jueves, 7 de abril de 2011

Los Clubes de Barrio Belgrano


Por Julio Salas


Sin lugar a dudas, el Barrio Belgrano es, dentro del radio urbano rosarino, uno de los más importantes. Y a diferencia de otros, su importancia no se cimentó tanto en su desarrollo industrial y/o comercial -pese a contar con ambos- sino en su intensa vida social. Y este hecho no es casual: la mayoría italiana de  sus habitantes la marcaron a fuego ya que los oriundos de aquella península europea traían en sus mochilas toda una serie de costumbres, nacidas de una profunda interacción con sus semejantes.
     Se podría decir que los balies, las fiestas y los encuentros deportivos vinieron muy arraigados en los venidos de Italia. Junto a ellos, también comenzaron a desenvolverse las discusiones políticas (anarquistas, socialistas y, en menor medida, comunistas); perseguidos en su Tierra Natal, creían haber encontrado terreno fértil para  sembrar sus ideas. Pero el paso del tiempo terminó relegando a aquellas duras disputas ideológicas al olvido, quedando el resto.
     Precisamente, de la mano de esa tradición, florecieron los clubes. Y si bien se esparcieron por todo el ejido urbano y sus adyacencias, los de Barrio Belgrano resaltaron por sus méritos deportivos (en todos los órdenes geográficos) o por los de muchos de los deportistas surgidos de allí, y por sus destacadas iniciativas en el medio social. Repasemos algunos de ellos.
     El que quizás brilló más sea el llamado Sociedad Cosmopolita Filantrópica y Recreativa. Siendo uno de los primeros, nació a partir de una necesidad concreta. Como las casas de familia no alcanzaron para darle cabida a la cada vez mayor cantidad de vecinos que acudían a las reuniones sociales, se hizo imperioso construir un espacio para tal fin con todas las comodidades. Así nació el Cosmopolita, como se lo conoce popularmente, cuya constitución fue aprobada el 16 de abril de 1905. Cabe agregar que la mayoría de su núcleo directivo pertenecía a la reconocida banda musical 20 de Septiembre, al sector de los comerciantes y a quinteros de la zona.  Fue punto obligatorio para las reuniones sociales de casi todo el naciente oeste rosarino; tan fue así que en sus instalaciones las tertulias bailables, las fiestas de casamiento y de bautismo eran una constante infalible.
    Otro club con mucho prestigio en el barrio, pero ya más que nada desde lo deportivo, fue el Belgrano, Si bien al nacer, en 1911, se lo conocía como Centro Recreativo Mercado Central, al incorporarse a la Liga Rosarina de Fútbol en 1912 tomó la denominación antes citada. De la mano de los Paperos (mote que se le asignó por la relación estrecha de sus integrantes con el Mercado Central), este club alcanzó en 1915 la máxima divisional del fútbol local.
     Ya más tarde en el tiempo, aparecen el Nueva Era (1933), Río Negro (1939), y el Estrella Azul (1947) entre otros, para darle a la barriada una identidad dentro de lo social y lo deportivo, de lo que hoy lamentablemente ya poco y anda queda.
      Cabe agregar un par de apostillas:
     <> En 1907 se destaca en el fútbol rosarino un club llamado Barrio Vila (antigua denominación del  barrio), cuya fundación se cree aconteció en 1902 bajo otro nombre: Club Atlético Eloy Palacios. Hoy es uno de los tantos que ya no existe.
     <> Uno de los más populares, el Newell’s Old Boys, supo tener en terrenos ubicados en la intersección de la Avenida Provincias Unidas (quizás la más emblemática del barrio) con la calle Santa Fe una de sus primeras canchas. Cabe agregar que los mismos eran propiedad del intendente de aquel momento, Nicasio Vila, también fundador del barrio. La importancia con la cual ya contaba este club está demostrada en la implementación de un servicio especial de trenes del Central Argentino al servicio de los socios.