Puede que algunas conozcan esta anécdota, o bien se enteren ahora. Pero esta vivencia es real y sucedió en el centro de Rosario en la década de los 70. En la esquina de San Lorenzo y San Martin. Pero no cabe duda que permanecerá como uno de esos tantos extraños conocidos que tiene esta ciudad y vale la pena recordarlos. ¿De quién hablamos? De Lorenzo Godino que nació en Andalucía y llegó a Rosario con sus padres en 1910. En viaje se enfermó lo que le produjo una sordera permanente que sufrirá por el resto de su vida. Vivieron en un conventillo de los Rouillón, en Balcarce y Jujuy y su sordera lo desorientaba cuando salía y se perdía seguido. Fue soltero y su hermana mayor lo cuidó siempre de niño para luego vivir en casa de su hermano quien le enseñó el oficio de canillita. En 1921 lleva su labor a el sitio que lo marcó: San Lorenzo y San Martín, frente al legendario Hotel Savoy. Fue el personaje de la zona. Todos los conocían y al no poder hablar, debe haber habido quienes lo estimaban como también los que se burlaban. Esos gritos agudos y casi guturales fueron hechos por este singular canillita. Entre sus cientos de anécdotas está una que se hizo conocida a nivel nacional. Desde su puesto, vociferaba, “Apepee!” para vender el diario “La Capital” y desde un balcón del Hotel Savoy, Carlos Balá lo escuchó una vez y de él tomo su famoso “ea ea pepé!!”. Era una de las tantas giras que hacía junto Alberto Locatti y Jorge Marchesini. Todavía no era el reconocido “Carlitos Balá”. Lorenzo Godino dejó ese lugar en 1971 y descansa desde 1981 en el Cementerio La Piedad. Un tipo de historia simple como miles que hay y que las nuevas generaciones no deberían olvidar.
LAS EFEMÉRIDES: Son un retrato, un recorrido histórico, un día a día, a través de los sucesos, acontecimientos y personajes que marcan los hechos esenciales de nuestro pasado y también, de nuestro presente.
Esta publicación comprende textos de producción propia e imágenes de otros autores.
Prof. Eduardo D. Guida Bria.