miércoles, 31 de agosto de 2011

Vineron a "hacer la América"


Por  Pablo  Procopio


Son los italianos, españoles, alemanes, suizos, polacos y ucranianos que pasaron a formar parte del paisaje rosarino y se instalaron para siempre.

¿ Hay alguna duda de que tos inmigrantes extranjeros fueron un factor clave O para et crecimiento de esta ciudad?. Con ellos, motivados por el hambre, las guerras, la desolación o la discriminación, comenzó a erigirse el Pago de los Arroyos y Rosario abrió los ojos.
Al llegar a la villa custodiada por la Virgen agitaban sus pañuelos blancos como un símbolo de la esperanza, como un saludo a la posibilidad cierta de encontrar trabajo. Rosario fue uno de los tugares que ofreció la oportunidad de ascender y de progresar a quienes pisaron este suelo por vía fluvial (así lo hicieron los primeros inmigrantes). Italianos, españoles, alemanes, suizos, polacos y ucranianos pasaron rápidamente a formar parte del paisaje. Comenzaron a recorrer las calles y a ocupar pensiones y deteriorados dormitorios de alquiler.
En 1884 existían 246 conventillos y diez años después ya eran 1.026, para llegar a cerca de 1.200 al poco tiempo. Tanto que casi et 30 por ciento de la población de la ciudad vivía en un ámbito como ese

Empezar a subsistir

Apenas llegados, los forasteros encontra­ban albergue en el asilo de inmigrantes de Urquiza 22, pero a los pocos días su "casa" seria el conventillo, donde el paisaje estaba dominado por los patios centrales col­mados de bullicio en diferentes idiomas.
Algunos nombres de conventillos famosos y populosos fueron "Los 400 cuartos" en el barrio Refinería (actualmente Malvinas), que tenia 95 habitaciones pata 370 perso­nas. También, en el mismo barrio, estaban "El Atrevido", "El rápido" y "El Conventillo de Bachicha". En el centro fue muy conocido "El conventillo de La Paloma", de Córdoba al 1600. los números son contundentes y reflejan

"* Los inmigrantes habitan dentro de cada habitante de la dudad. Son la herencia de tos rosarinos


el acelerado crecimiento urbano que se pro­dujo con el auge inmigratorio. En 1869 había 26.169 habitantes y en 1895 ascen­dían a 90.000. Ya para el año de inicio de la Primera Guerra Mundial, en 1914, censo señalaba 225.000 habitantes.
Rosario es hija del trabajo y del es de aquellas personas que arribaron en de otra vida. Uno de los principales factores de cambio que dio lugar a la transición desde la Argentina tradicional a La moderna fue justamente la inmigración. Y sin ella es posible comprender al país contemporáneo.  No hubo otro periodo en el que la porción de extranjeros de edad adulta sido tan significativo por más de setenta años, el 60 por denlo de la población Capital Federal y casi el 30 por ciento en las provincias de Buenos Aires. Córdoba y Santa Fe, era inmigrante. La europeización del país y la modificación del carácter nacional tan anhelados por la generación del ochenta (la élite política del momento), se tradujo en una política inmigratoria abierta.
Comenzaba La segunda mitad del siglo XIX cuando Rosario se convertida en el puerto de la Confederación Argentina. La agraria en et sur de Santa fe y Córdoba, cuyos productos salían por el puerto fue transformando a la ciudad hasta convertirla en el centro de atracción de inmigrantes que iban encontrando su lugar.
A nivel nacional entre 1880 y 1920, entraron a la Argentina 4,5 millones inmigrantes y Rosario, después de Buenos Aires, tuvo un lugar destacado. La búsqueda  del bienestar se convirtió en una bandera que los "gringos" no abandonarían, do atrás miseria, guerra y discriminación.
El tipo argentino fue cambiando

El Tipo argentino fue cambiando

La clase dominante estaba compuesta por ganaderos, estancieros, comerciantes, abogados y políticos. Las clases medias iban creciendo a la par de la inmigración a través de su participación en la economía y clases bajas, distribuidas a lo largo y a lo  ancho de toda la geografía, recordaban  la dualidad del país.
América. Los extranjeros vinieron a “hacer la América" enfrentándose a mucho: la horrible sensación del destierro, el comple­jo de inferioridad y el desconocimiento del idioma. Pero persistieron y no se desanima­ron. Tener una casa propia o un comercio se lograba con mucho sacrificio.

* El suelo argentino dio cobijo a personas que pretendían escapar de guerras y miserias. Lo logra­ron y empezaron otra historia.
Además, los conflictos sociales no dejaban de estar presentes. En efecto, las huelgas obreras a principios del siglo XX fueron obs­táculos. Aunque primó la solidaridad poten­ciada por los lazos de afecto... de hermandad.
Aquellos hombres y mujeres mantuvieron en Rosario sus formas y los valores que lle­garon consigo desde muy lejos. Lograron formar organizaciones de ayuda mutua. Lo hicieron los italianos y los españoles: a tra­vés de sus organizaciones (incluso a nivel nacional desarrollaron actividades sociales y culturales. Y esa senda fue seguida por los israelitas, los suizos, los franceses y los ale­manes. Pasaron los años y, aun con los cambios estructurales del país, no modificaron sus raíces, en definitiva su identidad que también es la de los actuales rosarinos.
Esta ciudad y sus alrededores son verdaderos ejemplos (quizás los más claros) de lo que significó la presencia de esos hombres y mujeres que llegaron cargados de ilusiones, en busca de nuevos horizontes (de prosperidad).
Hasta no hace tanto tiempo, eran muy pocos  pocos los habitantes de mediana edad que podían decir que sus cuatro abuelos habitan nacido en la Argentina. Eso sí ocurre ahora, aunque en muchas familias hay uno o más inmigrantes entre sus mayores; entre quines todavía son la historia viva de todas y cada una de las personas que hoy siguen construyendo esta ciudad (y el futuro).
EL FENOMENO
El 4 de septiembre se celebra el Día del Inmigrante. El motivo: en esa fecha, en 1812, el gobierno criollo promulgaba un decreto con la firma de Bernardino Rivadavia, que fue la primera medida desti­nada a fomentar la inmigración. Muchos años después, en 1876. cuando ya la inmigración y las colonias eran una realidad social y económica de Santa Fe, el gobier­no de Nicolás Avellaneda dictó la ley 817. que dio el marco norma­tivo al fenómeno inmigratorio. La Constitución de 1853 expresó la voluntad nacional de abrir los brazos a "todos los hombres del mundo" que quisieran "habitar el suelo argentino" y brindarle su trabajo. A partir de esa puesta en vigencia comenzaron a desarro­llarse esfuerzos en pos de la ubi­cación de aquellos esperanzados extranjeros en distintos sitios. A la primera colonia propiamente dicha. Esperanza, surgida en 1854 en territorio santafesino, surgie­ron otras en las que el espíritu laborioso y la capacidad de los pioneros lograron superar todo tipo de dificultades. Así, en menos de 50 años, fueron modifi­cadas la vida, las costumbres y la economía del país al punto de convertirlo a fines del siglo XIX y principios del XX en uno de los primeros del planeta


Fuente Artículo publicado en Revista de Cablehogar de Octubre 2009

lunes, 29 de agosto de 2011

Plaza Santa Rosa

por Stella Contardi

Cuento


¿Qué piensa de Rosario? —preguntó Francisco al viejo que cabeceaba en un banco de la plaza Santa Rosa. El viejo abrió unos ojos embotados tal vez por el alcohol o la fatiga de estar siempre en el mismo sitio, mirando las mismas cosas. —¿Cómo dice joven?
—Le pregunto qué piensa de Rosario, si. no se asombre. Ro-sa-rio. su ciudad, ¿o no es usted rosarino?
—Sí —contestó el viejo. —Soy rosarino. ¿y eso qué tiene que ver?
Francisco se dispuso a amontonar paciencia mientras se senta­ba junto a él.
—Mire, señor, soy periodista y estoy haciendo un reportaje. Us­ted es el primer entrevistado. Quiero conocer su opinión. ¿Puede decirme su nombre?
—Pedro Fuentes —respondió el viejo—. Fui albañil toda mi vi­da. Rosario es una ciudad desconsiderada, eso es lo que pienso.

Fuente: Publicado en “Rosario Ilustrada” Guía  Literaria de la ciudad.- Editorial Municipal de Rosario del 2004

viernes, 26 de agosto de 2011

PLAZA SAN MARTÍN


por Julio Fingerit


Un coche tirado por un
 magnífico tronco árabe


Cuento:

Fortunato Pérez mandó levantar en la calle Córdoba, en fren­te de donde hoy está el palacio de los Tribunales, una am­plia casa de un solo piso alto. Esta casa era por fuera muy sencilla, por dentro muy capaz. Tenía un gran jardín trasero y entrada para coches. Los fondos daban a la calle Rioja.
Pero en aquella casa grande, hecha del más rico material y amue­blada con el más severo lujo, no se recibía jamás. Fortunato Pérez vivía en ella solo, con sus criados. Fortunato Pérez gustaba poco de los amigos, y tenía en efecto pocos. Era, en el fondo, muy tími­do, y a sus años, todavía soñaba con una imaginación de niño.
Fortunato pasaba todos los días en su coche, tirado de un mag­nífico tronco árabe, por delante de la Plaza San Martín, que enton­ces era montuosa. Frente a la Plaza San Martín había algunas de las más grandes casas de Rosario, habitadas por algunas de las principales familias. Una de estas familias era la de Lazarovic. Al mediodía las muchachas rosarinas, solían salir, como todavía lo ha­cen hoy, por la calle Córdoba, bajo pretexto de tomar sol o de ha­cer compras, a verse las caras y saludarse. Las muchachas de La­zarovic hacían lo que todas. Todo el mundo allí se conocía, aunque ya no todos se saludaban como algunos años antes cuando la ciu­dad era más aldeana. Fortunato Pérez, a aquella hora, se paseaba a pie por la calle Córdoba, en seguimiento de María Lazarovic

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"Con sólo gente decente no se puede escribir una novela decente", dice Julio Fingerit, quien encuen­tra en la Rosario de fin del siglo XIX suficientes per­sonajes indecentes como para armar una singular novela naturalista.


Fuente: Publicado en “Rosario Ilustrada” Guía  Literaria de la ciudad.- Editorial Municipal de Rosario del 2004.-
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jueves, 25 de agosto de 2011

Violencia, ruptura y solidaridad


Cada cual tiene su sello futbolístico, la rivalidad aumenta, los arbitrajes poco ayudan, se denuncian sobornos, los roces se multiplican y el juego se torna fuerte, los hinchas se irritan con facilidad y aparece la violencia. Central y Newell's ingresan en una etapa de recurrentes discordias.
Y los dirigentes de la Liga entran en acción.
El clásico se disputaba en cancha de Central, que ganaba 2 a 0. El partido se dio vuelta y terminó 3 a 2 a favor de los rojinegros. Los simpatizantes locales no vacila­ron en culpar al referí Mariano Reyna y se armó una trifulca espectacular de la que participaron también los jugadores. Como corolario la Liga le clausuró la cancha a Central -hecho que ocurría por primera vez en la historia del fútbol rosarino-, obli­gándolo a jugar "en el field del bando contrario" y "a correr con los trámites para conseguir un terreno neutral" si aquél "no pudiera facilitarle el campo", según se resolvió en la reunión del 11 de agosto de 1909. Además apercibió al delantero Harry Hayes, dirigiéndole una nota: "... En caso de reincidencia y alguna nueva queja, sere­mos rigurosos con usted...".
En 1910, mientras en el país se celebraba el centenario de la Revolución de Mayo, volvió a agitarse el fútbol rosarino: denunciaron a Newell's de haber pretendido so­bornar al jugador de Central Lorenzo Hulme. La Liga consideró la situación "bastante delicada", citó a Hulme y aun delegado de Newell's. Finalmente, el Io de junio des­virtuó "oficial y públicamente las versiones circulantes" pues "ningún miembro de la comisión directiva, ni socio, ni jugador de Newell's Oíd Boys, ha intervenido en el caso L. Hulme". El ambiente entre los dos clubes se enrareció: en Central porque no se condenó a los rojinegros, y en Newell's porque se creyó ver una maniobra de la hinchada centralista.
Ese mismo año, a la finalización de un clásico jugado en Plaza Jewell, se produjo un gran desorden, se registraron varios heridos y la policía debió calmar los ánimos.
Un año después, en el mismo escenario y en una tarde de lluvia, paraguas y perramus, y bajo el arbitraje de otro porteño, Jordán, el altercado alcanzó connotacio­nes impensadas. Había vencido Newell's 2 a 1, se había jugado muy fuerte sobre todo en el segundo tiempo en el que Central buscaba el empate, y la violencia se trasladó a la gente: el arbitro fue atacado, muchos jugadores fueron apedreados, un policía lanzó tiros al aire, y la pelea entre los hinchas siguió hasta la noche.
La hostilidad no tema fin.
Enterados de los sucesos, los dirigentes de la Asociación Argentina pidieron un informe. Y los de la Liga local lo escribieron. En su texto afloraron no sólo los relatos de los hechos sino consideraciones que testimoniaban las dos Rosarios en que se dividía socialmente la ciudad, a partir de un desarrollo portuario y comercial que favorecía a unos y perjudicaba a otros.
Por ejemplo, en esa nota, fechada el 24 de julio de 1911. se dice que existe entre
os dos clubes "la consiguiente rivalidad de competencia, entre los que se han destaca­do los que acompañan a Rosario Central como los más exaltados y menos cultos, especialmente cuando juegan en su propia cancha en cuyas proximidades hay forma­do el centro donde habitan su mayoría (Barrio Talleres)".
Sobre el partido de 1909 recuerda que "el arbitro Mariano Reyna fue víctima de los desmanes cometidos por ese público peligroso" (el de Central), y sobre el de 1910 asegura que "el desorden mayúsculo lo provocó desde afuera del local una turba de muchachos groseros afectos al team Rosario Central".
La redacción de este informe provocó serias discrepancias entre los dirigentes de los distintos clubes nucleados en la Liga, y marcó la pertenencia social -más que futbolística- que cada uno llevaba en el orillo. Se convirtió en la antesala de la ruptu­ra.
En 1912 la Liga anuló el campeonato en una memorable y agitada sesión del 2 de octubre, con el voto en contra de Central. Se asistió al inicio de la descomposición que tuvo como eje a tres clubes de "los suburbios del norte": Sparta se retiró, a Tiro Federal lo expulsaron y Rosario Central se desafilió.
La gota que había colmado el vaso de los centralistas había sido la suspensión de sus jugadores Harry Hayes, Ignacio Rota y Pablo Molina, luego de que no se presen­taran a integrar el combinado rosarino que enfrentaría al de Uruguay. El motivo de sus ausencias, junto a la del arquero Serapio Acosta -también convocado pero inespera­damente no sancionado-, fue que la Liga no llamó a integrar el combinado a su com­pañero Zenón Díaz.
Los dirigentes de Central le remitieron una nota a la Liga Rosarina, contando las razones de la deserción: "... Ha sido eliminado del equipo el señor Zenón Díaz por causas que ellos no comprenden, siendo, como ha sido siempre, uno de los mejores defensores de ella, con resultados muchas veces glorioso y en más de una ocasión su principal apoyo...".
A la jornada lluviosa se sumó la rebeldía de los cuatro jugadores centralistas, y no hubo mucho público en las instalaciones. Los simpatizantes de Central no concurrie­ron. Y vencieron los uruguayos 4 a 1.
Por la noche, la Liga agasajó a los uruguayos con una cena en el restaurante "Ci­fré", esquina de Córdoba y San Martín, e invitó especialmente a Zenón Díaz. Zenón no asistió en solidaridad con sus compañeros que no jugaron porque a él no lo selec­cionaron.
A su vez, los socios de Rosario Central en solidaridad con sus jugadores resolvie­ron en asamblea extraordinaria la desafiliación del club.
La reacción de los dirigentes de Central, Sparta y Tiro no se hizo esperar. Se unieron, invitaron a los clubes Esperanza y Embarcaderos Córdoba y Rosario, y gestaron la Federación Rosarina de Fútbol.
El fútbol rosarino se había partido en dos. Central quedaba de un lado. Y Newell 's del otro.

Fuente: Artículo Publicado en el libreo “ De Rosario y de Central , Autor: Jorge Brisaboa Impreso en Noviembre 1996 por la Editorial Homo Sapiens.

miércoles, 24 de agosto de 2011

COMUNA DE ARMINDA


Fundación 1910 (por Liberato Aguirre)
Nació en torno a una estación ferroviaria inaugurada en 1910. Ese mismo año, Liberato Aguirre fundó la localidad. Está situada sobre la R.P. 14. En la región se siembra maíz, trigo, girasol y legumbres y se cría ganado. Existe una Casa de Cultura / Biblioteca Popular.

Población

Contaba con 301 habitantes (INDEC, 2001), lo que representa un leve descenso del 0,6% frente a los 303 habitantes (INDEC, 1991) del censo anterior

Fuente:http://es.wikipedia.org/wiki/Arminda

martes, 23 de agosto de 2011

ARTURO FRUTERRO Poeta (1909-1963)

Por Osvaldo Aguirre

La gracia misteriosa de sus textos partía una formación literaria exquisita. También brilló como traductor con sus versiones de Baudelaire. Creía el arte “ se realiza en una secuencia  de luz, conciencia y belleza.

Según recuerda Hugo Padeletti, "durante las tres décadas comprendidas entre 1930 y 1960, aproximadamente, la vida intelectual de Rosario fue enriquecida con la pre­sencia activa de Arturo Fruttero". Esa presencia se concretó en una constante y apasionada tarea de promoción y difu­sión cultural, a través de conferencias y estudios en el Museo Juan B. Castagnino, el Colegio Libre de Estudios Superiores y Amigos del Arte, entre otras instituciones. Y en la creación de una obra poética que persiste como una de las más exquisitas que se hayan escrito en la ciudad.

Nacido en Tortugas, Santa Fe, en 1909, Fruttero se radicó muy joven en Rosario. Formado primero con el científico y humanista Ardoino Martini, luego con el filósofo Francisco Romero y finalmente, ya en un plano de amistad, con el musicólogo Antonio Camarasa, se destacó desde temprano por su erudición y amplio dominio de los problemas del arte. Sus textos comenzaron a hacerse visibles en "Paraná", la notable revista de R. E. Montes i Bradley, y en "Arci", publicación de la Asociación de Cultura Inglesa donde dio a conocer traducciones de poetas británicos.
Su casa de Urquiza 1246, planta alta, dice Padeletti, "fue el centro inagotable, continuamente alerta, lúcido y abierto a todas las posibilidades de la experiencia, de un círculo de amigos" donde se contaban, además del gran Hugo, la escritora Beatriz Guido, el historiador Ricardo Orta Nadal y los poetas Alex Rodríguez Bonel, Fausto Hernández y Alberto Garría Fernández. De ese núcleo salió "Con-. fluencia", revista que publicó dos números entre 1948 y 1949 y en la que Fruttero j ofreció sus versiones de Gérard de Nerval (del francés al español) y del propio Hernández (del español al francés). También frecuentó a los pintores del grupo Litoral, relación que derivó en estudios sobre las obras de Leónidas Gambartes  y Domingo Garrone.

En 1944 publicó su libro "Hallazgo de la roca", con poemas singulares como el "Tratado de la rosa", texto de forma filosófica que remite a su primer escrito conocido, "Meditación preliminar". Durante diez años, los últimos de su vida, se dedicó a trabajar en una versión de las flores del mal", de Charles Baudelaire. Al tiempo que traducía, re­flexionaba sobre la poesía y sobre el propio arte del traductor. A través de la lectura de Baudelaire, afirmó su concepción de la poesía: la escritura debía tener un propósito ético, actuar so­bre el lector en procura de una toma de conciencia sobre su condición y sus circunstancias. El arte, decía, se realiza en una secuencia de luz, conocimiento, conciencia y belleza. A su muerte quedaron inéditos textos en prosa, poemas, ensayos, correspondencia y pa­peles diversos que fueron recopilados en "Obra poética y otros textos" (Editorial Municipal de Rosario, 2000). Sus traducciones aún no han si­do recogidas en un volumen. En "Fruttero se va al campo", posiblemente su último poema, escribió de sí mismo: "Ha adivinado un secreto/ Y con su secreto/ Se va". Unos versos que nos devuelven a la gracia misteriosa de su poesía.

Fuente:  Publicado el artículo en la Revista de diario “La Capital de 140 años.

viernes, 19 de agosto de 2011

Médicos Rosarinos – EL DOCTOR SATURNINO ALBARRACÍN




Por Sebastián Alonso


El doctor Saturnino Albarracín era descendientes por padre y madres de la familia a que pertenecía doña  Paula Albarracín de Sarmiento. Era hijo del doctor Juan Crisóstomo Albarración, el ministro de Justicia e Instrucción Pública a la Nación en la presidencia de Sarmiento y de Adelina Albarracín, Mario y Juan Crisóstomo Albarracín, hijo éste del segundo matrimonio de su padre con Leticia Lozada Lloveras, Saturnino Héctor Alejandro Albarracín y Albarracín, nació en San Juan el 13 de julio de 1873 y fue bautizado en su Iglesia Matriz el 10 de setiembre de 1873.
Quizás su vocación médica surgió por la admiración que sentía por su tío el doctor Alejandro E. Albarracín, gobernador de San Juan entre 1890 y 1894, a quien dedicó su tesis doctoral en 1899.
Se doctoró en 22 de junio de 1900 como médico en la Universidad Nacional de Buenos Aires con la tesis “ La cianosis en la enfermedad congénitas del corazón”. Obtuvo un diploma de honor otorgado por la Universidad de Buenos Aires “ Por ser con las clasificaciones más distinguida del curso”, tal como dice el certificado.
Se instaló en 1900 en Rosario con motivo de la epidemia de peste bubónica que asolaba la ciudad y tuvo una destacada actuación como médico combatiendo con abnegación esa enfermedad. El 2 de marzo de 1900 fue designado médico interno de la “Casa de Aislamiento”, luego llamado “Hospital Intendente Gabriel Carrasco“.
En 1901 ingresó como médico al Hospital de Caridad y en dicho nosocomio transcurrió gran parte de su vida. Llegó a ser su director en 1934 y desempeñó ese cargo hasta el año 1950.
El 5 de marzo de 1902 fue designado médico de la Asistencia Pública de Rosario.
Rn 1904 fue nombrado médico de la Sala “ San Francisco” del Hospital de Caridad y en 1909 fue designado médico director del Consultorio Ginecológico de la Asistencia Pública.
Integró la comisión asesora de médicos encargados de informar sobre los aspectos técnicos de la colosal obra de la construcción del “Hospital del Centenario” de Rosario, junto a Bartolomé Vasallo, Camilo Aldao, Clemente älvarez, José S. Sempé, Jerónimo Vaquié, Domingo Mangiante, Luis Vila  y Federico Schlessinger, entre otros.
Desde 1911 a 1923 se desempeño como médico jefe del Lactarium.
Ese año fue nombrado profesor de Ciencia y Terapeuta de la Facultad de Medicina de la Universidad del Litoral y más tarde, en 1925, fue elegido Consejero de dicha casa de estudios. Renunció a ambos cargos en 1929. Fueron sus más célebres discípulos los doctores Sylvestre Begnis, González Sabathié, Sgrosso, Fernández y Taltavull. Fue en 1934 vocal de la sección Clínica Médica y Terapéu­tica del V Congreso Nacional de Medicina que se realizó en Rosario y en ese mismo año fue nombrado director del Hospital de Caridad.
En 1935 fue designado médico titular de la Junta de Admi­nistración Sanitaria y Asistencia Social y, en 1937, vocal del Consejo General de la Educación y en diciembre su presi­dente interino.
En 1938 la Provincia de Santa Fe lo designó delegado al III Congreso Provincial del Niño y I Conferencia Nacional de Psicotecnia y Ramos Afines. Representó a la provincia cuando se descubrió en Santa Rosa la estatua de Sarmien­to. Fue presidente de la Comisión de Maestros que, en ese mismo año, asistió a los homenajes rendidos a Domingo F. Sarmiento con motivo de los 50 años de su fallecimiento. En 1941 fue elegido miembro de honor de la comisión que preparó los festejos y ceremonias de la coronación de la Vir­gen del Rosario y fue designado vocal de la Sección Medici­na Interna del Congreso Nacional de Medicina en la ciudad de La Plata.
Fue propuesto para decano de la Facultad de Medicina pero declinó el nombramiento.
Fue presidente del Círculo Médico de Rosario, fundador del Colegio Médico de Rosario y miembro fundador de la Liga Argentina contra la Tuberculosis de Rosario y "no escatimó esfuerzos en atender en su domicilio particular a grandes y niños, ricos y pobres... combatiendo la tisis que por enton­ces constituía un azote para la sociedad"'. Tenía su consul­torio en la casa de calle Santa Fe 1346, que era además su residencia particular.
Concurrió a San Juan a colaborar con la asistencia a los he­ridos en el terremoto de 1944.
Se casó el 19 de mayo de 1900 con Sara Isabel Palacios, nacida el 16 de marzo de 1881, hija de Eloy Palacios (funda­dor del "Pueblo Eloy Palacios", hoy Barrio Belgrano de la ciudad de Rosario) y Aristodema Parera. Fueron padres de: Ernesto, Susana, Raquel y Alberto Albarracin. El doctor Saturnino Albarracin falleció en Rosario el 24 de septiembre de 1951.
Una calle de Fisherton lleva su nombre en homenaje a la constante y abnegada labor de Saturnino Albarracin como médico de la ciudad de Rosario 4, especialmente de institu­ciones sanitarias públicas.■

*0 Centro de Estudios Genealógicos e Históricos de Rosario


 Universidad Nacional de Buenos Aires. Tesis presentada para optar al grado de doctor en Medicina por Saturnino Albarracin. Imprenta y Encuad. "Maria­no Moreno", Ctes. 829. 1900. Padrino de Tesis: Académico Titular Dr. Manuel Blancas. Dedicada "A ta memoria de mis queridos padres y de mi tío Dr. Alejandro Albarracin-A mis hermanos-Al Dr. Isidro Quiroga". : Esta epidemia se produjo en el verano de 1900. Si bien hubo casos en Bue­nos Aires, en Rosario fue más virulenta. Se realizó un cordón sanitario y se suspendió el tráfico ferroviario. La zona más afectada fue el Barrio Refinería y la barraca "Germania". Ver "Caras y Caretas", Buenos Aires, 10-11-1900. ' http://www.dnll.com.ar/calIes/albarracin_saturnino.htm 4 Corre de E. a O. como prolongación de la calle Casilda, desde la avenida de Circunvalación 25 de Mayo hasta la calle Donado al norte de calle Córdoba. Un segundo tramo empieza en la calle Tarragona y se extiende hasta el Bv. Wilde. al sur de calle Córdoba. Antes se llamó Calle 7. Se encuentra en ju­risdicción de la Sección 19a El nombre actual le fue impuesto en 1966 por Ordenanza 1859.


Fuente: Artículo publicado en la Revista “Rosario, su Historia y Región.  Fascículo Nº 98 de Julio 2011.-

lunes, 15 de agosto de 2011

COMUNA DE FIGHIERA


Fundación 1909 (por M. Benavidez de Alisedo)

Fighiera es una localidad del Departamento Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina. Se encuentra ubicada 37 km al sur de la ciudad capital departamental de Rosario, en la margen derecha del río Paraná y a 207 km de la ciudad capital provincial de Santa Fe. Tiene dos accesos viales ¿pavimentados?, por Ruta Nacional 9 (Argentina)|Autopista RN 9 y por Ruta Provincial 21 (ex ruta nacional 9) que pasa por dentro de la localidad.

Creación de la Comuna 21 de agosto de 1922

 Personalidades

  • Juan Martín Coggi, campeón mundial Welter Jr. AMB de 1987-90 / 1993-94 /1996; nació el 19 de diciembre de 1961.
  • Aida Beatriz Sánchez, Directora de la Escuela Media Particular Incorporada Nº 3007 de Fighiera (E.E.M.P.I. Nº 3007).
  • Marcelo J. Muniagurria, Diputado Nacional, Vicegobernador de la Provincia de Santa Fe, ex Presidente de CARVAP

Fuente:http://es.wikipedia.org/wiki/fighiera

viernes, 12 de agosto de 2011

DE LA AVALANCHA INMIGRATORIA AL CENTENARIO

Con un crecimiento demográfico notable entre 1880 y 1910, fruto de lo que bien se
llamó la "avalancha" inmigratoria, con la habilitación del puerto en 1905, el cre-
cimiento de los tendidos ferroviarios que atravesaban la ciudad, el surgimiento
paulatino de barrios y la consolidación de otros como Alberdi, Saladillo, Fisherton y Belgrano, el Rosario del siglo XIX
adquiriría una fisonomía l- una identidad urbana y arquitectónica fascinante, con
la proliferación de residencias y mansiones sobre el afrancesado bulevar Oroño (paseo obligado de los rosarinos a finales del siglo XX y comienzos del XX) o la calle Córdoba, mientras se empezaba a notar el avance de otro comercio distinto: el prostibulario, con su barrio arquetípico, el de Pichincha.
Italianos y españoles encontraban en esos años de entre siglos también los registros culturales propios de sus tierras de origen, y por eso la ópera y la zarzuela
hallaron sus ámbitos propicios en teatros levantados con el aporte de inmigrantes adinerados. De ese modo, tuvieron por escenarios el Teatro Nacional (1854), La
Esperanza (1857), arrasado por el fuego ; el primer Teatro La Ópera (1878)
considerado en su época como uno de los más importantes del país; el Olimpo
(1871), templo de la ópera y la dramaturgia: el Politeama (1899), teatro popular por el que pasaron leyendas como Pepino el 88, Franck Brown y los hermanos Podestá con su "Juan Moreira"; La Comedia (1894), recinto de la zarzuela y el género chico español. Todos ellos antecedentes de los posteriores La Ópera (actual El Círculo)  y el Teatro Colón, ambos de 1904
Ataviadas gracias a las grandes tiendas que traían las novedades de la moda o a las modistas y costureras que contribuían al vestuario de la clase media y los sectores más humildes, las mujeres rosarinas de fines del XIX y comienzos del XX
bien podían competir, en ese rubro, con la empinada Buenos Aires. Y lo mismo ocurría con los hombres, con sus trajes de tela inglesa y sastres de renombre en las clases adineradas y su ropa de confección y de batalla en obreros y empleados Todo ello formaba parte de la estenografía urbana y de la vida cotidiana que antecedieron a los festejos del primer centenario de Mayo, cuando el balance de los 100 primeros años, .en lo referido estrictamente a la ciudad, era no sólo positivo sino también altamente promisorio en un país que comenzaba a interrogarse por su porvenir.
Porvenir del que se puede hablar y al que debemos analizar a la luz de este Bicentenario, en el marco del cual el pueblo quiere seguir sabiendo de qué se trata, como expresaron los vecinos porteños frente al Cabildo en los jornadas de mayo de 1810.

Fuente: Articulo Publicado en el suplemento de diario  La Capital “Rosario en el Bicentenario del martes 25 de mayo de 2010.

jueves, 11 de agosto de 2011

EL INSTITUTO MUNICIPAL DE PREVISIÓN SOCIAL DE ROSARIO

Por Lorena Ratner

En la calle San Lorenzo 1055 se emplaza el histórico edificio donde actualmente funciona el Instituto Municipal de Previsión Social. Fue proyectado por el arquitecto Eduardo Le Monier, quien tuvo a cargo también destacadas obras de nuestra ciudad como el edificio de la Sociedad Puerto de Rosario, la sucursal de la Bola de Nieve ( 1906), el Jockey Club y las residencias de Córdoba 1560, San Lorenzo  y Entre Ríos, Corrientes 333 y edificios realizados para la firma Chiesa (Gutiérrez y Visuales, 1969) Le Monier proyectó este edificio en 1908 para la Compañía de Seguros” La Rural”, fundada el 3 de julio de 1894, con casa central en Buenos Aires. La Compañía nació por la iniciativa de un grupo de hacendados y comerciantes que tuvo en un principio por objeto resarcir a los agricultores de los prejuicios materiales que le causara el granizo a sus cultivos. Debido a la cantidad de reclamos pagados a los asegurados, la compañía logró posicionarse como una de las más populares para esa época en nuestra ciudad.
En cuanto al inmueble, el mismo se desarrolló en un lote bastante estrecho entre medianeras organizándose en planta baja y dos pisos altos. Casi todos los edificios de principios del siglo XX se construyeron con su sistema mixto de perfiles de hierro y muros portantes. El arquitecto en esta obra acentúa la diferencia de espacios interiores utilizando en la fachada diferentes tipos de aberturas en cada nivel y rematando el mismo con figuras alegóricas.
Para el mismo período, se crea el 31 de mayo de 1907, la Caja Municipal de Jubilaciones y Pensiones, para brindar servicios a los empleados de la Administración Municipal, otorgando sus primeros beneficios en 1912. A lo largo del tiempo, el régimen de prestaciones de la institución se fue modificando, incluyendo al personal del Banco Municipal, a otros entes autárquicos municipales y a diversas comunas de la provincia de Santa fe. La originaria Caja Municipal de Jubilaciones y Pensiones de Rosario inició sus actividades en las instalaciones del viejo edificio del Banco Municipal de Rosario, y se mantuvo allí hasta el año 1936 en que se trasladó a la calle Córdoba  954. Finalmente, en el año 1958 adquirió el histórico edificio proyectado por Le Monier, y construido por Alejandro Máspoli, donde el año 1959 hasta el presente.
En el año 1977, “la Caja” se transformó en el Instituto Municipal de Preveción Social de Rosario absorbiendo, en 1981 a dos entidades Municipales llanadas “Seguro y Subsidio Mutual Municipal” y “Fondo Especial Ordenanza 436/48”. En 1995 al generarse el proceso de traspaso de entidades provisionales y municipales por parte de la Nación y ante el advenimiento de la AFJP, se introdujeron reformas sustanciales en la legislación, con el objeto de conservar a la institución y a todos sus afiliados activos y pasivos en la órbita de la Administración Pública Municipal.
En el año 2001 se decide realizar una remodelación, ampliación y modernización del edificio, con el objeto de dotar al organismo, con más grandes y mejores instalaciones y equipamiento para la prestación de los servicios a los afiliados. No obstante el alcance de las reformas interiores, se preservó la fachada por tratarse de un edificio que su antigüedad y riqueza estilística ha sido declarado Patrimonio Histórico y Arquitectónico. El mismo evalúa cada intervenciones que pueden realizarse en el edificio. En este caso, el edificio se encuentra bajo el grado de protección “2A”, lo que implica que el mismo está sujeto a la preservación de la fachada y de las partes consideradas de valor, permitiéndose la alteración del orden distributivo, revalorizando el conjunto edilicio. Este permite realizar intervenciones de reestructuración, excluyendo los criterios de restauración “cientifica”

Fuente: artículo  publicada en la Revista “Rosario  su Historia y su Región y “ Fascículo N• 97
De Mes junio de 2011.-

miércoles, 10 de agosto de 2011

YERBATERA MARTIN

La yerba mate es oriunda de la selva misionera y su explotación en pequeñas colonias comenzó a mediado del siglo XVI.
Los primeros cultivos –que efectuaron los jesuitas – prosperaron pero, con el tiempo los yerbales fueron sometidos a talas irracionales y ello puso en peligro la existencia misma de las plantaciones.
Hacia 1903, el ciudadano suizo Julio V. Martín funda en San Ignacio el establecimiento de su nombre que produce el resurgimiento de la actividad.
En la segunda década de este siglo la citada empresa instala en Rosario un molino yerbatero sobre las barrancas, en proximidad del Parque Nacional a la Bandera, dando nombre a uno de los más característicos barrios.

Fuente: Artículo Publicado en la revista “Rosario Historia de aquí a  la vuelta” en el Fascículo Nº 5.
Autores: Alicia Castagna, José Luís Pellegrini, María Lidia Wolflin .
de octubre de 1990.-

martes, 9 de agosto de 2011

JULIO MARTIN Y ROSARIO


Por Miguel Ángel De Marco (h)

El inmigrante que sueña

Julio Ulises Martín, nació el 31 de julio de 1862 en el Cantón de Vaud, Suiza. A los 23 años de edad se embarcó en un vapor de bandera francesa que hacía su viajes inaugural desde el puerto de El Havre al Río de la Plata. Desembarcó  en Buenos Aires en el año 1885 durante la primera presidencia de Julio Argentino Roca, consiguiendo trabajo en una relojería de calle Florida, de la que llegó a ser subgerente. Seguramente no se imaginaba que algún día llegaría a conversar personalmente con aquel mandatario ni menos aún que éste le solicitara invertir en el país al que había llegado en busca de oportunidades. Decidió conocer las posibilidades naturales del país viajando a Mendoza donde se cercioró del futuro de la industria vitivinícola. Regresó a Buenos Aires pero pronto viajó a la República de Paraguay para instalar, en la ciudad de Asunción, un negocio de relojería y joyería. Fue allí donde en sociedad con su compatriota Justin Berthet decidió formar una sociedad comercial para adquirir el único molino harinero existente en esa capital: el Molino Nacional del Paraguay, que abastecía de harina a ese país y la exportaba a la provincia brasileña de Mato Grosso. Así nació, el 3 de junio de 1894, la firma Martín y Compañía, la que además adquirió extensiones de tierra en Paraguay y en el noreste argentino para dedicarlas a cultivo de yerba  mate, producto que hasta entonces provenía de Paraguay y Brasil.

En una ciudad exportadora

En 1898, Julio Martin fijó la sede comercial de su firma en Rosario, Se trataba de uno de los grandes puertos argentinos que, entre otras cosas, era la salida de la producción harinera del litoral y su firma, precisamente pertenecía a esa rama industrial.
En esos años la provincia de Santa Fe estaba gobernada por el empresario molinero, J. Bernardo Iturraspe, quien había designado como intendente de Rosario a su sobrino, Luis Lamas, alineado políticamente con el presidente de la Nación Roca, en su segundo mandato. En lo ideológico iturraspe y Lamas pertenecían a una familia de arraigada tradición liberal que suscribía a la visión histórica creada por el ex presidente Bartolomé Mitre. De allí que el mismo año que Martín abría sus oficinas en Rosario dicha elite mitrista impulsaba la construcción de un Monumento Nacional a la Bandera, poniendo la piedra basal del mismo.
En materia cultural y tecnológica la cultura francesa gozaba de alta estima.
La ciudad era área de influencia de capitales franceses, en dos de sus principales herramientas de progreso: el puerto concesionado a George Hersent y del ferrocarril que la unía con el norte santafesino. Además  la colectividad francesa local disponía de notoria ascendencia social en gustos y costumbres de la elite.
Años más tarde Julio Martín daría su propia explicación de la elección de Rosario “Tuve y tengo una completa fe de que Misiones desalojará el consumo de yerba mate extranjera y por eso pnesé que Rosario sería el punto adecuado para estar en el centro de la República con redes ferroviarias y fluviales en todas las direcciones, lo cual permitiría dar en todo el país un precio uniforme a nuestra producción. Después de haberlo experimentado, podemos asegurar que estamos satisfechos de nuestro acierto”.
Las oficinas centrales de Martín y Cía. comenzaron a funcionar en Sarmiento al 400.
En Rosario también asentaría su hogar con su flamante esposa, la porteña Ángela Joostens, hija de belgas, con la que fue padre de Marcelo (18899), Carlos (1900), Georgette (1905) y Alberto (1907).

Los yerbatales una cuestión de Estado

En 1902, mientras Roca era recibido triunfalmente en Rosario al momento de colocar la piedra basal del nuevo puerto de Rosario ( habilitando formalmente a fines de 1905), la firma Martín y Cía. producía el primer lote de yerba mate obtenido de sus cultivos en San Ignacio, Misiones.
De la mano de están obra de infraestructura nueva inversiones arribaron a la ciudad, situación que se potenciaba aún más con la presencia de “ notable” dirigentes santafesinos en lugares claves del gabinete nacional: Tomás R. Cullén, Wenceslao Zeballos, Lorenzo Anadón, Gabriel Carrasco y Nicosio Oroño, entre otros. Alertado Roca por su ministro de Agricultura de que Martín se preparaba para iniciar la producción a gran  escala de yerba en territorio paraguayo, le pidió personalmente en la Casa Rosada que lo hiciera en Argentina, en las colonias de Misiones, argumentando de que se trataba de un producto de consumo popular, destinándose anualmente grandes sumas para su importación.
Los yerbatales de la firma en San Ignacio fueron explotados intensamente y gran parte de sus cosechas se almacenaron en los depósitos construidos en Rosario, desde donde se comercializó. En la segunda y tercera década del siglo XX, Martín y Cía ya era una marca líder en el mercado nacional, siendo la primera en plantar, producir, industrializar y expandir yerba mate cultivada en el país.

La Intervención de Lisandro de la Torre

El dirigente fundador del Partido Demócrata progresistas, Lisandro de la Torre, era vecino y amigo de de Martín y desde el Congreso de la Nación apoyó el pedido de los yerbateros misioneros solicitando mayor apoyo a esta industria. En 1924, De la Torre presentó a Martín en el recinto como el “El primer plantador de yerba mate de cultivo”, y lo invitó para que explicara ante los legisladores la actividad realizada en aquel territorio nacional.
Puntualmente se pedía al entonces presidente Marcelo T. de Alvear que se diera marcha atrás con la iniciativa oficial de reducir los derechos arancelarios a la yerba mate brasileña y tolerar el ingreso de yerba de menor calidad, nociva para la salud. Una de las tantas batallas entre las tendencias proteccionistas y librecambistas de la historia argentina y que desalentaron el desarrollo de industrias regionales.
Los yerbateros argentinos no pudieron doblegar la tenaz y persistente presión de sus pares brasileños, quienes a través del gobierno de ese país supieron sacar provecho de la inestabilidad institucional argentina, logrando que el presidente de facto José Félix Uriburu derogara las medidas proteccionistas obtenidas durante las  presidencias radicales. Pasaron cinco años para que se aprobara el funcionamiento de la Comisión Reguladora de producción y Comercio de la Yerba Marte (CRYM), una entidad autárquica para la defensa de esa insdustria.
Julio Martín en esta prédica por proteccionista contó con el decidido apoyo de Ernesto M. J. Daumas, que en 1915 se había sumado a la empresa, compartiendo la responsabilidad de su dirección por más de cincuenta años.

Fuente: Bibliografía  publicada en la Revista “Rosario  su Historia y su Región y “ Fascículo N• 97
De Mes junio de 2011.-

lunes, 8 de agosto de 2011

EL MONUMENTO DE GRONDONA


Por Héctor A. Sebastianelli

Cincuenta años después de enarbolación de la Bandera, el Ingeniero de la Municipalidad Nicolás Grondona, de origen genovés, presentó con fecha 1 de setiembre de 1872 una nota dirigida al Concejo Ejecutor en donde proponía: “… la idea de levantar dos monumentos conmemorativos en los puntos donde se enarboló y saludó el glorioso pabellón argentino”. Sugería alzar una pirámide en la isla del Espinillo y una construcción más importante en las barrancas de Rosario – sector de la barranca Seibas-. Ambos monumentos serían levantados por suscripción popular. El entusiasmo de la población de Rosario acompañó a los propulsores. Once días más tarde se iniciaron los trabajos en la isla. Decía “la Capital “12 de setiembre: “Esta mañana al toque de diana, se abrieron los cimientos y se puso la piedra fundamental para el Monumento conmemorativo que debe levantarse en la isla frente al pueblo donde existía  en 1812 la batería de la Independencia, la que saludó por primera vez la Bandera Nacional”
Se transportaron todos los materiales y se trabajó entusiastamente. A fines de setiembre los trabajos estaban muy adelantados.
Se trataba de una pirámide de forma egipcia “con una altura de aproximadamente nueve varas de base, que su extremo superior tenía doce pulgadas.
La estructura se componía de dos pedestales; uno superior, que con el resto de la pirámide que sostenía estaba simplemente revocado y blanqueado. En sus cuatro frentes, sobre fondo claro, se inscribieron en números azules cuatro fechas memorables de la historia Patria: 1810,1812,1816 y 1853, es decir la Revolución de Mayo, la creación de la Bandera, la proclamación de la Independencia y la sanción de la Constitución Nacional.
El pedestal inferior, que constituía la base, estaba revestido en tres de sus frentes en baldosas imitando mosaicos y en el cuarto llevaba la lápida de mármol blanco, encuadrada en otra de mármol gris, con la siguiente leyenda:”Aquí existía la batería de la Independencia donde se enarboló por primera vez la Bandera Nacional Argentina, el 27 de febrero de 1812, a las seis y media de la tarde. La Patria perpetúa este glorioso recuerdo con este Monumento, 27 de febrero de 1873”.
Salta a simple lectura de inscripción el error cometido, que fue repitiéndose hasta el cansancio, y aún hoy, curiosamente, continúa divulgándose en revistas de gran tirada. “ que la enseña Patria fue izada por primera vez en la batería “Independencia”, es decir, en la isla de enfrente y no en la barranca donde formó la tropa del coronel Belgrano y hoy se levanta el Monumento”.
La pirámide tenía en su derredor un escalón de mármol blanco, la vereda de baldosas imitando mosaicos, una contravereda y un eslabón empedrado. Estaba rodeada por una cadena sujeta a nueve postes de hierro en forma de cañón, en los que se había grabado los nombre de San Martín, Belgrano, Viamonte, Alvear, Lavalle, Brown, Balcarse y Lamadrid.

Fuente: Bibliografía  publicada en la Revista “Rosario  Historia de aquí a la Vuelta “ Fascículo N• 1
Ediciones De aquí a la Vuelta  10 de abril de 1991.-

viernes, 5 de agosto de 2011

LA PRIMERA COMISIÓN

Por Héctor A. Sebastianelli

La Comisión que tuvo a su cargo la erección del Monumento Nacional a la Bandera, en 1872, estuvo constituida por los siguiente vecino: presidente, Fermín Rodríguez; vocales José Matías Gutiérrez, Juan Antonio Rosas, y Nicolás Grondona; tesorero, Melitón Carbonell; secretario, Edmundo Rosas. En nota remitida a la Municipalidad, el titular expresaba: “La Comisión no duda que esa Corporación sabrá apreciar debidamente el pensamiento tan patriótico, y ayudará en cuanto le sea posible. Inmediatamente que se de principio que se de principio  a la recaudación de los fondos, se principiará la obra y la Municipalidad podrá tener injerencia en la inspección de la misma cuantas veces lo crea conveniente”. Además se nombró una comisión de censura histórica, compuesta por los doctores Milcíades Echagüe y Melitón González del Solar, y el notable periodista don Federico de la Barra, cuya misión rayó a gran altura.

Fuente: Bibliografía  publicada en la Revista “Rosario  Historia de aquí a la Vuelta “ Fascículo N• 1
Ediciones De aquí a la Vuelta  10 de abril de 1991

jueves, 4 de agosto de 2011

EL LUGAR DEL IZAMIENTO

Por Héctor A. Sebastianelli

La comisión encomendó a los doctores Lassaga y Fernández que reuniesen los antecedentes necesarios para establecer exactamente el sitio del izamiento de la bandera, ya que existían versiones encontradas al respecto.
Con tal motivo efectuaron consultas en antiguos y caracterizados pobladores, como el doctor Gabriel Carrasco, Melitón de Ibarlucea, Rufino Villarroel, Leonardo y Santos Nicolorich, Tomasa Gómez de Guillén, Juan Cafferata, Cipriano Fernández y Vicente Pusso. Los informantes coincidieron en señalar que la bateria “Libertad” estuvo ubicada en la punta de la barranca que formaba ángulo entre las calles Santa Fe y Córdoba, la que había sido rebajada para ensanchar la plaza Brown.
La comisión produjo su informe el 3 de julio de 1898, aprobándolo el Concejo Deliberante el 5 del mismo mes, disponiendo, además que el paseo se llamaría en adelante General Belgrano. Seguidamente dispusieron que la piedra fundamental debía ser colocada el 9 de julio del mismo año, es decir a pocos días.

Fuente: Bibliografía  publicada en la Revista “Rosario  Historia de aquí a la Vuelta “ Fascículo N• 1
Ediciones De aquí a la Vuelta  10 de abril de 1991.-

miércoles, 3 de agosto de 2011

ORIGENES DEL MONUMENTO A LA BANDERA

Por Héctor A. Sebastianelli

Es indudable que la primera incisiva de construcción del Monumento a la Bandera  ingeniero Nicolás Grondona, allá por 1872, al dirigir una nota al Concejo Deliberante, en la que manifestaba, entre otros conceptos, que “ en varios vecinos de esta ciudad ha surgido la idea de levantar dos monumentos en los puntos donde se enarboló y saludó por primera vez el glorioso pabellón argentino”. Pero ya volveremos sobre el tema.
El anhelo de los rosarinos de levantar un monumento a la enseña Patria seguía latente a pesar de que la adversidad había impedido concretar el proyecto del Ingeniero Grondona. De allí que valiéndose del intenso impulso renovador imprso a la administración municipal por ese gran intendente que fue don Luis Lamas, un grupo de concejales decidiese encarar nuevamente la idea, requiriendo a la legislatura provincial el correspondiente permiso para levantar una gran estructura conmemorativa en el mismo sitio de la enarbolación.
Fueron los ediles Julio Rodríguez de la Torre, Domingo Dabal, Emilio B. Moreno y Canova, quienes el 30 de marzo  de 1898 efectuaron dicho trámite, como paso previo a la constitución de una comisión de vecinos. Luis Lamas, entonces, de signó que correrían con la materialización de la obra: presidente, doctor Marcelino Freyre, casado con  doña Salomé Maciel, cuyo padre, según la tradición, fue honrado por Belgrano para enarbolar la Bandera: secretarios, doctores José S. Sempé y Agustín Landó: vocales doctor Daniel Gotilla, juez federal de sección Santa Fe: doctor pedro N. Arias señor Nicolás de Vedia, Rector del Colegio Nacional; doctor Joaquín Lejarza, doctor David Peña, señor Pelayo Ledesma, señor Zenón Pereyra, doctor Jacinto Fernández, doctor Calixto Lassaga, señor Miguel S. Coronado, doctor Lisandro de la Torre, doctor José Leguizamón y señor Miguel Grandoli.

Fuente: Bibliografía  publicada en la Revista “Rosario  Historia de aquí a la Vuelta “ Fascículo N• 1
Ediciones De aquí a la Vuelta  10 de abril de 1991.-

martes, 2 de agosto de 2011

MARCAS DE CERVEZAS ROSARINAS 1870 1890


Por Socorros Volpe


En una excavación arqueológica urbana los elementos más comunes de ser hallados son los envases, sobre todo aquellos cuyo material es de vidrio o de gres; a través de los mismos es posible conocer el contenido.
Las bebidas mayoritariamente estaban envasadas en botellas de las más variadas formas capacidades ( según el tipo de la bebida)
La cerveza en su forma más antigua de comercialización en Rosario, estaba envasada en botellas de gres, dicho material se empezó a utilizar hacia el último cuatro del siglo XVIII, era este un material duradero y más higiénico, además de mantener a la bebida en una temperatura constante y al mismo tiempo fácil de enfriarla.
En la Argentina estos envases  comienzan a se introducido hacia 1812.
Las botellas más comunes en Argentina  y en Rosario eran producidas en Glasgow por las fábricas de Port Dundas y Kennedy Barrofield.

Los hallazgos arqueológicos:

Las marcas de cervezas ligadas a las botellas de diferentes manera.
1-      Etiqueta
2-      Marca en el precinto
3-      Marca exisa, formando parte de la botella; de color celeste o azul – celeste
4-      Impresa de azul o negro, pintada en la botella.
5-      Marca incisa en la botella.


Las cervezas rosarinas

Hacia los años 1855 se estableció en Rosario la primera fábrica de cerveza, de reducida capacidad, elaboraba además licores y la famosa chichibira.
Uno de los más antiguos empresarios fue sin duda Francisco Magdelín, que por los años 1874 – 1884 estuvo al frente de varias fábricas: entre las Cervecería Nueva, Alemana y Rosario. Su cerveza de marca FM, venía de diferentes calidades y tipos: simple, doble y negra. En 1878 para diferenciar sus cervezas, importó de Glasgow, botellas de gres con el nombre de su empresa, impresas sobre relieve de color celeste en el cuerpo del mismo envase ( las fábricas de botellas de Glasgow no eran otras que Port Dundas y Kennedy Barrofield)
En 1884, la Cervecería Nueva fue vendida a Huan Ortíz y en 1888 a Carlos Schlau y Federico Strasser. El 1850 y 1910 se contabilizaban en el Rosario des las siguientes cervecerías ( ver cuadro)

Otra conocida marca rosarina fue la denominada “La Galera” elaborada por la Cervecería Italiana de L. Costa ( 1870-1875)
La costumbre de imprimir la marca en el envase era ya popular, unos de los dibujos más artísticos corresponde a la Cervecería Alemana de José Preis (1878)


Las cervezas inglesas importadas

Hacia los años 1812 – 1815, además de las botellas de gres, para cerveza, se importaron también cervezas inglesas tanto en barril como envasadas (en botellas de gres). Entre los años de 1850-1890 se importaban en Rosario cervezas inglesas, alemanas, noruegas y austriacas. Los importadores más conocidos eran Ramayo, López y Rodríguez, Tiejman, Fregueiro, Amelong y Cía., Díaz y Loza, Ortiz y otros.

En el Rosario antiguo las marcas más populares eran las siguientes:

Marca TENENT: vendida a 24 reales la docena de botellas, su fabricante era la “Well Park Brevery

Marca: Chancho: así eran llamadas las marcas que su precinto o etiqueta estaba grabada la imagen de un jabalí; por analogía : chanco, en Rosario tenemos dos marcas inglesas: pertenecientes a T.B. Hall y W. Edmonds ambas originarias de Liverpool.
Otra marca era la “Z – Blood Wolfe” cuya traducción es sugestiva. Marca “Z Sangre de Lobo”, también de Liverpool.
La costumbre de utilizar animales en las etiquetas o precintos la comenzó Guinnes embotelladores de Irlanda y Liverpool, sobre todo para ser identificadas por los numerosos analfabetos existentes.

BIBILIOGRAFIA
Lic. Soccorso Volpe: “Excavaciones arqueológicas en Rosario: sitios La Basurita y Plaza Sarmiento (1988-1992)” Departamento de Arqueología. Escuela Superior de Museología. Municipalidade de Rosario.
Soccorso Volpe: Vida Cotidiana de Rosario ( 1870-1890) Introducción de la cerveza en Rosario ( Revista El Vecino Rosario. N• 150. Junio 2001)
Soccorso Volpe. “Tipología de Recipientes de gres cerámico y precintos na. IAAIE.  Excavaciones arqueológicas de Rosario ( Publicación N • 19. Centro de Arqueología Urbana. IAAIE. Mario Buschiazzo. Univ. Bs. As. 1994)
W Mikielevich. “La elaboración de cerveza en Rosario “ ( Revista de Historia de Rosario N• 30 . 1978)
D. Schávelzon. “Tipología de recipientes de gres cerámico en la Arqueología de Buenos Aires ( Publicación N• 4 de Arqueología Urbana. IAAIE. Mario Buschiazzo. Univ. Bs. As. 1991)

Consulte en la página Cátedra Virtual de Arqueología Urbana ( Avenline) un catálogo de Cervezas inglesas en Rosario (PDF) DIRECCIÓN: http:es.geocities.com ninosoccorso

Fuente: Extraído de la Publicación de Rosario, su  Historia y Región. Fasciculo  N• 92 Diciembre de 2010.-