jueves, 24 de marzo de 2022

RIESTRA, JORGE – Escritor ( 1926- 2016)

 




Por Eduardo D´anna



El lugar es el lenguaje

En sus textos la ciudad deja de ser un paisaje para convertirse en "un domicilio existencial" (Inés Santa Cruz). Por "El opus" se convirtió en el primer rosarino que recibió el Premio Nacional de Literatura. Ha creado formas propias, que carecen de precedentes. Su elección de quedarse a escribir en Rosario es clave para nuestra literatura









No sería fácil exagerar la importancia que tiene para la cultura de Rosario el hecho de que Jorge haya desarrollado en ella su carrera literaria. Que no se haya ido. El fue el primero, en realidad, de lo que hoy ya es una larga lista. Pero antes no era así, y había que tener mucha claridad para no emigrar. Jorge se quedó.



"El espantapájaros", de 1950, no contiene aún referencias a la ciudad -como "La ciudad de la Torre Eiffel", de 1963: ambas poseen un tono "un día en el Olimpia, cuando comienzo a escribir «Salón de billares», empiezo a hablar de la ciudad, fue la primera vez que lo consegui, confiesa.



Esa novela, publicada en 1960, le reveló a Jorge el sitio, el lugar, donde vivirían en adelante muchos de sus personajes. Era un ámbito rico, variado, propio.

Aunque los textos más característicos de Jorge. contenidos en "El taco de ébáno 1962. Principio y fin" (1966) o “ A vuelo de pájaro" (1972), desarrollan su acción narrativa en ese "paisaje vital", su postura estética no le impidiú abarcar otros ámbitos: hay personajes que se recluyen en la soledad de una playa desierta o en el tumulto de las ciudades europeas de los 50, pero siempre hablan —y piensan— como rosarinos.

Esa tendencia desembocaría mástarde en una obra ambiciosa y dificil. "El Opus, de 1986, trabajará en tres registros di ferentes de narración, jugando con las diferentes voces que se parodian entre sí y parodian el lenguaje a qué el lector está rutinariamente acostumbrado. Los que hablan allí, que cuentan la historia pero de repente se metenen ella sin previo aviso, conviven con textos bizarra que abren y clausuran el juego, en cruces experimentales mucho más audaces que los que veríamos, mucho después, dar conocer sin el pudor del reconocimiento.



Jorge decantará esas habilidades para proporciqnamos en 1992 otra novela que posee la simplicidad de lo clásico: en historia del caballo de oros" ya no hay niás un narrador, ni siquiera varios, a los que sospechemos que el autor da fe; la historía (las historias, pues son dos, en realidad) será (n) contada (s) en el café por un grupo de amigos, y no habrá manera de saber cuál es la versión auténtica. Es la superación del fluir del inconsciente. del objetivismo, del experimentalismo.

"La historia..." conjuga todo eso con la experiencia cotidiana del lector, obviamente acostumbrado a recibir y transmitir ea los bares relatos de este tipo. Y lo hace sin contar con ningún precedente, por otra par te. Lo que demostró, en forma definitiva que no hace falta que nuestra literatura la literatura de Rosario, tenga que valera inevitable y forzosamente de formas a cada lados primero en otra parte.




Fuente: Extraído de la “Revista del diario La Capital” Aniversario 140 años de 1997