viernes, 23 de julio de 2021

Bajo el signo de la «Revolución Argentina»

 



Los años que nos ocupan se distinguieron por inestabilidad política. Un momento culminante fue el triunfo de la denominada «Revolución Argentina». Con ella terminaba la etapa de las «dictaduras blandas», emer- giendo un autoritarismo inspirado en la «Doctrina dela Seguridad Nacional». :

En particular, el gobierno del general Ongania se caracterizó por el despliegue desarrollista, expresa los primeros años do en obras públicas – sobre todo: deinfraestructura incorporación de nuevas tecnologías y una profunda desnacionalización de la economía.

Por otro lado, la clausura de los partidos políticos y la libertad de espresión se proyectaron al conjunto de la vida social, culminando luego con la explo- sión popular que aceleraría el recambio del presidente y que, en Rosario, se expresó en «el Rosariazo», dando así identidad a una serie de estallidos sociales cuyo máximo ejemplo fue «el Cordobazo»: 1969...

Ellos eran, simplemente, la ta reacción anti-autoritaria de los sectores populares, pero esta vez signada por una inédita movilización de la clase media.

Durante los primeros años del onganiato, la vida cotidiana de los ciudadanos sintió con más fuerza el peso de la censura, precisamente (cuando se imponían Y nuevas ideas acerca de la moral, la, sexualidad, la. cultura, el ar te; la moda. La transgresión era parte del espíritu “de la época. Y ésta se identificaba con una juventud dispuesta a rompe con los viejos moldes y las conductas conformistas. En este contexto, todo vehículo de expresión se percibia como peligroso para un orden que se quería preservar de los embates del tiempo. Por consiguiente, el cine, en tanto expresión de nuevos valores y de una estética distinta, se convirtió en uno de los objetos privilegios de la censura.

Así como la trayectoria del cine en la ciudad era extensa, también lo era de la censura. Ya hemos visto que, a comienzos de siglo, ella se aplicaba en el teatro, afectando a autores como Florencio Sánchez.

En 1956, aprovechando una reciente ley nacional de cinematografía, la Municipalidad de Rosario creó por decreto la “ Comisión Calificadora de Espectáculos”, un organismo que calificaba, cortaba o censuraba todas las películas que se proyectaban en la ciudad.

Es decir que, más allá de la calificación que cada película obtenía en el plano nacional, el ente local estaba en condiciones de vetarla y aún solía modificarlas condiciones de calificación. La Comisión estaba constituida por representantes de la «Liga de la Decencia». la « Liga de Madres de Familia», la Policía Provincial, Profesores Secundarios, Tercera Sección Escolar, Cine-Clubs y el Juzgado de Menores. Por tanto, estaba conformada teniendo en cuenta los grupos de interés que podrías sentirse afectados, sin ningún especialista. Además, dentro de ella parecía decisiva la participación de los. sectores católicos, pues estaban representados por las dos instituciones mencionadas en primer termino, que contaban con la posibilidad de un voto doble cada una.

El no cumplimiento de las directivas del ente calificador podía acarrear sanciones judiciales, Además, la Comisión cumplía función de policía y, dentro de ella, la «Liga de la Decencia» -—que parecía dominar ala hora de dar dictámenes— tenía la atribución, delegada por el municipio, de imponer multas en caso de encontrar menores en las salas que proyectaban película prohibidas.

De este modo, se empleaban representantes de la sociedad civil para controlar a la sociedad civil misma, avasallando la autonomía de aquellos padres de familia que pensaban distinto, El objetivo explícito que planteaban sus miembros era proteger la educación de los menores y preservar el « cine de familia».

Pero en la práctica, la censura se preocupaba básicamente por el desnudo, la obscenidad, la irreverencia frente a símbolos religiosos, el descontento social y la política, Mientras otros temas, como la violencia, solían pasar inadvertidos. Ella servía también para silenciar las nuevas expresiones de cine que apelaban al compromiso político del espectador.

Como afirmaba la escritora Angélica Gorodischer en 1970: «La censura es una serpiente que se muerde la cola. Es una de las formas. por otro lado, más desagradable de la tiranía: «Ud. debe pensar como yo quiero que piense; el resto no existe, no debe pensar como yo quiero que piense, el resto no existe, no debe pensarse mi mirarse».

Según las fuentes de la época, a fines de los 60, en la ciudad de Rosario la censura mostró un rigor poco usual pues, en ocasiones, superaba los criterio del ente calificador nacional.

Aquí se prohibían películas que a nivel nacional se habían autorizado se elevaba la edad de calificación a 22 años.

Ello revela que, pese a la modernización que experimentaba la ciudad de su aspecto edilicia, en sectores importantes del poder local y en una parte considerable de su ciudadanía, anidaba todavía una moral intransigente, temerosa de los « riesgos» que engendra la libertad individual. Y esos temores que, desde arriba, prefería la disciplina al libre albedrío.

Fuente: Extraído del Libro” La Historia de Rosario” de Juan Alvarez