martes, 28 de julio de 2020

COMICIDAD DISPARATADA




Por Héctor N. Zinni 


- Yo pertenezco a la época en que con Aldrey y Asdrúbal La Rosa hicimos Los Tres Mosquiteros, en la vieja LT1. Después me puse con Los Humoristas del Betún y más tarde integré Bertoldo, Bertoldino y Cacaseno. 

- Nada menos..., con Chita? 

- Sí, con Naon (Chita), Bordonaro y De Simone. Cuando Bordonaro se enferma porque, menos mal, trabajaba en Minetti y Cía., entro yo, con dieciséis años de edad, a trabajar con estos nenes del humor y decía cantando: "Bertoldo, Bertoldino y Cacaseno /se presentan esta noche con afán de trabajar/ nosotros gustamos a todo el mundo /y si ustedes me permiten / nos vamos a presentar... Con esta cara que ustedes ven /yo soy Bertoldo, pariente de él/soy un muchacho bastante bueno... / Yo Cacaseno, el tío de él. Este es mi tata / es medio gil / por lo grandote parece inglés / come cebolla, ají, pepino... ¡Soy Bertoldino, el tío de él! / Sólo pedimos que hagan silencio, que hagan silencio para escu..." y hacía Bordonaro con la zambomba ípuuufflnnn! "... para escuchar. ¡No, acá no lo haga!" "Acá no lo hago?" y se corría para otro costado. "Acá tampoco", y siempre así. "Sabe quién nos honra con su presencia?" ",Quién nos honra con su presencia?" "María Félix" "La que se destaca por dos grandes razones? ¿Adónde? ¡Que María Félix! Chi-cato. ¿No ve que son dos pelados que están con las cabezas juntas?" 

- Aquí hay un muchacho, López, que está haciendo un estudio sobre el origen del idioma rosarigasino y me decía vez pasada que éste habría tenido comienzo en el trío Bertoldo, Bertoldino y Cacaseno. 

- Lo que pasa es que un tal Medina y otro muchacho más de la Subsecretaría de Cultura me vinieron a ver a mí, porque yo tengo muchísimas cosas que me dieron los mayores míos, que conservé y que no quiero largar. Yo tengo la cabeza de un muñeco que es de un tal Núñez que vivía en la calle Mitre al 1100, cerca de la Federación Agraria Argentina. Núñez era ventrílocuo y yo lo había tratado mucho en los parques de diversiones. El asunto es que un día se enfermó, me llamó, y me dio la cabeza del muñeco que tenía como cincuenta años. Así que esa cabeza, no la que trabajo yo que es otra, debe tener entre ochenta y noventa años. 

- Es una verdadera reliquia. 

- Da la impresión de que fuera una de esas cabezas que Geniol usaba como propaganda. - Y del Negro Olmedo, qué recuerda? 

- Bueno, Olmedo acá no hacía nada de comicidad antes de irse a Buenos Aires por primera vez. El levantaba el telón en La Comedia, junto con Cruz y toda la barra. - Sí, nos conocíamos de pibes. A mí me llamó la atención cuando empezó con esas cosas porque no lo teníamos por un tipo gracioso, chistoso. Al contrario, era un muchacho muy reservado. Muy buen tipo, eh? Un amigo de fierro, pero con la comicidad nada. Para mí fue una revelación. 

- ¿Sabe cuándo él salió a flote? Cuando Anita Almada le da los libretos que tenía de El Tano Genaro. El Tano Genaro muere en 1957, yo tengo el recorte. 

- A mí me trajeron uno del diario La Prensa, que lo di a conocer en el volumen anterior de esta obra. 

- Yo también lo tengo, está sepultado en el cementerio de La Chacarita, y tengo el teléfono de la hija. Poseo fotografías del Tano, como también del Hombre de las tres A: Alfonso Alonso Aragón. 


Roncoroni y Gloria Montes 


- Y con Anita Almada, qué pasó? 

- Bueno, Olmedo se la llevó con él e hicieron por televisión esos sketchs tan fabulosos que salieron de los libretos del Tano. Yo tengo, por ejemplo los libretos que Julio A. Burón le escribía a Sandrini, y de Máximo Aguirre que los escribía para La Cruzada del Buen Humor primero y para La Gran Cruzada del Buen Humor, después, que dirigía Tito Martínez del Box, tengo, además, de Billy Querosene y los libretos famosos que escribía Buono... 

- Eran formidables. 

- Sí, algo irrepetible. 

- Dentro del género que usted hacía y hace, habrá conocido a todos los cómicos que treparon a los escenarios, hicieron películas, estuvieron en la radio. 

- Sí, porque aparte yo estuve treinta y cinco años en la Unión Argentina de Variedades. No solamente con Mendocita, sino que estuve en Buenos Aires mucho tiempo e inclusive representé a Variedades como director en el Ministerio de Trabajo. Tenía un cargo oficial. 

•¿En la época en que Spina Duval estaba al frente del sindicato en Buenos Aires? 

- Sí, en esa época, aquí tiene el recorte de un diario donde se me nombra como director oficial... 

- Yo lo conocía a Spina, porque estuve un tiempito en la comisión local del Sindicato de Artistas de Variedades dónde íbamos después de nuestro trabajo con Luis Acosta García, hijo, a poner en orden los libros de tesorería... 

- Siguiendo con los cómicos, acá los hubo y muy buenos. Estaba Roncoroni entre otros. 

- Roncoroni... Dígame una cosa: ¿Roncoroni no era Ubaldo Martínez, o él se hacía llamar así a modo de apodo? 

- No, no. 

- Porque hay una especie que da vueltas y dice que cuando Ubaldo Martínez vino a Rosario y era un desconocido se hacía llamar Roncoroni y personificaba a un curda que subía al escenario con la guitarra y cantaba la milonga El vinacho, que decía, entre otras cosas, "... el whisky pa' los ingleses / el chateau para el doctor/ pa' las chicas el licor / leche fresca pa' 1 muchacho / vos prendétele al vinacho / cuando más tinto, mejor..." 

- No, no, Roncoroni era un flaquito que trabajaba de sombrerito. Muchísimo trabajaba, igual de Popoff. Otro se llamaba Rino y tocaba el violín con la cabeza en el suelo y las piernas abiertas. 

- Y Verdaguer, ¿no tocaba también el violín? 

• Sí, subido a una escalera, pero era porteño... Todo eso ya pasó. Uno que hacía siempre de borracho era Tono Andreu, el hermano de Gogó. El padre de Alberto Anchart muchas veces interpretaba a un borracho. 

- Había una pléyade muy grande de cómicos, entre los que se destacaba María Esther Gamas, que era rosarina. 

- Sí, especialmente en teatro de revistas. Gloria Montes, que era vedette cómica y trabajaba con Don Pelele y Barbieri en el Varieté Avenida donde la conocí, la volví a encontrar en el Goyescas, de Buenos Aires. A posteriori intervino en la televisión dentro de aquel programa con Adolfo Linvel: La Familia de los Campanelli Yo trabajé con ella en el teatro de revistas y me acuerdo que cantaba en gallego una parodia del pasodoble El Relicario: "En una tarde e toros, un seis de mayo le conocí /era un torero, grande y peludo, con una gamba gordota así! "Gallega mía", me dijo el punto / "yente conmigo, no seas así" / Ay, que alegría que yo tenía / cuando el desgraciado me dijo así/ muy juntos fuimos hasta la plaza iy aquella tarde sonó el clarín... "Con esta espada y este capote / al toro bravo, al toro bravo yo mataré lsus largos cuernos he de quitarle/yen nuestra casa como un recuerdo te los pondré". 


El Poeta Zinni, las Hermanitas Pons y Pablo Pablitos 


- ¿Usted trabajó con mi papá? 

- Sí, cuidaba mucho su presencia. Con nosotros, cuando estábamos con Buono hizo como siete u ocho espectáculos. Vino al Club Falucho, de Refinería, ojo que tengo los programas, después fue a La Carpita, de Junín e Iguazú. Luego estuvimos en Arroyo Seco... No pasaban dos días que me venía a visitar. Un día se apareció con el pianista Quintana y el cantor Pedrito Bassini, que vivía en 9 de Julio y Suipacha... - Mi viejo era un tipo muy especial, como se diría ahora. Justamente me encontré con el hijo de Gorra de Cuero, un taxista de la Guardia Vieja de apellido Orlandi. La cuestión es que Orlandi hijo, que tiene otro hermano y son taxistas, lo recuerdan siempre a mi viejo y a la época en que vivió. Lo mismo pasa con el Turco Amado que es el padre de las chicas que se presentan con el nombre de Rocío de Miel... 

- Vea Zinni, yo como su viejo, a la gente nueva no la desprecié nunca, siempre le di y le doy consejos como me los dieran a mí. Yo fui un tipo que estuve en todas, sin embargo no agarré ninguna. Nunca me llevé lo que no era mío, no se traiciona la confianza... A mí me gustó mucho, mucho el respeto, igual que su viejo. Cuando estaba en el teatro de revistas, perdóneme, estaban las chicas abiertas de piernas depilándose y yo, por pudor me daba vuelta... Trabajé mucho con las hermanas Pons que se llaman Orizzi. 

- Eran de Mendoza y Carriego, de por allí... 

- Bueno, Antonio Ante Garmaz - Antoñito -, vivía también ahí, era del barrio. Ibamos todos al Club Libertad que estaba en Felipe Moré y Córdoba. En el año 1960 hicimos El Conventillo de La Paloma, con Ramón Anello, María Castro, Carlos Aguirre y varios más. Pero a mí me gustaba más el varieté porque me entraba mucha plata todas las noches, de martes a domingo, era mucha plata. Bueno, esa obra la dimos en el Olimpo cuando estaba Gaeta, después salimos por los pueblitos y le dije luego a Norma, la mayor, que si ella me daba pie podíamos hacer un dúo, y así fue. La madre siempre vigilaba y cuando había que tocarle algo en escena ponía el grito en el cielo. La hermanita no tenía dicción, golpeaba la lengua con el paladar cuando hablaba, pero después se fue haciendo. 

- ¿Con quién más anduvo, Pimentel? 

- Con Pablo Pablitos formé dúo también acá, en un espectáculo que manejaba Canestraro. No sé lo que había pasado, alguien faltó, el hombre desgraciadamente estaba un poco venido a menos. Entonces trajo un pony y lo puso arriba del escenario. Le preguntaba "A ver, decime cuánto es dos más dos!" y el caballito daba tres patadas en el piso. "Te dije dos más dos!" y el pony daba cuatro patadas. Como necesitaba un tipo que le hiciera el pie, me llamaron, fui yo. Pero estaba grande Pablitos... Con el mayor respeto por Los Midachi, que ya se separaron, me viene a la memoria un trío formidable, difícil de igualar: Abrojo, Pampita y Marín. 

- De ellos me ocupé en el segundo volumen de esta obra. 

- Y el conjunto Los Viudos? Eran todos buenos, como Los Filósofos de la Risa, también. Muchos conjuntos había. Después se fueron diluyendo. Faltó público, faltó plata, faltó publicidad para pagar los números. Yo estuve en varias radios, hasta en una de Capitán Bermúdez donde hacia gags de dos minutos y de medio minuto también. - ¿Cómo es eso? 

- Por ejemplo yo decía: "Ay, ay, ay, doctor me saca la muela de arriba?" "SÍ, como no, son quinientos pesos" "¿Cómo quinientos pesos? No me dijo que me la sacaba de arriba?"


NOTAS 

1 Entrevista a Hugo Pirnenlel realizada en Librería Argentina. el 1014/1996. 




Fuentes: extraído Capítulo 2 de la cuarta parte: LA VIDA VIVIDA del libro Rosario era un espectáculo ¿Arriba el telón! Autor: Héctor N. Zinni de 1997.