigrantes que había en nuestra ciudad muchas de las notas que publicó diario La Capital para el Centenario buscaban amalgamar el espíritu patriótico  de los extranjeros con el de los nativos que fue haciéndose realidad a medida que pasaban los años. Un ejemplo de lo que decimos se encuentra en el siguiente texto aparecido en el ejemplar del 25 de mayo de 1910 con el título "Gloria a nuestros próceres”.

"¿A qué causas obedece la excitación patriótica que se observa en la parte de los ciudadanos cuando de ellos son en realidad inmigrantes que se hallan lejos del país natal?¿Será la voz de la sangre que atrae a los pueblos afines? ¿Será que el alma de las cosas, de la que hablan los poetas, penetra con, manera misteriosa en el hombre a través de las tradiciones de un pueblo?, En esta hora gloriosa en que la Nación con orgullo su primera centuria de la vida libre, todo ciudadano, hijo de esta tierra o no se .sentirá siempre argentino gracias a  las hazañas, las virtudes y las glorias de nuestros padres.

Por eso. la población extranjera, que con su labor apuntala los progresos del país, ha tenido en esta ocasión la oportunidad de abrazar y confraternizar con los nativos. La animación en las calles es indescriptible Grupos de pueblo, jornaleros, artesanos, ostentando en la solapa escarapelas con los colores de nuestra bandera; muchos extranjeros se asocian también a nuestro júbilo exhibiendo en corbatas y sacos nuestro escudo patrio, o bien los colores nacionales entrelazados con los de su nacionalidad. Desde las 5 de la mañana los vehículos de plaza, tos tranvías, carros y automóviles se ven cruzar por las calles rebosantes de público en todas direcciones, y en todas las calles reina ese zumbido incesante del movimiento y el trabajo de toda la población. Aquí y allá se abren puertas, balcones, apareciendo en ellos rostros femeninos simpáticos; destacándose también entre ¡a atmósfera fresca de las mañanas de mayo tos soldados del trabajo. Por las tardes. la calle Córdoba y el bulevar ofrecen a la sociabilidad un cuadro animado de fantasía. Largas hileras de carruajes llenan totalmente el trayecto, yendo la mitad en sentido opuesto de la otra. Se ven coches de todas las clases y formas: lujosos, medianos y usuales charrots, victorias, sulkys, breaks, unos con lacayos, otros sin ellos, tan variados como la gente que llevan, ricos y pobres, militares y particulares, médicos, abogados, industriales y comerciantes, si bien predominan las familias de la mejor sociedad rosarina como lo revelan, además de los trajes, del aspecto, del porte distin­guido, los saludos que se cruzan a cada instante de un carruaje a otro, l/i gente de pie es también muy numerosa y tan diversa o más en su aspecto que la que pasea en automóvil y carruajes.
Por fin, habiendo llegado la fecha inmortal del ¡25 de mayo de 1910!, parece que un bálsamo se derramara sobre la ciudad, enardeciendo nuestra fibra patriótica con la grata frescura de un gran arcoiris de bellos colores".
Fuente: Articulo Publicado en el suplemento de diario  La Capital “Rosario en el Bicentenario del martes 25 de mayo de 2010.