El testimonio inédito del Granadero rosanno que participó en la Casa Rosada de la custodia del presidente de la Nación durante el golpe de Estado de junio de 1966
Por Roberto Colimodio
"De aquí puede ser que nos saquen a la fuerza, pero con las patas para adelante".
Con esas palabras se dirigió el teniente primero Aliberto Rodrigáñez Riccheri a sus 30 granaderos en el Patio de las Palmeras; era el Jefe del Destacamento de la Guardia Presidencial de Granaderos de la Casa de Gobierno el 27 de junio de 1966 cuando se iniciaba un movimiento revolucionario de las Fuerzas Armadas para derrocar al Presidente Arturo Umberto Illia. Rodrigáñez Riccheri, de 32 años, había ordenado cerrar las puertas y reforzar la Guardia con la actitud de resistir en defensa de la investidura presidencial y el orden democrático.
Es su sangre la misma de Alfonso Rodrigáñez, aquel vecino que en 1813 donara ganado y cabalgaduras al Escuadrón del Coronel San Martín en San Lorenzo y la del General Pablo Riccheri (nacido en San Lorenzo) quien recreara en 1904 el Regimiento de Granaderos a Caballo y estableciera el Servicio Militar Obligatorio. Aunque Rodrigáñez Riccheri nació en Buenos Aires en 1934, la vinculación con la región es indudable.
Si bien, usando sus propias palabras, era "ilusorio proponer resistir con treinta granaderos con sólo su armamento individual, era la actitud que cualquier Oficial en mi situación hubiera adoptado", el Teniente Primero estaba decidido a cumplir su deber junto a sus hombres. Reunido en el Despacho con el Presidente lilia, el Jefe de la Casa Militar, políticos y dirigentes radicales, se le ordenó excluir toda posibilidad de resistencia ponderando su "valiente actitud".
Sin embargo, cuando se hizo presente el Teniente General Julio Rodolfo Alsogaray acompañado por el Coronel Luis Perlinger en la puerta, de entrada de calle Rivadavia, Rodrigáflez lo recibió y se negó a acatar la orden que le diera aquél de replegar la Guardia. Acompañándolo al Despacho del Presidente fue testigo del diálogo que mantuvieron Alsogaray e Illia: "Dr. lilia, le comunico en nombre de las Fuerzas Armadas que ha dejado de ser Presidente de los argentinos".
Serenamente y luego de un profundo silencio, rodeado de ánimos enfervorizados de sus correligionarios, Tilia respondió: "No General, en nombre de. las Fuerzas Armadas no. En todo caso en nombre de un grupo de Generales que Usted representa".
Luego, según lo manifiesta Rodrigáñez Riccheri, Tilia le indicó las razones por las que era Presidente de los argentinos mostrándole un ejemplar de la Constitución Nacional, acusándolos de actuar como salteadores nocturnos y advirtiéndoles que se arrepentirían ante sus hijos de lo que estaban haciendo.
El Teniente de Granaderos luego recibió otra intimación de retirarse de la Casa de Gobierno con sus hombres, esta vez en forma grosera: "Si ustedes no se retiran los sacaremos a patadas en el culo". Naturalmente la respuesta fue otra grosería que Rodrigáfiez (por decoro) no dio a conocer.
El doctor lilia permaneció en su despacho varias horas más, pese a las reiteradas invitaciones que se le hacían a dejarlo, hasta que luego del ingreso a Casa de Gobierno de la Guardia de Infantería de la Policía Federal se retiró acompañado de una multitud hasta la puerta de calle Rivadavia donde abordó un taxi, rechazando los vehículos oficiales.
Luego para Rodrigáfiez Riccheri nació la "leyenda" cuando fue a visitar al doctor lilia a la casa de su hermano Ricardo, se encontró con un grupo nutrido de radicales de primera línea que lo saludaban con mucho afecto. Allí definió su conducta:"Quiero aclarar que, si en lugar del doctor Tilia hubiera estado el General Perón hubiera hecho lo mismo".
Estas declaraciones fueron aprobadas y felicitadas con muy buen ánimo y fueron el comienzo de la Historia que lo rodea y de diversas publicaciones laudatorias en varios medios con datos erróneos y distorsiones frecuentes desde equivocar su grado, su edad y escribir mal su apellido.
Su actuación fue valorada por muchos y no compartida por otros en el ámbito militar. Para algunos fue una "compadrada" que podía haber costado la vida a 30 Granaderos... No consideraban que entre ellos existen principios, como el del cumplimiento del deber, superiores a la vida misma. Para otros, fue una figura para destacar, pues plasmaba el ideal del joven soldado profesional ajeno a la influencia política. Así lo expresa el mismo Rodrigáfíez Riccheri quien insiste en destacar que no actuó solo.
Sin embargo, la historia siguió su curso y existen en la actualidad proyectos de reconocimiento para aquellos que defendieron las instituciones democráticas en el momento que les tocó actuar con la hidalguía y el honor que su función exigía...
Hasta aquí parte de los hechos y los protagonistas (conocidos y no tanto) de lo ocurrido. Hemos dicho que acompañaron al teniente Aliberto Rodrigáñez Riccheri, treinta hombres más, treinta granaderos entre suboficiales y soldados que realizaban su servicio militar en el glorioso Regimiento. Uno de ellos nació y vive actualmente en Rosario, se trata de Oscar G. Parenti, presente en Casa de Gobierno en los acontecimientos del 27 y 28 de junio de 1966 y que fuera uno de los granaderos al encabeza esta nota en un reencuentro que tuve el honor de propiciar en el año 2013 en la localidad de Capitán Bermúdez, provincia de Santa Fe.
Oscar Parenti, rosarino y granadero.
El Granadero Reservista Oscar Parenti es un hombre parco, de palabras medi das, tiene el porte elegante en su altura y figura elástica. Nació en Rosario el de enero de 1945 en el barrio Alberdi donde transcurrió su infancia y cursos estudios primarios en la Escuela República de México y los secundarios en el Nacional 2 General San Martín hasta tercer año terminando sus estudios ei el Colegio de Bachilleres en Sanidad recibiéndose de Hemoterapeuta. Fui visitador médico durante 23 años. Hoy a sus 71 años, casado con Carmen (si novia de aquella época) tiene 2 hijos: 4 nietos que (según cuenta) "soportal su locura de Granadero y Reservista y es Presidente de la Asociación de Granaderos Reservistas de la República Argentina, seccional Rosario a cuyos integrantes podemos ver en cada acto conmemorativo en la ciudad re presentando los ideales de los soldado sanmartinianos. Su participación en la jornada del derrocamiento era hasta ahora desconocida para sus camaradas, Parenti lo "justifica" en su modestia granadera. Mis conversaciones con Rodrigáñez Riccheri y ser artifice del “ Reencuento” entre ambos mr permitieron ser el vehículo de las siguientes palabras inéditas para esta Revista y así tener un testimonio más de este hecho del que se cumplen 50 años.
"En el mes de enero del año 1966 creo que fue un 11 o 14, después de la revisación médica nos citaron a la Exposición Rural de Rosario y en ese lugar y por el número de sorteo nos daban el destino. Cuando me nombraron y dicen a Granaderos a Caballo salté de mi lugar por la sorpresa y la inquietud de cómo sería eso... al día siguiente partimos en tren hacia Retiro."
"Una vez en el Regimiento, al día siguiente pusieron en la calle principal carteles con distintas especialidades y uno tenía que ubicarse donde creía que podía ser útil, yo me coloqué en estudiantes secundarios ya que me habían prevenido que no ocupara puestos de importancia que son los que salen en la última baja, yo tenía estudios de medicina y podía haber ido a enfermería pero no lo quise hacer. Después fuimos a Campo de Mayo donde comenzó nuestra instrucción en el manejo de armas y en especial del sable de caballería, de regreso al Regimiento después de casi un mes fui elegido con otros 25 ó 30 para realizar el primer relevo de nuestra clase en la Casa de Gobierno. Otra gran sorpresa entrar a ese histórico edificio pues fue deslumbrante y además impone respeto."
"En la guardia de Casa de Gobierno, me tocaba como oficial al Tte. 1º Rodrigáflez Riccheri, que tenía la costumbre de recorrer la guardia en distintos horarios, inclusive de madrugada, me imagino que se pondría el despertador,porque aparecía siempre impecable con su fusta bajo el brazo y sus botas marrón clarito relucientes. Al pasar el tiempo fui nombrado Dragoneante y cuando tenía que hacer el relevo dentro de la Casa de Gobierno debía pasar con los Granaderos por la puerta de su dormitorio y era allí donde les hacía marcar más el paso para que escuchara que el relevo se hacía en horario y forma; a pesar de eso él aparecía y juntos recorríamos el dormitorio y las instalaciones del destacamento y ojo que no estuviera todo en orden, era muy severo, su hablar era muy amable pero sin dejar su tono militar, siempre dije que por sus venas corría sangre del Gral. Pablo Riccheri".
Oscar Parenti conserva en un lugar especial de su memoria el recuerdo de haber tomado contacto por primera vez con el Presidente Illia en una de sus guardias.
"Una noche en la Residencia de Olivos, todavía no había sido nombrado dragoneante y apareció el Dr. Illia; yo estaba en la puerta por donde entraba la Sra. del Presidente, al verlo llegar me cuadré y lo saludé como nos habían indicado, pero la voz no me salía muy clara que digamos, jamás pensé que podría estar hablando con un presidente, él me calmó diciéndome: tranquilo Granadero, hizo comentarios del tiempo y de lo lindo de la noche, pero a mi seguían sin salirme las palabras. Dio la vuelta y se fue. No hay que olvidarse que el Dr. Tilia también era Granadero y el que lo fue jamás deja de serlo. Como yo siempre digo todos saben quiénes son pero son pocos los que saben qué se siente ser un Granadero".
La noche del 27 al 28 de junio por los ojos de un Granadero.
"Dos días antes del golpe, o sea un viernes, nos anticipan que podría haber un movimiento militar en contra del Dr. lilia, de forma que tendríamos que tomar y duplicar la guardia en la casa de Gobierno. Nos prohibieron hablar con nuestras familias ni siquiera por teléfono, mi gran preocupación era que en Buenos Aires estaban mi novia y mis padres que habían ido a yerme jurar la Bandera en el Regimiento y al día siguiente estarían en la Plaza de Mayo para ver el relevo en Casa de Gobierno y yo no les podía avisar de ese conflicto, por suerte no pasó nada y eso pasó dos días después. Cuando se produce el movimiento el Tte. lo Ahberto Rodrigáflez Riccheri nos reúne en el hall por calle Paseo Colón y nos dice esas palabras que jamás se borraron de mi memoria, por lo fuerte y por lo real que eran. 'Soldados de acá salimos todos vivos o nos sacan con las botas para adelante".
"Antes de pronunciar esas palabras, él dijo que como Granaderos nuestra obligación era defenderlo (al Presidente) hasta las últimas consecuencias. Ya habían pasado varias horas y empezamos a ver movimientos de tropas sobre Plaza de Mayo, el sub-oficial que estaba a cargo me indicó que revisara la entrada por Paseo Colón y le comuniqué las novedades, fue ahí que descubrí 3 tanques que nos estaban apuntando. Nosotros sabíamos que el Presidente aún resistía irse. Cerca de las 6 de la mañana nos hacen apostar con dos granaderos más, con una ametralladora pesada, en el rellano de la escalera de mano derecha, entrando por la calle Rivadavia, la orden era tirar sin preguntar ante la posibilidad de que alguien intentara subir. En esa situación estábamos cuando se produjo un fuerte movimiento de gente en el hall y pude ver al Tte. 1º moverse en medio de la multitud con su fusta abriéndose camino tranquilamente, era el momento en que el Dr. Illia dejaba la Casa de Gobierno evitando derramamiento de sangre.
Luego recibimos la orden junto al Granadero Helio Rovira (de Villa María, Córdoba) de vestirnos de gala y concurrir al Salón Blanco. Nosotros no sabíamos para qué, pero era para escoltar a la junta militar que se hacía cargo del gobierno hasta que se nombrara al nuevo presidente que resultó ser el Gral. Onganía, de ahí la foto del diario Clarín que tengo en mi poder, gracia a mi madre que se tomó el trabajo de ir a buscar a las oficinas de ese diario en Rosario, lo curioso de esa foto e que mi mamá no se había enterado del golpe de estado y conversando con una vecina le comentó qué había pasado y que yo estaba en la foto".
A 50 años de una triste página para la Democracia debemos considerar los hechos y sus protagonistas para no repetir los errores del pasado. Tiempos turbulentos vendrían después. El rescate de estas historias contadas por sus protagonistas, hacen tangible los hechos y humanizan a sus personajes y las horas de incertidumbre vividas, sin exageraciones, con el aplomo que dan los años y la serenidad de haber hecho lo correcto. Nuestra tarea como divulgadores de la Historia es investigar, conocer y rescatar a estos "héroes anónimos" contemporáneos a quienes en el lugar que les tocó actuar lo hicieron con honor en defensa del orden democrático cumpliendo con su deber.
"EL MÁS HONESTO"
Illia nació en Pergamino el 4 de agosto de 1900, fue médico y político de la Unión Cívica Radical, legislador provincial y nacional, vice gobernador de Córdoba y presidente de la Nación. Luego de ser derroc4o, rechazó la correspondiente jubilación, siguió militando y trabajó en una panadería. En una encuesta realizada en el año 2013, que buscaba desarrollar un listado de las personas de mayor honestidad, lilia es el primer político en aparecer y la tercera figura en una lista de más de 100 personas. Falleció en Córdoba el 18 de enero de 1983. Sus restos se encuentran en el Cementerio de la Recoleta.
Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario, su Historia y Región” Fascículo N.º 152 de Junio 2016.-