jueves, 9 de junio de 2011

FLORENCIO SANCHEZ: AGITADOR OBRERO Y GRAN DRAMATURGO


Florentino Sánchez, el más ilustre de los dramaturgos rioplatenses, vivió y actuó en Rosario en el fragor de los inicios de la actividad sindical. Su tarea como periodista en “ La República” y su militancia libertaria, lo llevaron a confraternizar permanentemente con los obreros en conflicto, como ocurrió en 1901 durante la huelga de la Refinería Argentina
Durante esos sucesos del mes de octubre, Sánchez asistió a la detención del obrero anarquista Rómulo Ovidi, que junto a Vicente Soler y Supertino Gris había sido comisionado por sus compañeros para entrevistarse con los directivos de la empresa. La policía, comandada por el jefe político rosarino Octavio Grandoli, provocó un enfrentamiento con los trabajadores, de resultas del cual cayó mortalmente herido el obrero austriaco Cosme Budislavich, cuyo cuerpo quedó tendido sobre una calle de tierra, frente al galpón conocido con “El Atrevido”. Aquel inmigrante de 34 años, que tenía fijada su residencia en la fonda “Veronesa”, engrosaría de ese modo la larga lista de los mártires del movimiento obrero argentino.
Sánchez, que estuvo entre quienes rodearon el cadáver del infortunado trabajador hasta su traslado a la Asistencia Pública, atacó duramente a la policía en “La República, al día siguiente y lo mismo harían Deolindo Muñoz, desde “El Municipio” y el diario “La Capital”, que publicó la versión de uno de sus cronistas que sindicaba como autor de la muerte de Budislavich a un tal Mazza: “Por poco me matan. Me tiró y no me tocó. Le descerrajé un tiro y no sé si he dado el blanco…” Mazza le respondió “El mío si que dio en el blanco”. Ambos personajes mostraron sus revólveres.
Roberto Giusti consignó la tarea periodística de Florencio Sánchez en Rosario destacando que “bajo su influencia “La República, que presumía de tendencias un tanto radicales, fue cobrado un subido tinte rojo”. Dardo Cúneo, por su parte menciona: “Durante su estadía en Rosario, Sánchez organizó los sindicatos de estibadores, zapateros, yerbateros, vidrieros, empajadores de damajuanas y confraternizó con los vendedores de diarios”.
En “Hechos y comentarios”, Eduardo Gilimón, escritor anarquista, recuerda aquellas experiencias iniciales del autor de “Barrancas abajo”: Florencio Sánchez, el que años después habría de llevar al teatro nacional con las obras dramáticas, de vida intensísima y en las que se debaten las grandes luchas psicológicas y los conflictos sociológicos de esa época, el formidable dramaturgo que ha llevado al teatro sus sentimientos de anarquista, llenó “El Sol” de artículo vibrantes, de frases que eran anatemas, continuando en aquellos días la obra que cuando la muerte de Cosme Budislavich realizara en Rosario, desde las columnas del diario burgués “La República”…
Sánchez fue autor de manifiesto publicado por los obreros de la Refinería Argentina y se desempeñó como secretario del comité de huelga. En tal carácter acompañó a Dickman y Juan B. Justo durante su visita de ambos dirigentes socialistas a Rosario. Enrique Dickman, en sus memorias recuerda que, al día siguiente, el dramaturgo fue a buscarlos en un coche de plaza y los llevó a recorrer la ciudad: el puerto de Rosario, la Refinería, el sitio donde cayera el obrero asesinado y otros sitios donde se asentaba el proletariado rosarino.
El manifiesto contenta párrafos de tremenda contundencia: “La época de los carneros que se dejaban esquilmar ha desaparecido. Los patrones tienen esclavos con el traje de esbirros que guardan las riquezas para nosotros producidas; tienen todo lo necesario para resistir . Nosotros tenemos nuestros brazos y nuestra voluntad inquebrantable para defendernos y triunfar. Y cuando crean aplastarnos por el hambre, acordémonos que el pan y la libertad no se piden: se toman”. El documento se dirige asimismo a los soldados, encargados de la represión obrera: “Acordaos que sois hijos del pueblo, que si hoy tenéis un machete para castigara los obreros en huelga, mañana, cuando os echen de los cuarteles y tengáis que recurrir a las fábricas para ganar un mísero mendrugo, vuestros hijos vestían el uniforme de esclavos y harán con vosotros lo que hoy hacéis con nosotros…”
La actitud sindical de Sánchez comenzó a molestar al propietario de “La República”, que si bien aumentaba sus lectores, iba perdiendo avisos comerciales de las empresas rosarinas. Eso y el hecho de haber organizado una huelga del personal del diario terminaron con su cesantía. Giusti lo sintetiza así: “ Sucedió lo que tenía que suceder: el lírico muchacho quedó en la calle…”

Fuente: Bibliografía  publicada en la Revista “Rosario  Historia de aquí a la Vuelta “ Fascículo N• 20
Autor: Placido Grela  Ediciones De aquí a la Vuelta de mayo 1992-------