Por Andrés Bossio
El comienzo de 1971 encontró a Rosario Central enormemente prestigiado como consecuencia de un mezquino subcampeonato nacional. Es que Central —como ya lo puntualizamos en la entrega anterior—. había demostrado ser superior a Boca y lo pudo ratificar plenamente ni bien comenzada la nueva temporada. La participación de ambos equipos argentinos en la edición Nº 12 de la Copa Liberta- dores de América señaló esa superioridad centralista que, vara orgullo de la ciudad y de ' los simpatizantes canallas, no ; sólo estuvo dentro del campo de juego.
En efecto, jamás un equipo había alcanzado tanta conside ración, respeto y reconocimiento por la calidad de su fútbol como por su excelente comportamiento como aquel Rosario Central que —orientado por Angel Tulio Zof, preparando por Rodolfo Aróstegui y celosamente atendido por el doctor Francisco Aparicio— se presentó en Lima, Buenos Aires y Rosario en el comienzo de la temporada futbolística de 1971 (de lo que nos hemos ocupado en el fascículo anterior), Aquel ejemplo brindado por Rosario Central sólo pudo ser igualado —un año después— por la nueva representación centralista que disputó una nueva edición de la Copa Libertadores junto a independiente de Avellaneda, Independiente Santa Fe de Bogotá y Nacional de Medellín.
Pero volvamos a la crónica. El prestigio alcanzado por el elenco llevado al subcampenato por Zof hizo que Central alcanzara repercusión internacional. También Newell's por esos tiempos alcanzó buenas actuaciones (que culminaron con su mejor campaña en 1971, eliminado por Central en la semifinal del Nacional), de allí que no fue difícil conseguir una pretemporada veraniega de gran jerarquía internacional en nuestra ciudad. A los dos tradicionales equipos rosarinos se les sumaron Estrella Roja, de Yugoslavia; América, de Belho Horizonte y River Plate.
No le fue bien a Central en esa primera confrontación del año. Empates sin goles ante Estrella Roja y Newell's Old Boys y un pálido triunfo ante River Plate no alcanzaron para disimular una pésima actuación ante el más modesto de los participantes, el América, ante el que cayó por tres a cero, Después de eso vino la plena reivindicación en la Copa Libertadores donde —insistimos— de no haber sido por la presuntuosa y antirreglamentaria postura de Boca pudo muy bien haber pasado Central a la ronda siguiente.
Casi al iniciarse al Metropolitano y cuando los auriazules ya estaban metidos en cuerpo y alma en la Copa, una noticia conmovió a todos los aficionados al fútbol de nuestra ciudad: el 3 de marzo de 1971 moría en Rosario una figura consular, consubstancia- da con el sentimiento de todas las hinchadas, de todos los clubes: Gabino Sosa. El legendario centrodelantero charrúa —Que no conoció más camiseta que la de Central Córdoba y la de las selecciones de la Asociación Rosarina y de la AFA, consternó a una multitud de rosarinos que se unieron para darle el último adiós al inolvidable “payador de la redonda”
Fuente: Extraído de la colección Andrés Bossio