miércoles, 17 de junio de 2020

INSTITUCIONES ESTADO ACTUAL DE LAS INSTITUCIONES ITALIANAS


Por ADA LATTUCA*


Para una especial captación del estado actual de las Instituciones Italianas, hemos recurrido a la distribución entre ellas, de encuestas informativas. Las 61 respuestas recepcionadas, nos han permitido elaborar un informe cuyas inferencias y observaciones exponemos a continuación. 

Múltiples Instituciones italianas configuran su situación actual como producto de fusiones con entidades inspiradas en fines semejantes. Las motivaciones de estas uniones nos hacen pensar en una suerte de recurso de salvataje ante la posible desaparición de las mismas, especialmente en aquellas fundadas durante el siglo XIX. 

En ellas contrasta la evidente adherencia a la parte formal y física de la Institución con el escaso resguardo de las bases documentales. Es por esta razón, que desde el Centro de Estudios Migratorios de Rosario, se sugiere a través de los organismos pertinentes, rescatar aquella, bastante escasa, que se halla deteriorada y hasta en vías de extinción, a través del microfilmado, en virtud de ser este uno de los métodos más adecuados para la conservación de un material que de otra forma se perderá irremisiblemente. 

Tanto las Instituciones fundadas en el siglo pasado, casi todas con fines mutuales, y las originadas merced a la segunda oleada inmigratoria, están compuestas por una mayoría de piemonteses, friulanos, lombardos, siguiéndole en importancia los provenientes del Véneto, Liguria y Sicilia. Estos índices señalan una 'ontinuidad de la adhesión al asociacionismo ya puesto de manifiesto en las regiones de origen. 

También hemos podido observar una cantidad de socios escasa en comparación con la proporción numérica que compone la colectividad italiana; y en cuanto a la calidad, corresponde el más alto porcentaje de agricultores, comerciantes, industriales y profesionales entre los inscriptos, que constituyen prácticamente el 80 %. Pero respecto del último sector mencionado, debemos aclarar que no se manifiesta su colaboración en el completado de los items del cuestionario que así lo reqLerían. Pensamos que quizás, su participación como socios activos se limita frecuentemente al cumplimiento del pago de la cuota correspondiente. 

Dentro del mismo rubro referido a la composición de la masa societaria, es indicativa la preponderancia de personas cuyas edades oscilan entre 41 y 50 años, y de 51 años en adelante (60 %), mientras que los de 31 a 40 años resumen el 27 %, y los jóvenes (10 a 30 años de edad) alcanzan solamente a un 13 %. 

De suyo, las inferencias que suscita el análisis de este rubro son muy claras y explícitas, puesto que las cifras serían correlativas con la ausencia de objetivos incentivadores para la juventud (aunque muchas entidades han intentado cierto canal de atracción, anexando actividades deportivas); o tal vez con un anquilosamiento en la cúpula directiva, que obstaculizaría —sin proponérselo—, los proyectos de las generaciones más jóyenes. La excepcionalidad comienza a darse en algunos grupos que canalizan por medio del folklore, un aglutin amiento del elemento joven, pero que sin embargo, pensamos, no logra integrarse definitiva y profundamente con los fines y organización de la sociedad a la que pertenece. Esta actividad permanece generalmente como el simple ofrecimiento de un espectáculo, sin avanzar en la práctica de una especialidad, que más que danza folklórica, debe intentar constituir una demología italiana. 

Una constante detectada en todas las Instituciones relevadas, es la temprana adquisición de un local propio que a los pocos años es suficientemente ampliado. Ello condice, indudablemente, con la búsqueda de seguridad por parte del inmigrante frente a las contingencias emergidas de su nuevo lugar de residencia. 

Si bien creemos que el desenvolvimiento que cabe a una institución, no se agota en la configuración de este valor, ellas han pensado quizás, que este acto proporcionaría un despegue importante a su futura actividad. 

La correspondencia entre la amplitud de las instalaciones —posiblemente excesiva en muchos casos— y la restringida actividad desplegada, demuestra el desfasaje de una intencionalidad concebida a veces sin claridad. 

Entre los fenómenos más notorios, advertidos especialmente en la década que transitamos —según los datos aportados por los vice-cónsules y delegaciones consulares— surge el del requerimiento de la doble ciudadanía por parte de jóvenes provenientes del sector universitario, y cuyas edades oscilan entre los 20 y 30 años. 

A pesar de la longevidad de la ley que admite esta opción, la recurrencia .a la praxis de esta normatividad se ha incrementado. No descartamos la directa relación existente entre la ausencia de expectativas laborales en el ámbito argentino y la esperanza a veces distorsionada de un porvenir más adecuado, susceptible de conseguirse en Italia. Pero ello es posiblemente, un significativo índice de la desinformación reinante, ya que en virtud de tal, se abocan a resolver las problemáticas de sus vidas apelando a la instrumentalización de la legislación vigente. 

Con respecto al plano asociacionista específicamente, el análisis del material encuestadb induce a comprobar la adecuada respuesta manifestada por el caudal extra étnico hacia los organismos que nuclearon desde principios de siglo —y aun antes en algunas localidades—, a los colonos (Federación Agraria). Del mismo modo, se observa este fenómeno en el reiterado reclamo de las autoridades para la conformación de cooperativas dadoras de un futuro progreso al ámbito local (cooperativas de fomento, de luz, de agua). En todas ellas el elemento itálico es mayoritario- entre los componentes de las primeras Comisiones, presidiendo frecuentemente el destino de las mismas. 

Con el avance de las cooperativas de créditos, los italianos brindaron un eficaz aporte en su creación y funcionamiento, y actualmente es dable advertir —a instancias de la difusión del movimiento cooperativista—la anexión de esos objetivos en las primitivas sociedades de socorros mutuos, que de esta manera se vieron revitalizadas. Por ende, el proceso de extinción que las acosaba, ha podido ser detenido en gran parte. 

Asimismo, la preocupación por instalar escuelas —aunque con magra subvención del gobierno italiano y escaso subsidio provincial—, fue un movimiento generador de nuevos bríos durante algunas décadas del desarrollo de las instituciones. Esta inquietud se extinguió paulatinamente o bien fue reemplazada por la puesta en marcha de cursos de idioma italiano. 

Estos cursos, que han despertado en la última década un particular interés entre los jóvenes, suelen dictarse irregularmente debido a la convergencia de diversos factores, pudiendo mencionar por ejemplo, la falta de recursos económicos destinados a la subvención de los docentes y la escasez de un plantel educativo dedicado a la difusión de la lengua italiana. Si sumamos estos inconvenientes a los surgidos naturalmente por causa de las extensas distancias que separan a muchas localidades, de los pocos centros emisores, es perfectamente comprensible la distorsión que se produce entre los altos fines declarados y los resultados obtenidos. 

Por otra parte, los datos computados advierten sobre la no existencia en el campo educativo encarado por las entidades estudiadas de programas de integración cultural, por lo menos en forma generalizada. En consecuencia, y convocados a reflexionar, debemos hacerlo en virtud del riesgo que entraña proveer a la mera instrumentalización de la lengua, desoyendo la atención que requieren objetivos más profundos. 

También se involucra en la problemática planteada, la escasa y a veces nula información e intercambio que padecen las instituciones, reportando de esta manera, un involuntario atraso en el material pedagógico utilizado y en los recursos metodológicos implementados. Y ello se suscita a raíz de las preguntas formuladas acerca del estado de los "rapporti" con Italia y sus regiones. 


La respuesta unánime indica 

•Desinformación

•Expectativa por superarla a través de libros, periódicos y todo tipo de publicaciones, programas de la RAI, cassettes y filmes; intercambio cultural entre jóvenes; posibilidades de viajar a personas que no han podido regresar a su país; becas; diversos materiales de estudio; vídeos; "stage" de perfeccionamiento, etc


•Carencia en los múltiples casos, de las vías conductoras a fin de formular las peticiones correspondientes (varias de las encuestadas han expresado: "como debe hacerse?"): 

•Ausencia de respuestas por parte de algunas regiones ante el interés por relacionarse manifestado asiduamente desde los centros regionales residentes en Argentina (se pueden mencionar a manera de ejemplo, el llamado de atención efectuado vigorosamente por el representante del Centro Laziale de Rosario). 

•Valorización de este acto, como primera preocupación firmemente recepcionada en el interior. 


También es dable observar, que la desinformación padecida por las Instituciones se produce en relación a los centros de mayor importancia de la Provincia, dedicado por ejemplo al área previsional. Ello puede deberse a la lejanía en que se encuentran las entidades con respecto a estos organismos asentados en las ciudades principales, pero también creemos que existe cierto grado de descuido en las acciones destinadas a proveer desde la misma Institución a través de sus directivos, de las inquietudes y novedades producidas en aquellos centros. La infrecuente reunión de sus comisiones directivas, obstaculiza la comunicación de éstos con sus asociados. La anomalía genera, en consecuencia, la progresiva indiferencia de los socios y el debilitamiento de los vínculos con su sociedad. 

* Investigadora del Consejo de Investigaciones de la U.N.R. 


Fuente: Articulo del Libro “ Presencia Italiana en Argentina” Universidad Nacional de Rosario. “Congreso de las Regiones Italianas en Argentina. Sede Rosario Argentina 1985 

Centro de estudios Migratorios. Consulado General de Italia en Rosario. 

Publicación editada en Rosario en la Dirección de Publicaciones de Universidad Nacional de Rosario- Junio 1988.