miércoles, 29 de junio de 2011

CAYETANO SILVA Y LA MARCHA DE SAN LORENZO

Por Julio Chiappini

Silva nació en San Carlos, departamento de Maldonado, Uruguay, el 7 de agosto de 1868. Era moreno, descendiente de esclavos por todos sus ancestros. Fue hijo de Natalia Silva, que le dio su apellido.
Desde chico Cayetano demostró talento musical. Recibió lecciones de Filiado Rimoldi, director de bandas y profesor de piano. Nuestro personaje fue un alumno aprovechado y enseguida cornetín en el conjunto lugareño.
Luego Montevideo. Palabra que viene de Monte vidi, anunciado por la vigía del barco. O de Monte VI de Deus, según los masones. La primera visión es más verosímil: lo cual no significa veracidad.
De Montevideo a Buenos Aires. En 1889 trabajó en el viejo teatro Colón. También ejerció como maestro de bandas militares en algunos regimientos. Luego en Rosario, Venado Tuerto, Santa Fe y de vuelta a Rosario, al Regimiento 7 de infantería.
Silva murió en Rosario el 12 de mayo de 1920. Aunque estaba conchabado como músico en la Policía, por ser negro le negaron sepultura en el Panteón Policía y quedó entonces en una tumba N.N. no nombrado. Pero por suerte en 1997 se localizaron sus restos, llevados al cementerio municipal de Venado Tuerto. Ciudad – desde 1935 – que lo reclamó; pues Silva ahí vivió bastante tiempo, contratado en 1898 por la Sociedad Italiana. Dejó un gran recuerdo pues fundó un centro lírico, enseñó música y creó la “Rondalla”, con la que se luce en el carnaval de 1900. Luego, en Santa Fe capital, instaló un conservatorio y dirigió orquestas en los teatros.
Hay una raza negra, cómo no. Pero alguien debiera decir, ya a esta altura, que negras son las almas ( al menos algunas, no los cuerpos.

La Marcha de San Lorenzo

Silva escribió la música para las obras “Canillita” y “Cédula de San Juan “, de su amigo y compatriota Florencio Sánchez. Sánchez que nació en Montevideo en 1875 y murió en Milán en la mayor pobreza, en un hospital de caridad, en 1910, se afamó sobre todo con “M’ hijo el dotor”. Vivió en Rosario y aquí estrenó en 1902 “Canillita”, apodo del protagonista que enseguida cogieron los vendedores de los diarios en la Argentina y en la República Oriental de Uruguay: nombre del país que patentiza cierta filiación respecto a nosotros. Pues ¿ “Oriental” en relación a que?.
Silva compuso varias marchas militares. Por ejemplo “ Curupayti”,  “San Genaro”, “ Río Negro”, “ 22 de Julio” y “ Tuyuti”. Pero indudablemente fue la “Marcha de San Lorenzo” la que lo hizo célebre.
La partitura fue ingeniada durante la estadía en Rosario. Y como estaba en apuro de dinero, la vendió por $ 50 a un empresario de la capital federal. Silva dedicó la pieza a Pablo Ricchieri, Ministro de guerra durante la segunda presidencia de Roca. Ricchieri estableció el arsenal en Fray luis Veltrán pues había nacido ahicito nomás, en San Lorenzo.
Ricchieri aceptó el tan grato obsequio y bautizó la música como “ Combate de San Lorenzo”. Se tocó por primera vez en 1902, sin letra, al lado del convento de San Carlos ( asistieron Roca y Ricchieri). Es decir, a tiro de piedra de donde se libró la batalla ( en rigor resultó más bien algo más que una escaramuza) de San Lorenzo. Fue el 3 de febrero de 1813. Ya San Martín acreditaba sus dotes de táctico ( con el tiempo también de estratega). Al punto de que es estudiado en las academias militares del hemisferio norte, sobre todo el cruce de los Andes. Fue uno de nuestros pocos militares sumamente idóneos como “generales de la guerra”, los “generales de la paz” son desde luego muy serviciales; pero es otra cosa, Alvear y Las Heras también tuvieron talento castrense y, sobre todo, el general Paz. En la batalla pensaban como hombres de pensamiento. El genio militar precisa de esa dualidad. Aunque un general prusiano bramó contra Napoleón luego de la campaña de Austria: “Gana. ¿ Pero no es científico!”.
Lo ciento es que apenas tocada la pieza, fue ungida Marcha Oficial del Ejército argentino. Y en 1907 Carlos Javier Benielli, un amigo y vecino de Venado Tuerto de Cayetano, que ahora sentimos como nuestro amigo y benefactor, escribió la lograda letra.
Y a poco algo notable: la marcha se afamó hasta la Europa. Por ejemplo se tocó el 22 de junio de 1911 cuando la coronación en Londres de Jorge V. Se ejecuta habitualmente cuando hay cambios de guardia en el palacio, que lo es de Buckingham. Es banda militar oficial en muchos países, y antes del nazismo la Argentina la intercambió con Alemania como muestra de camaradería. Recibimos  “ Viejos Camaradas” “ Alten Kamaraden”, bastante pegadizas . Y convengamos  en que es también notable que la marcha se tocara cuando el ejército alemán invadió París y desfiló bajo el Arco del Triunfo. Pero los aliados, amoscados y por instrucción de Eisenhower, hicieron otro tanto cuando la liberación, el 24 de agosto de 1944.
Y hasta en la película “Rescatando al soldado Ryan” escuchamos esta bellísima composición; cuya música y cuya letra han combinado magistralmente lo marcial, lo heroico y la emoción de quienes escuchamos que “Febo asoma ya sus rayos iluminan el histórico convento

Algunas bibliografía sobre la raza negra en el Río de la Plata
Alberto González Arzac, “Prolongación de la esclavitud en la Argentina”, suplemento Nº 32 de “ Todo es historia”, Bernardo Kordon. “ La raza negra en el Río de la Plata “, suplemento Nº 7, y Nº 162 de la revista, dedicado monográficamente al tema

Fuente: Bibliografía  publicada en la Revista “Rosario – Su Historia y Región Fascículo N• 96
Mayo de 2011


MARCHA DE SAN LORENZO
Letra: Carlos Javier Benielli; música: Cayetano. A. Silva.
Febo asoma; ya sus rayos
iluminan el histórico convento;
tras los muros, sordos ruidos
oír se dejan de corceles y de acero.

Son las huestes que prepara
San Martín para luchar en San Lorenzo;
el clarín estridente sonó
y la voz del gran jefe
a la carga ordenó.

Avanza el enemigo
a paso redoblado,
al viento desplegado
su rojo pabellón. (bis)

Y nuestros granaderos,
aliados de la gloria,
inscriben en la historia
su página mejor. (bis)

Cabral, soldado heroico,
cubriéndose de gloria,
cual precio a la victoria,
su vida rinde, haciéndose inmortal.

Y allí salvó su arrojo,
la libertad naciente
de medio continente.
¡Honor, honor al gran Cabral! (bis)

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Letra de cancion de: Marcha Curupaity

Saludemos la enseña sacrosanta
que en cien combate,flameó triunfal
cobijando los héroes inmortales
de Tuyutí,Bellaco y Humaitá
 
Saludemos la enseña inmaculada
que heroica tremolo en Curupaity
cuyos campos bañaron con su sangre
Rivas Diaz,Charlone y otros mil
 
Saludemos la enseña victoriosa
que en Corrientes,Yatay y Boqueron
Nuevos lauros de gloria inmarcesible
para el pueblo de Mayo conquisto
 
Gloria eterna Bandera Azul y Blanca
gloria eterna a los héroes que por ti
inmolaron sus vidas en los campos
de Tuyuti,Humaitá y Curupaity
 
yy....Curupaity
 
yy...Curupaity.

martes, 28 de junio de 2011

LA REALIDAD SANTAFESINA DE PRINCIPIOS DEL SIGLO Y LA LIGA DEL SUR

1908 marca el inicio de un nuevo ciclo en la trayectoria política de Lisandro de La Torre., ciclo que culminará a mediados de la década del veinte con un nuevo alejamiento, el “autoexilio” de Pinas. Una serie de acontecimientos tornan explosiva la situación en Santa Fe : la dificultades económicas experimentadas en ese año habían provocado importantes quiebras en la esfera comercial; Rosario, y por ende el sur, resultaban desplazados  una vez más por los intereses capitalinos al privilegiarse la construcción del ramal Déan Funes – Santa Fe sobre la línea Déan Funes – Rosario; una gestión municipal fuertemente cuestionada acrecienta la presión fiscal, particularmente sobre cuentapropistas, pequeños y medianos empresarios. A las tensiones generadas por la situación precedente se suma una nueva decisión política; el establecimiento del departamento 9 de Julio, en el norte, en tanto se negaba la división de General López, cuya población era diez veces mayor. La misma convalidaba nuevamente la desigual distribución de las bancas del Senado, espacio político por excelencia para la definición del ejecutivo provincial. Refiriéndose a ello de la Torre señalará: “Hace treinta años continuos que los senadores nacionales salen de Santa Fe; en cuarenta años sólo un gobernador ha salido de Rosario; en el Congreso, sobre catorce personas que componen la representación de la provincia, diez son de Santa Fe, sólo cuatro de Rosario; de tres ministros del ejecutivo, ninguna dos son de Santa Fe, y de cinco personas que forman el Poder Ejecutivo, ninguna es hija del Rosario; numerosos jefes políticos del centro y sur de la provincia son hombres traídos del norte, pero jamás una jefatura del norte se confía a un hombre del Sur…” ( Enrique Thedy, Índole y propósito de la Liga del Sur. Revista Argentina de Ciencias Políticas, Buenos Aires, 1910, Tomo 1,94-95).
El desfasaje planteado en el plano político resultaba paradójico en la medida en que el centro dinámico de la economía provincial se había desplazado desde mediados de la década del ochenta hacia el sur.
La presión de los sectores afectados comienza a hacerse sentir. Las expresiones y demandas corporativas, vehiculizadas en primera instancia a través de la Bolsa de Comercio o comité de Comercio y las Industrias van dando paso a un movimiento político que, en octubre 1908, se estructura bajo la denominación Liga del Sur. No sólo resulta significativo el nombre. El proyecto evidencia con claridad la decisión de ciertas fracciones de la burguesía comercial, financiera y agraria sureñas de concluir con la marginamiento en las en las decisiones de poder.  Por intermedio de su Junta Ejecutiva presidida por Lisandro de la Torre, La Liga propone una serie de modificaciones sustanciales en el aparato institucional santafesino.
Uno de los primeros objetivos apunta sentar sobre bases más amplias la legitimidad política, introduciendo la representación de las minorías ( a partir del sistema de lista incompleta) y concediendo el voto a los extranjeros. Si bien esta última propuesta intenta dar respuesta a una de las apelaciones más reiteradas desde los sectores inmigrantes, ella no implica una apertura total por cuanto sólo concede el derecho de votar a quienes “reunían los requisitos de haber residido en el país durante un determinado tiempo, que marcará la ley, y sean propietarios de bienes raíces, o que, a falta de la segunda condición, sean padres de hijos argentinos ( ibidem, pág 91)
El segundo objetivo se orienta a romper con la estructura monolítica del gobierno provincial. Los instrumentos elegidos son aquí los gobiernos municipales, multiplicados en todo el espacio provincial. A diferencia de las artificiosas estructuras departamentales que privilegian  unas áreas sobre otras, los municipios autónomos  - al tiempo que favorecen la descentralización gubernativa- permiten una ingerencia mayor en todas las esferas de la sociedad civil: la seguridad social, la educación, la economía, la justicia, el control de la fuerza pública ( Ibidem, págs. 89-90). La nueva dinámica política no podía dejar incólume el problema de la capital provincial, más aún si con miras a implementar una política de desarrollo, se pretendía ampliar las posibilidades de participación en su elaboración a sectores escasamente representados hasta ese momento. Es por ese motivo que los liguistas llegan a plantear el traslado de la capital a Rosario.
Si bien la participación política ampliada y la descentralización reducen los niveles de exclusión del régimen, marcan al mismo tiempo los límites del horizonte de contestación dentro del cual se mueven . Y Lisandro  con ellos. El centro del problema se ubica todavía en el interior de la denominación como lo demuestra la propuesta del sufragio censitario  que opera como barrera a la integración de otros sectores de la sociedad en las decisiones de poder. Pero más aún en la discusión sobre la descentralización. Este resulta un verdadero punto de inflexión que permite observar cómo estos sectores intentan, por una parte , recuperar espacios de decisión que paulatinamente habían sido controlados por el estado provincial o provincial o nacional, pugnando, a su vez, por avanzar en forma orgánica sobre los niveles de decisión política que la facción dominante pretende monopolizar.
Las elecciones municipales de 1909 ponen a prueba los niveles de consenso de que goza la Liga. Si bien el candidato liguista triunfa, la no modificación de las normas constitucionales vigentes, le permite al gobernador con el acuerdo de la Legislatura, elegir a otro postulante. La situación no detiene a los liguistas que continúan desarrollando su práctica política, abriendo canales de discusión y participación que promuevan la adhesión a su programa. Las elecciones del 11 de marzo de 1911 convalidan el camino de la diputación para  de la Torre, como representante en este momento del departamento San Lorenzo

Fuente: Bibliografía  publicada en la Revista “Rosario  Historia de aquí a la Vuelta “ Fascículo N• 7
Autor: Marta Bonaudo  Ediciones De aquí a la Vuelta  29 de noviembre de 1990.-

miércoles, 22 de junio de 2011

LA HUELGA DE LOS INQUILINOS

La huelga de los inquilinos 1907 tuvo como origen el descontento popular por la condiciones en que se pactaban los alquileres y las locaciones. El 29 de setiembre de dicho año, se dio a conocer un pliego de condiciones de los vecinos de la ciudad, en el que consignaban lo resuelto en la reunión celebrada en el local de la Sociedad Constructores de Carruajes, en Entre Ríos 1115:
   “1•)Rebaja del 30 por cuento sobre los alquileres actuales.
     2•) Higienización de las piezas.
     3•) Abolición de los pagos adelantados.
     4•) Abolición de las garantías.
     5•) No desalojar a ningún inquilino por haber tomado parte en este movimiento
      Huelguístico.
     6•) Dificultad con que tropiezan las familias con numerosa prole para encontrar `pieza de alquiler”.

En los contratos tipos, por su parto, los dueños de las viviendas incluían cláusulas como las siguientes: “La locataria cocinará con carbón “
“El locatario subirá a la azoteas del departamento”.”El locatario abonará un peso cincuenta centavos moneda nacional por el servicio de cloacas”. “Las luces del pasillo se apararán a las 10 p.m.”.
Un manifiesto de aquellos días concluía: “ Trabajadores: unidos en esta lucha sin cuartel, no puede haber traidores porque no se atenta a ningún derecho que consagra a los ciudadanos, y nada podemos perder los que pagamos alquiler”.

Fuente: Bibliografía  publicada en la Revista “Rosario  Historia de aquí a la Vuelta “ Fascículo N• 20
Autor: Placido Grela  Ediciones De aquí a la Vuelta de mayo 1992-

martes, 21 de junio de 2011

INQUILINOS, COCHEROS Y MAYORALES


El movimiento sindical continuaba consolidándose mientras Rosario se desarrollaba económicamente y socialistas y anarquistas se disputaban la dirección del movimiento obrero. Estas rivalidades malograron muchas conquistasque, se podrían haber efectivizado en bien de las clases trabajadoras de la ciudad.
En 1907 se produjeron nueve huelgas, que contaron con el apoyo de más de diez mil obreros. Una de ellas fue la de inquilinos, que si bien tuvo si origen en la ciudad de Buenos Aires, alcanzó aquí características particulares que no figuran en las historias conocidas sobre el movimiento obrero argentino.
Otra huelga importante fue la de los cocheros de plaza o personal de rodado, quienes luego de una asamblea concretada el 15 de enero de 1907 resolvieron devolver la libreta de trabajo hasta que se los eximiera de la obligación impuesta por la Ordenanza Municipal de Tránsito de estampar sus impresiones digitales. La intransigencia del Jefe de Policía, autor de la inicitiva, y del Intendente Municipal, que lo secundaba, provocaron el paro de actividades de los cocheros. La Federación Obrera Rosarina, solidaria con ellos, proclamó la huelga general. El conflicto seextendió a la capital provincial y posteriormente al resto del país. Si bien los obreros del rodado no pudieron evitar la aplicación de la norma cuestionada, obtuvieron en cambio la renuncia de su propulsor, el mencionado jefe policial.
En Santa Fe, durante el desarrollo del conflicto, tuvo participación el Ejército, aunque se produjeron, con ese motivo, algunos hechos significativos. La Capital en su edición del 25 de enero, consignaba que “un oficial de línea se negó a acatar una orden del jefe de Policía intrino, de disolver un grupo de trabajadores huelguistas manifestando: No he venido a pelear con el pueblo sino a custordiar la estación ferroviaria..”
Durante 1908 paralizaron sus tareas cerca de 3000 obreros participaron en cinco huelgas, lo que constituyó un período relativamente tranquilo en relación con los anteriores, que se han esbozado brevemente.
Un año después, el hecho más relevante y singular fuel la huelga de empresarios rosarinos, apoyada posteriormente por los obreros. Los comerciantes habían solicitado al intendente la derogación de la denominada Ordenanza de Impuestos, y su sustitución por la que se encontraba vigente hasta el año anterior. Los empresarios, la pequeña burguesía rosarina y los sectores sociales vinculados a la misma, se reunieron en el local de la sociedad “La economía Social” resolviendo por unanimidad “declarar la huelga de los gremios de comerciantes minoristas, y publicar un manifiesto dirigido a la población explicando las causas del conflicto”.
Se produjo entonces un caso singular. Socialistas y anarquistas – habitualmente enfrentados- , entendieron que los impuestos también afectaban a la clase obrera e hicieron causa común con los empresarios, decretando la huelga general.
La denominada sisa, el nuevo impuesto municipal cuestionado, no fue aceptada en consecuencia ni por los comerciantes ni por los trabajadores. “La ciudad – informaba La Capital- amaneció muerta de tráfico y movimiento; coches ni carros se veían por ninguna parte. Sólo circulaban corn normalidad los tranvías eléctricos. En una palabra, la vida comercial de la segunda ciudad de la República estaba suspendida”.
La Liga del Sur, integrada por la pequeña y mediana burguesía rural y urbana realizó una reunión para tratar el conflicto, con la presidencia de Lisandro de la Torre y dio a conocer un documento defendiendo los intereses de comerciantes y trabajadores.Como consecuencia de aquellos sucesos, renució el intendente Nicasio Vila, tras negarse a acceder a las peticiones de los huelguísticas mediante un decreto que consignaba “no hacer lugar a la solicitud que precede y pasar estas actuaciones al Concejo Deliberante para la resolución que corresponde”.
Para efectuar un estudio exhaustivo sobre el desarrollo de las actividades gremiales rosarinas se necesitan las páginas de un libro. Lo narrado sintéticamente, con sus correspondientes testimonios es sólo una parte mínima del acontecer sindical de una ciudad que, como Rosario, conoció grandes luchas, algunas de las cuales constituyen reales páginas de la historia social del país.
Debe señalarse que desde 1907 a 1910 –los años de los orígenes- el desarrollo gremial en la ciudad fue en permanente crecimiento, y a medida que la industria modificaba su estructura económica y social se acentuaban los conflictos. Lo que no pudo evitarse durante muchos años fue, en cambio, la tremenda lucha ideológica entre socialistas y anarquitas( ya mencionada), que se mantendría hasta después de 1918, cuando a consecuencia de la revolución bolchevique de octubre de 1917, se fundó el Partido Comunista y comenzó a consolidarse en Rosario la corriente ideológica marxista.
Desde 1910 en adelante se inicia otra historia, no menos importante, que se inaugura con la huelga ferroviaria, prosigue con el Grito de Alcorta y se prolonga en otros movimientos reivindicatorios que tienen a la clase trabajadora como protagonista y a las agrupaciones sindiciales como sus voceros.
Esa segunda etapa de consolidación del sindicalsimo en la ciudad (con una cada vez menor influencia de los movimientos libertarios, que fueron perdiendo inserción y predicamento en las masas obreras) tuvo lugar después de 1910, cuando junto a los falsos oficiales de celebración del Centenario de la Revolución de Mayo, se sucedieron algunos conflictos de suma gravedad.
En ellas, el papel de los anarquistas no fue en modo alguno secundario sino todo lo contrario, y el protagonismo alcanzado por los inflexibles militantes libertarios culminó con el asesinato del Jefe de Polícia porteño, el coronel Ramón L. Falcón. A este hecho sucedería una larga nómina de enfrentamientos, de represión y de discriminación hacia los inmigrantes, que culminaría a su vez con medidas del tipo de la Ley de Residencia.
Este ciclo posterior al Centenario tendría, hasta 1930, algunos momentos relevantes, emparentados siempre con las duras y sangrientas respuestas que el orden conservador imponía a las demandas de los sectores populares, por entonces carentes aún de una organización consolidada, capaz de ofrecer sería resitencia al sistema.
Dos de ellos, el asesinato en 1928, de Luisa Lallana( joven y modesta obrera portuaria dedicada a coser boldas de arpillera) a manos de un sícaro de la tristemente célebre Liga Patriótica Argentina, fundada por el rosarino Manuel Carlés, y el fusilamiento, si siquiera juicio sumario, del obrero catalán Joaquín Penina, en 1930, en las barrancas del arroyo Saladillo, acusado de una nunca probada distribución de un manifiesto contra el dictador Uriburu, se inscriben entre los más dramáticos de la historia del movimiento obrero de la ciudad.
Del mismo modo, lo hacen las huelgas que, desde 1927 en adelante tendrían al Frigor´fico Swift como proptagonista. Todos esos hechos se relacionan con una gesta similar, de casi medio siglo antes: la iniciada por anónimos inmigrantes, hombres y mujeres que ( llegados de una Europa que sólo les ofrecía misería, traían sin embargo con ellos la semilla de la justicia social y de la dignidad de la clase obrera) dieron forma, contenido y pasión a las iniciales “asociaciones obreras”, a las cooperativas y a los primeros sindicatos de Rosario. La ciudad que, como ninguna otra en la Argentina, resguardaría esa herencia inmigratoria en su fisonomía cultural, en sus costumbres y en su perfil definitivo y definitorio de verdadera capital de la Pampa Gringa

Fuente: Bibliografía  publicada en la Revista “Rosario  Historia de aquí a la Vuelta “ Fascículo N• 20
Autor: Placido Grela  Ediciones De aquí a la Vuelta de mayo 1992-------

viernes, 17 de junio de 2011

LA LEY DE RESIDENCIA

Desde 1902 regla en el país la discriminatoria Ley de Residencia, más conocida como la 4144, promulgada por el gobierno del general Roca. Ley clasista que durante muchos años, sirvió para deportar a trabajadores por solo hecho defender conquistas y peticionar mejores condiciones de vida.
En Rosario se produjeron varias deportadores, entre ellas la del anarquista Mariano Forcat y tanto la Federación local como la de Santa Fe realizaron protestas públicas por la aplicación de la anticonstitucional disposición.
Nuevamente en 1906 las acciones gremiales más importantes las desarrollaron los empleados de comercio, quienes insistían en la implantación del descanso dominical y la jornada de 8 horas. A consecuencia de estas luchas realmente dignas de ser recordadas, el gobierno de Santa Fe promulgó la ley 1327, que declaraba “obligatorio el descanso hebdomedario en la provincia”. La reglamentación de dicha ley, sin embargo, fue suficiente y se necesitaron años de misma actividad sindical para lograr integralmente los beneficios de ese descanso dominical y de las ocho horas de trabajo.
En mismo año de 1906, los trabajadores del Ferrocarriles Santa Fe presentan un petitorio a la citada empresa con los reclamos habituales: prohibición del trabajo a destajo, aumento general de sueldo y jornadas  de ocho horas. La negativa patronal de rigor provocó la contrarréplica también habitual: la huelga que forma parte de la historia del movimiento sindical santafesino, durante la cual se realizaron asambleas, manifestaciones y incendiarios.
Los atropellos policiales –que también se produjeron esta vez- fueron duramente criticados por las organizaciones sindicales y aún por la propia prensa, que habitualmente respondía a intereses comerciales y a la burguesía local.
Mientras tanto, los anarquistas que habían convertido a Rosario en el centro principal de sus actividades, resolvieron celebrar en la ciudad el VI Congreso de la Federación Obrera de la República Argentina (FORA), que adoptaría resoluciones de importancia para dicha corriente ideológica del movimiento obrero en nuestro país.

Fuente: Bibliografía  publicada en la Revista “Rosario  Historia de aquí a la Vuelta “ Fascículo N• 20
Autor: Placido Grela  Ediciones De aquí a la Vuelta de mayo 1992-------

miércoles, 15 de junio de 2011

LA LUCHA POR EL DESCANSO

Las luchas sindicales durante aquel año 1904 se caterizaron por su especial combatividad. La jornada de 8 horas y la implantación del descanso hebodomadario fueron las reivindicaciones fundamentales.
Los dependientes de comercio, el 22 noviembre, aprobaron en una asamblea general el petitorio por el que solicitaban el reconocimiento de su entidad, la Unión Dependientes de Comercio, de reciente creación. A ello suman otros dos ejemplos: descanso hedomadario absoluto, ocho horas de trabajo, vida externa, suspensión de multas y el no despido de aquellos las reivindicaciones fundamentales.
Los dependientes de comercio, el 22 de noviembre, aprobaron en una asamblea general el petitorio por el que solicitaban el reconocimiento de su entidad, La Unión Dependientes de Comercio, de reciente creación. A ello suman otros dos ejemplos: descanso hebdomadario absoluto, ocho horas de trabajo, vida externa, suspensión de multas y el no despido de aquellos trabajadores que hubiesen participado de las huelgas. Circulaba por entonces un documento ( el texto de la ley sancionada por el Parlamento español, que reglamentaba las actividades laborales de los dependientes de comercio hispánicos ) que servía de modelo y aliciente al gremio.
Ante la negativa patronal de aceptar el pliego, los empleados mercantiles optaron por la huelga, a la que se unieron otros gremios como Sociedad de Resistencia de los Panaderos. Estos protagonizaron uno de los tantos episodios luctuosos de la gesta sindical, cuando al concretar una manifestación de apoyo a sus compañeros del comercio en el centro de Rosario fueron violentamente reprimidos por la polícia.
Un obrero panadero, Jesús Pereyra, engrosaría la larga lista de obreros caídos antes las balas policiales por defender sus derechos.El oficial culpable, de apellido Mansilla, por su parte entraría a la no menos extensa nómina de los represores. Como colorario fue clausurada la sede donde se reunían los empleados de comercio.
Los continuos atropellos de “la autoridad” contra los trabajadores, que además iban en ascenso  en sus métodos violentos, motivaron la Federación Obrera local reuniera a los dirigentes de todos los gremios adheridos y decretara, en esa asamblea, una huelga general por 48 horas.
El asesinato del modesto obrero Pereyra indignó al pueblo rosarino. Alberto Ghiraldo, escritor y periodista anarquista de reconocida trayectoria, presenció a la sazón el episodio en que fuera ultimado aquel y publicó un valiente artículo en el periódico La Protesta, que contribuyó a aumentar el sentimiento de irritación y de protesta general contra la represión brutal de la polícia.
La huelga general paralizó las actividades económicas y hasta la vida social de la ciudad. Los organizadores habían decidido la realización de una manifestación en la Plaza Santa Rosa, que congregó a cerca de 3000 trabajadores. La policía, en una escalada que sin duda respondía a órdenes precisas, arremetió una vez más contra los obreros con un saldo otra vez trágico y de mayores proporciones, ya que resultaron muertos a balazos el secreterio general del gremio de los zapateros, Luis Carré, el obrero panadero Jacobo Giaccomelli y el niño obrero Alfredo Serén.
El flamante diputado nacional por el barrio porteño de la Boca, Alfredo L. Palacios, asistió al acto de la Plaza Rosa y fue testigo de todos los desmanes policiales. El Municipio, el combativo diario de Deolindo Muñoz informaba: “Cuando el diputado Palacios y sus ocasiones compañeros y conrregionarios volvieron el rostro hacia la Plaza Santa Rosa, se encontraron con que 25 fusiles les apuntaban a sus pechos…”.
Estos hechos drámaticos de terminaron que la huelga se prolongase 48 horas más, nombrándose comisiones solidarias con los huelguistas y una comisión femenina presidída por Virgnia Bolten, infatigable luchadora por las reivindicaciones de los trabajadores rosarinos. Las obreras planchadoras, lideradas por Balbina A. de Iglesias, y la Sociedad Cosmopolita de Obreras de Rosario realización una encomiable tarea solidaria, recolectando fondos para ayudar a la viuda del obrero Carré, con la cooperación de “El Municipio”, dirigido por el radical Muñoz.

Fuente: Bibliografía  publicada en la Revista “Rosario  Historia de aquí a la Vuelta “ Fascículo N• 20
Autor: Placido Grela  Ediciones De aquí a la Vuelta de mayo 1992-------

lunes, 13 de junio de 2011

PRINCIPIOS DEL SIGLO

Al iniciarse el año 1900 la población de Rosario la población de Rosario era de 113.168 habientantes, compuesta”de un 60% de argentinos y el resto, de un heterogéneo núcleo de nacionalidades extranjeras, que en proporción mayoritaria se abocó a cimentar su dinámica fabril, resorte primordial de su pujanza económica.
Marta Frutos de Prieto y Ada Lattuca de Chede señalan que “esta actividad se desrrolla en 943 fábricas y talleres que el Censo Municipal agrupó por ramas afines. En el correspondiente a la Alimentación, 111 era los establecimientos, siendo los mayoritarios las panaderías y fábricas de licores, resfrescos y aguas gaseosas. La rama Contrucciones contaba con 82 unidades, 34 carpienterías y 31 hornosde ladrillos incluidos en ella. La Industría del Vestido y Tocador se hallaba integradapor 240 fábricas y talleres, predominantes en ellas las sastrerías. En el rubro Maderas y Anexos trabajaban 37 establecimientos, 14 de ellos destinados a la fabricación de carros, carruajes y ruedad. Los Metales y Anexos constituían la rama más importante en lo que respecta al número de fábricas y talleres y el volumen de su producción, 374 en totoal. En la eleboración del cuero trabajaban 13 curtiembres y 10 talabarterías. Las Artes Gráficas, Papael Y Anexos contaban con 17 empresas ( 9 imprentas y litografías). Existían 22 talleres en la rama Artíticos y Adornos, 9 fábricas de productos químicos y 28 industrias varias.-
El Dr. Gabriel Carrasco da una visión de Rosario en esos años: “ el inmenso movimiento comercial e industrial del Rosario se hace notar a casa instante; siempres e oye el silbato de locomotocas que anuncian el principio o fin de sus viajes, el tañido de las numerosas campanilllas eléctricas de los teléfpnps cuyos hilos cubren a la ciudad con una inmensa res; el resoplido de las máquinas a vapor que funcionan en todas las fábricas y talleres y el ruido de los martillos, sierras y máquina de todo género en perpetuo movimiento… “
Hacía 1910 había concluido la ocupación y la organización del territorio en el área de Rosario, al completarse la mayor parte del proceso de colonización del sur de Santa fe y de construcción de la infraestructura ferroviaria principal. En aquel año las activiades manufactureras ya ocupaban el 13,5 % de la población económicamente activa de la ciudad.
El sector industrial continuó desarrollandose como un complemento de las actividades de importación y exportación, en una región totalmenteintegrada al mercado mundial y se asentaba sobre el rol intermediador que caracterizada a Rosario.
En efecto, la apración de una actividad industrial significativa se explica por la expansión del mercado local en virtud del incremento de la población y de los niveles  de ingreso, dependientes ambos de la actividad agropecuarias, y por la posibilidad de distribuir productos en todo el mercado nacional, debido a la red de transporte que operaba en función de aquellas. Las actividades agropecuarias también proveían los insumos para las pocas industrías de exportación, como por el ejemplo la molinera.
Hacia mediados de la década de 1920 la expansión industrial ya habia modificado las características socioeconómicas de la ciudad. Las industrias manufactureras empleaban, en 1926, a casi un tercio de la población económicamente activa, que en 15 años había tendido a desplazarse desde los servicios domésticos, las profesiones liberales y la administración pública, ocupaciones típicas de las economías con un bajo nivel de desarrollo, hacia la industria y el comercio, características de la economías en crecimiento de esa época.
Sin embargo, las ramas manufacturas seguían limitadas a las antiguas: alimentos, materiales de construcción, agroindustrias de exportación y biene destinados al sector agropecuario.
La crisis de 1929 puso fin a una etapa de crecimiento basado en la expansión de la demanda externa de productos primarios, cereales, carnes y sus derivados, y marcó el comienzo de una nueva época para Rosario en particular y para Argentina en general.

Fuente: Bibliografía  publicada en la Revista “Rosario  Historia de aquí a la Vuelta “ Fascículo N• 5 Autores: Alicia Castagna - José Luis Pellegrini – María Lidia Woelflin de octubre 1990

viernes, 10 de junio de 2011

LA MUERTE DE JESÚS PEREYRA

La Federación Obrera Rosarina, en un extenso manifiesto, detallaba  en 1904 algunos sucesos que culminaron con la muerte de varios trabajadores. En el particular estilo de la época, los datos son sin embargo estemecedores  en su descanada veracidad: “El martes 22 se declararon en huelga los panaderos, y un grupo de éstos, que a las 3 de la trde pasaba por la esquina de San Luis Maipú, corta distancia del local de los dependientes de comercio, fue detenido por el oficial de apelido Mansilla, quien pretendió llevar preso a Jesús Pereyra, y como sus compañeros protestaran por tan injusta detención y trataron de hacer soltar a Mansilla su presa, éste sacó un revólver e hizo un disparo que causó la muerte de Pereyra”.
“Los agentes del escuadrón que sitiaban el local de los dependientes dislvieron el grupo a sablazos, deteniendo añl periodista que se presenció el hecho, el compañero Lucio Jiménez y a otros dos obreros más. La Federación acordó, en vista del policial atentado, declarar la huelga general por 48 horas, y acompañar en corporación al día siguienteal cementeri, el cadáver del infortunado Pereyra, joven panadero que escasamente tenía 19 años”.
“El 23 la policía asaltó la casa morturia de Pereyra arrancando de manos de sus deudos el cadáver en las primeras horas de la mañana y conduciéndolo al cementerio con gran lujo de fuerzas… En vista de esto, La Federación resolvió ir a las 2 de la tarde al cementerio, en silenciosa manifestación de protesta y duelo. A la horaindicada partió la manifestación del local social sin encontrar agente de policía alguno, mas no bien había recorrido 500 metros cuando por dos calles a la vez desembocaron fuerzas de cuerpos de bomberos, vigilantes y agentes del escuadrón, desplegados en guerrilla, con los mñauseres cargados y el machete enhiesto en la extremidad del arma de fuego”.
“Empezaron a hacer fuego cruzado, haciendo inevitable la catástrofe, pues no había cómo repeler tan brutal agresión ni cómo esquivar sus efectos. Cayeron, vícitmas del plomo policial, nuestros compañeros Luis Carré, Andrés Herrera, Isamael Muñoz. Lorenzo Dareolo, Jacobo Giacomelli y Alfredo Serén, este último de apenas 10 años de edad. Carré Y Giacomelli fallecieron…”

Fuente: Bibliografía  publicada en la Revista “Rosario  Historia de aquí a la Vuelta “ Fascículo N• 20
Autor: Placido Grela  Ediciones De aquí a la Vuelta de mayo 1992-------

jueves, 9 de junio de 2011

FLORENCIO SANCHEZ: AGITADOR OBRERO Y GRAN DRAMATURGO


Florentino Sánchez, el más ilustre de los dramaturgos rioplatenses, vivió y actuó en Rosario en el fragor de los inicios de la actividad sindical. Su tarea como periodista en “ La República” y su militancia libertaria, lo llevaron a confraternizar permanentemente con los obreros en conflicto, como ocurrió en 1901 durante la huelga de la Refinería Argentina
Durante esos sucesos del mes de octubre, Sánchez asistió a la detención del obrero anarquista Rómulo Ovidi, que junto a Vicente Soler y Supertino Gris había sido comisionado por sus compañeros para entrevistarse con los directivos de la empresa. La policía, comandada por el jefe político rosarino Octavio Grandoli, provocó un enfrentamiento con los trabajadores, de resultas del cual cayó mortalmente herido el obrero austriaco Cosme Budislavich, cuyo cuerpo quedó tendido sobre una calle de tierra, frente al galpón conocido con “El Atrevido”. Aquel inmigrante de 34 años, que tenía fijada su residencia en la fonda “Veronesa”, engrosaría de ese modo la larga lista de los mártires del movimiento obrero argentino.
Sánchez, que estuvo entre quienes rodearon el cadáver del infortunado trabajador hasta su traslado a la Asistencia Pública, atacó duramente a la policía en “La República, al día siguiente y lo mismo harían Deolindo Muñoz, desde “El Municipio” y el diario “La Capital”, que publicó la versión de uno de sus cronistas que sindicaba como autor de la muerte de Budislavich a un tal Mazza: “Por poco me matan. Me tiró y no me tocó. Le descerrajé un tiro y no sé si he dado el blanco…” Mazza le respondió “El mío si que dio en el blanco”. Ambos personajes mostraron sus revólveres.
Roberto Giusti consignó la tarea periodística de Florencio Sánchez en Rosario destacando que “bajo su influencia “La República, que presumía de tendencias un tanto radicales, fue cobrado un subido tinte rojo”. Dardo Cúneo, por su parte menciona: “Durante su estadía en Rosario, Sánchez organizó los sindicatos de estibadores, zapateros, yerbateros, vidrieros, empajadores de damajuanas y confraternizó con los vendedores de diarios”.
En “Hechos y comentarios”, Eduardo Gilimón, escritor anarquista, recuerda aquellas experiencias iniciales del autor de “Barrancas abajo”: Florencio Sánchez, el que años después habría de llevar al teatro nacional con las obras dramáticas, de vida intensísima y en las que se debaten las grandes luchas psicológicas y los conflictos sociológicos de esa época, el formidable dramaturgo que ha llevado al teatro sus sentimientos de anarquista, llenó “El Sol” de artículo vibrantes, de frases que eran anatemas, continuando en aquellos días la obra que cuando la muerte de Cosme Budislavich realizara en Rosario, desde las columnas del diario burgués “La República”…
Sánchez fue autor de manifiesto publicado por los obreros de la Refinería Argentina y se desempeñó como secretario del comité de huelga. En tal carácter acompañó a Dickman y Juan B. Justo durante su visita de ambos dirigentes socialistas a Rosario. Enrique Dickman, en sus memorias recuerda que, al día siguiente, el dramaturgo fue a buscarlos en un coche de plaza y los llevó a recorrer la ciudad: el puerto de Rosario, la Refinería, el sitio donde cayera el obrero asesinado y otros sitios donde se asentaba el proletariado rosarino.
El manifiesto contenta párrafos de tremenda contundencia: “La época de los carneros que se dejaban esquilmar ha desaparecido. Los patrones tienen esclavos con el traje de esbirros que guardan las riquezas para nosotros producidas; tienen todo lo necesario para resistir . Nosotros tenemos nuestros brazos y nuestra voluntad inquebrantable para defendernos y triunfar. Y cuando crean aplastarnos por el hambre, acordémonos que el pan y la libertad no se piden: se toman”. El documento se dirige asimismo a los soldados, encargados de la represión obrera: “Acordaos que sois hijos del pueblo, que si hoy tenéis un machete para castigara los obreros en huelga, mañana, cuando os echen de los cuarteles y tengáis que recurrir a las fábricas para ganar un mísero mendrugo, vuestros hijos vestían el uniforme de esclavos y harán con vosotros lo que hoy hacéis con nosotros…”
La actitud sindical de Sánchez comenzó a molestar al propietario de “La República”, que si bien aumentaba sus lectores, iba perdiendo avisos comerciales de las empresas rosarinas. Eso y el hecho de haber organizado una huelga del personal del diario terminaron con su cesantía. Giusti lo sintetiza así: “ Sucedió lo que tenía que suceder: el lírico muchacho quedó en la calle…”

Fuente: Bibliografía  publicada en la Revista “Rosario  Historia de aquí a la Vuelta “ Fascículo N• 20
Autor: Placido Grela  Ediciones De aquí a la Vuelta de mayo 1992-------



martes, 7 de junio de 2011

UN PROCESO SOCIAL IMPORTANTE

Ambas huelgas, las de 1901 y 1902, fueron precursoras de otros conflictos de similares características. La pésima situación económica de la clase obrera, el hecho de dirigir la administración pública representantes de la burguesía y el latifundio determinaron un enfrentamiento ideológico previsible, ya que sólo un cambio de estructura modificaría las condiciones sociales.
Los anarquistas, permanentes opositores del socialismo, todo lo esperaban de la acción individual; los socialistas reformistas – que los había ya entonces – confiaban en la acción parlamentaría, mientras que el marxismo ponía sus objetivos en la organización de las masas obreras. Era evidente, en ese momento, la existencia de dos ideologías casi excluyentes: la del liberalismo burgués y la del socialismo, con tres corrientes sociales: el reformismo, el anarquismo y el marxismo. Tres formas de socialismo en que se dividía el movimiento sindical de Rosario.
Lo que en apariencia era una lucha entre el capital y el trabajo no era, objetivamente, más que la agudización de la lucha de clases, hecho inevitable en la sociedad capitalista. Rosario había ingresado en esa variante social.
En 1903 se declararon en huelga los chóferes y mayorales de tramways. Intervino la Municipalidad, que asumió la defensa de los intereses de los propietarios de la empresa Anglo-Argentino. El intendente, temeroso de lo que podía ocurrir en la ciudad, solicitó la intervención de la policía. Los cocheros y mayorales, en realidad, reclamaban un salario mejor, de un 30 por ciento de aumento en el jornal diario. El 1 de diciembre, habiendo triunfado la posición de los trabajadores, las actividades de aquel lejano medio de transporte debieron reiniciarse entonces con mejores perspectivas para los asalariados.
Mientras se desarrollaba la huelga, la Cámara Sindical de la Bolsa de Comercio – donde se daban la mano los miembros de la gran burguesía local – pidió al Jefe de Policía la adopción de urgentes medidas represivas para concluir la huelga. El funcionario, Octavio Grandoli, mediante un edicto(era su costumbre) prohibió la realización de asambleas obreras. Los afiliados de la Sociedad de Resistencia de Conductores de Carros se plegó al movimiento, presentando de paso su propio pliego de condiciones, lo que obligó a la Federación Obrera Rosarina a emitir un documento señalado su disposición “ a declarar la huelga general si esta situación subsiste y, desde ya, invita a los gremios federados a qué, como un solo hombre, en el momento oportuno abandonen el trabajo”.
La difícil situación por la que atravesaban los conductores de carros inquietaba no sólo a los trabajadores sino también a las mujeres, y Leonor Díaz y Virginia Bolten concibieron la idea de concretar una manifestación femenina en apoyo de los huelguistas.
El 12 de diciembre, la Federación Obrera endereza sus duras críticas sobre la actuación de Grandoli, quien ( siempre a través de su infaltable edicto) había prohibido las reuniones y asambleas de los conductores de carros de la ciudad.
El centro Socialista Rosarino y La Sociedad de Trabajadores en General organizan sendos actos para conmemorar el 1•de Mayo en uno de los cuales se anuncia la asistencia del doctor del Valle Ibarlucea. Funcionaba, asimismo, el Círculo de Obreros Liberales, dirigido por Rogelio Ayala y se realiza el VI Congreso del Partido Socialista Obrero, a la vez que se consolida la creación de la Sociedad de Resistencia de Cigarreros y Cigarreras, mediante la publicación del manifiesto de rigor.
El mismo año, con la participación de ya conocido comunero Arturo DuPont se constituye la Sociedad de Resistencia Unión de Trabajadores de Madera, con el objetivo de lograr la jornada laboral de ocho horas, un jornal mínimo de cuatro pesos, la abolición de tareas a destajo y la prohibición de dar trabajo a personas no afiliadas a la flamante entidad.

Fuente: Bibliografía  publicada en la Revista “Rosario  Historia de aquí a la Vuelta “ Fascículo N• 20 Autor: Placido Grela  Ediciones De aquí a la Vuelta de mayo 1992-------


jueves, 2 de junio de 2011

LOS PRIMEROS INTENTOS ( cooperativismo)

No puede desconocerse la importancia de la provincia de Santa fe y particularmente de Rosario en cuando al emprendimiento cooperativos ya en los albores del siglo XX. Favoreció ello la fuerza corriente inmigratoria que, desde 1875 a 1914, contabilizó el ingreso de personas de todas la latitudes, pero marcadamente italianos y españoles. Rosario, por ejemplo contaba en 1910 con 200 mil habitantes, de los cuales el 46 por ciento era extranjero.
Por esa época se fueron instalando las primeras fábricas y el incipiente ferrocarril se convirtió en fuente de trabajo y desarrollo. El puerto de Rosario fue un real embudo para la exportación de la producción primaria del Litoral, que  lo tenía como boca de salida. Las primeras cooperativas fueron creadas durante el primer cuarto del siglo, en forma paulatina, fundamentalmente en el campo del consumo y como consecuencia de luchas por reivindicaciones referidas a problemas de carencias en el área de la alimentación.
Buena parte de estas entidades fueron inspiradas en la labor desarrollada por afiliados al Partido Socialista, quienes  - juntamente con vecinos – fundaron, hasta 1915, cooperativas en las que participaron activamente obreros y empleados ferroviarios. Fructificaban de ese modo las semillas que desde las bibliotecas populares venía sembrando el Partido Socialista desde fines del siglo pasado, con la intensa difusión de las doctrinas cooperativistas.
En 1904, un grupo de obreros y empleados ferroviarios se reunió en una casilla de madera en la calle Jorge Canning próxima al portón Nº 1 del Ferrocarril central Argentino. Después de lagos cabildeos y escuchada la lectura de un modelo de estatuto enviado por el doctor Juan B. Justo, en la madrugada del 5 de abril de 1904 se creó la Cooperativa Panadería de Trabajadores. Se emitieron acciones de 10 pesos cada una, y se redactaron los pertinentes estatutos. El 15 de marzo de 1905 la cooperativa inició la elaboración de pan y en 1923 se reformaron los estatutos y la entidad pasó a llamarse Cooperativa Obrara de Pan y Consumos.
La segunda cooperativa de consumo se fundó en setiembre de 1905, igualmente entre obreros y empleados ferroviarios, debiendo destacarse, asimismo la creación, en 1914, de una similar, entre trabajadores del Ferrocarril Central Argentino a la que, denominaron Instituto Tráfico.
La fundación de estas cooperativas – en marcadas inicialmente  más en el entusiasmo de sus integrantes que en aspectos legales constitutivos- fue la respuesta de gran parte de la sociedad, que buscaba beneficiar a las patronales. Lo irritante de estas injusticias propició  el surgimiento no sólo de cooperativas sino, paralelamente, de partidos políticos y sindicatos obreros.
El acelerado crecimiento se explicaba y comprendía, al margen de los reclamos no satisfechos de los trabajadores, por los ya mencionados aportes que trajo consigo la inmigración europea. En efecto: además de su presencia y fuerza de trabajo, los inmigrantes trajeron en las alforjas un bagaje cultural impregnado de reivindicaciones sociales y experiencias concretas vividas en sus países de origen.
No debe extrañar entonces que al conectarse con la realidad social que sobrellevaban los trabajadores en la Argentina, con situaciones como descarada explotación en la comercialización de los productos del trabajo, contratos leoninos, créditos escasos, etc., acicatearan la formación de cooperativas que llegaron a cubrir el espectro económico de la ciudad con una red de entidades auténticamente populares, de bien público, que por decenios caracterización la vida de Rosario.
Los problemas de los años fundacionales del movimiento cooperativo probaron a vastos sectores la imposibilidades de superar las dificultades económicas si no se ejercitaba la acción solidaria. De ahí a comprender la premisa filosófica de los pioneros de Rochadle de “profundizar los cooperadores que la meta más importante a lograr es la defensa y promoción de los derechos sociales y económicos del pueblo” había un paso muy breve.

Fuente: Bibliografía  publicada en la Revista “Rosario  Historia de aquí a la Vuelta “ Fasciculo N• 12 Autores: Héctor G. Deppele – Ricardo Roccuzzo. Ediciones De aquí a la Vuelta de mayo 1991

miércoles, 1 de junio de 2011

NUEVO SIGLO, NUEVOS CONFLICTOS

El desarrollo social y económico de la República trajo aparejados serios problemas entre el capital y el trabajo, puestos de manifiesto en el marco de una real lucha de clases. Rosario, centro industrial, comercial y cerealero, no escapó a ese fenómeno de crecimiento general y el censo municipal ordenado por el activo y recordado intendente Luis Lamas dio cuenta de los nuevos establecimientos que se habilitaban casi diariamente y del paralelo crecimiento de la clase obrera.
Había entonces en Rosario 112.461 habitantes y funcionaban la Compañía de Aguas  Corrientes, La Sociedad de Luz y Fuerza, la empresa de Obra Sanitarias y la Refinería Argentina todas ellas pertenecientes a capitales extranjeros, aunque con acciones que pertenecían – como se señalara- a la gran burguesía local.
El desarrollo aludido en el plano económico, aumentaba la cantidad de obreros y, por lo tanto, propiciaba la aparición de vigorosas organizaciones sindicales. Las actividades portuarias iban en permanente ascenso, se exportaban miles de toneladas, generalmente de productos agropecuarios y se recibían manufacturas extranjeras y maquinarias que, en su mayoria, se utilizaban en los establecimientos de capitales foráneos.
De ese modo la ciudad cambió su estructura económica mientras iban surgiendo nombres y organizaciones  claramente enrolados en la defensa de las reivindicaciones obreras. El 9 de febrero de 1901, por ejemplo, un núcleo de obreros funda el Centro Socialista Rosarino; circulaba en las entidades gremiales el periódico “ Solidaridad”; dirigido por el anarquista Eduardo G. Gilimón y desaparecían otros dos órganos de prensa “La Riscosa”, dirigido por otros dos anarquistas, Enrique Peire y Luis Gilro, y el popular y temerario “Demoliamo” clausurado éste último por la policía.
La Refinería Argentina, entre tanto, seguía ocupando como mano de obra a obreros italianos, españoles y austriacos, habiéndose convertido el establecimiento, por ello, en un real hervidero de ideas socialistas y anarquistas. La explotación de los trabajadores de la misma ea evidente y lo había denunciado Bialet Massé en su condición de delegado gubernamental para el estudio de la situación de la clase obrera en el interior de la Argentina.
Los asalariados de la Refinería, asesorados por el Joven Florencio Sánchez, a la sazón secretario de redacción del diario “ La República”, se organizaron en la Unión Obrera. Después de una numerosa asamblea, celebrada el 21 de octubre de 1901, se decidió presentar a los empresarios un pliego de condiciones en el que se consignaban las peticiones de los trabajadores: disminución de horas de trabajo, aumentos de salarios y mejores condiciones de salubridad en las distintas secciones de la Refinería, donde trabajaban, además, mujeres y niños menores de edad. Como era previsible, el pedido fue rechazado categóricamente y los obreros debieron apelar a la huelga, que dio comienzo el 18 de octubre.
Notificado Jefe de Política de la realización del paro, dio a conocer un edicto represivo y violatorio de las disposiciones constitucionales en vigor. Puesto en marcha pese a ello el movimiento de fuerza, los trabajadores de la Refinería encontraron una espontánea solidaridad de los obreros de otras importantes empresas como las Aguas Corrientes, Luz y Fuerza y  el Ferrocarril Buenos Aires – Rosario.
Comenzó entonces la previsible represión policíaca, que dio como resultado la muerte de un obrero austriaco, Cosme Budislavich, calificada como un “asesinato”. Unión Obrera y Federación Obrera Rosarina declararon la huelga general. El dramaturgo Florencio Sánchez redactó un manifiesto. En su carácter de integrante del Comité de Huelga, dirigido tanto trabajadores como a soldados y policías. Inútilmente las fuerzas policiales trataron de impedir la circulación del documento, uno de cuyos ejemplares conserva el autor de este trabajo en su archivo particular. Aquella hoja, amarilla por el paso inexorable de los años, descubre la sensibilidad proletaria del autor de “ Barrancas abajo” y M`hijo el doctor”, no suficientemente difundida.
Ante la gravedad que iban adquiriendo los acontecimientos, el Centro Socialista realizó un acto de protesta el 24 de Octubre, al que asistieron miles de trabajadores, difundiendo además un manifiesto que fue distribuido en todas las entidades sindicales de la época.
Cuando la situación se tornaba difícil para los trabajadores llegan a Rosario los doctores Juan B. Justo y Enrique Dickman, prestigiosos dirigentes del socialismo argentino. La presencia de ambos políticos en el mitin de protesta realizado en la Plaza López le otorgó al mismo contornos especiales. Se desplegaron banderas rojas y estandartes que identificaban la presencia de las entidades gremiales de la ciudad. Los oradores fueron los dirigentes Adrián Patroni, Rómulo Ovidi, Nicolás R. Blanco, Domingo Alocco y Virginia Bolten.
Finalizada la huelga de la Refinería, siguieron el mismo camino los obreros estibadores, el 9 de diciembre, en un movimiento que se prolongaría hasta movimiento que se prolongaría hasta mediados de enero 1902, y que no contó con el apoyo del Centro Socialista Rosarino ni del Círculo de Obreros Católicos, dedicado al reclutamiento de “crumiros” ( rompehuelgas). Tuvo en cambio la adhesión de la Federación Gremial Rosarina, de tendencia anarquista, que declaró una huelga general de apoyo a los trabajadores en conflicto.
Mientras se sucedían estos hechos en el ámbito sindical se constituía en Peyrano, localidad próxima a Rosario, el primer Centro de Obreros Rurales, que posteriormente realizó un importante congreso inicial en Pergamino. El peculiar agrupación: La Escuela de propaganda Socialista.

Fuente: Bibliografía  publicada en la Revista “Rosario  Historia de aquí a la Vuelta “ Fasciculo N• 20. Autor: Plácido Grela . Ediciones De aquí a la Vuelta de año 1992.