viernes, 6 de noviembre de 2020

USINA SORRENTO (1910)

 




Luz de Vanguardia 


Rosario necesitaba contar con un sistema de electricidad a la altura de ciudad moderna que empezaba a ser. El crecimiento de su población activa, debido a las sostenidas olas migratorias, generaba una notoria expansión territorial; el puerto y los ferrocarriles demandaban un mayor consumo energético, así como el auge del tranvía eléctrico y la necesidad de abastecer a las industrias. Motivos suficientes para repensar el sumininistro de electricidad para el éjido urbano local. 

A tal fin, en mayo de 1910 apareció Sociedad Eléctrica de Rosario (SER), constituida en Bruselas con capitales belgas y alemanes, para hacerse cargo de la explotación y construcción de estaciones centrales y redes de distribución de la energía eléctrica, para la producción y abastecimiento en nuestra ciudad como ya lo hacía otras localidades del país y de Sudamérica. 

La SER formaba parte de la Sociedad Financiera de Transporte y Empresas Industriales Sofina, el grupo belga de trayectoria internacional que rompía con el perfil de riesgo que representaban las empresas promovidas desde la burguesía vernácula. 

Antes de terminado el año se suscribió el contrato con el municipio. La empresa comenzaría a hacerse cargo del servicio en 1911, consolidándose dos años más tarde hasta monopolizar la producción regional de energía eléctrica. 


Construir Electricidad 

Hasta la llegada de la compañía belga de electricidad, Rosario dependía de la energía generada por la usina San Martín, en el cruce de esa calle y Catamarca, a tres cuadras del Hotel Savoy. No obstante, el desembarco de la SER propició la inmediata construcción de una nueva central eléctrica en las afueras de la ciudad, que en 1913 llevará la potencia a la potencia instalada a 36.000 kW, casi ocho veces más que los 4660 kW del servicio anterior. 

En cercanías de la desembocadura del arroyo Ludueña, sobre la calle José Hernández y su encuentro con la actual avenida Sorrento, se levantó la nueva Usina que llevó el nombre del pueblo donde estaba emplazada. Sorrento ( luego barrio Sarmiento) era la población lindera a Arroyito, entonces último barrio al norte de Rosario, en donde terminaba el área industrial de la ciudad. 

La nueva central eléctrica irrumpió en el lugar con una fisonomía arquitectónica derivada de la Revolución Industrial: ladrillo a la vista, cubierta de estructura de hierro y chapa, y detalles ornamentales con estilemas de sesgo Art Nouveau. Un claro ejemplo del rol modernizador de la arquitectura fabril de su época. De generosa espacialidad, mampostería de ladrillo de alta factura y fachadas con paneles vidriados de importantes dimensiones. 

Entre estupor y entusiasmo, los habitantes de la zona fueron incorporando paulatinamente ese símbolo del progreso al paisaje bucólico de las mansiones y quintas de verano que las familias acomodadas rosarinas había construido desde finales del siglo XIX. Ese contraste tuvo lugar incluso en el mismo predio donde posteriormente se desarrollará el complejo de la usina, con la anexión de nuevas construcciones. Vecino por algunos años de la flamante planta generadora de la energía eléctrica se erigía contiguo el Palacio Mazza, un espectacular castillo de madera con aires moriscos, escenario de picnics y paseos campestres. Aquel recreo era propiedad del empresario Agustín Mazza, efímero intendente de Rosario entre enero y agosto de 1890, quien terminará más tarde por vender los terrenos de la SER por la ampliación de la Usina. 


Área de Protección 

Desde el 2010, el gigante anaranjado de Sorrento fue incluído por el Programa de Preservación del Patrimonio Urbano y Arquitectónico de Rosario en el Área de Protección Patrimonial que resguarda el conjunto de edificios históricos de ese sector de la ciudad, que además de la Usina alcanza al predio de la Planta Potabilizadora de Aguas de Arroyito. 

Fuente: La Capital. 

Fotos: año 2016