lunes, 6 de abril de 2020

EL FANTASMA DEL DESCENSO REAPARECE




Por Andres Bossio 


Con la base del mismo elenco del año anterior, con el mismo técnico (Pioto) y el mismo preparador físico (el Sr. Más), Central casi se va al descenso en 1959. Había transferido únicamente a Oscar Mottura, que pasó a Rácing, incorporando ese año a numerosos elementos de las divisiones inferiores como J. Díaz, Turletti, Biscoglio, Mateo, Ochoa y Fontán. Dos de los promovidos alcanzarían a cumplir la más destacada trayectoria: Marcelo Pagani y Norberto Bautista. 

Corresponde señalar de entrada que por entonces se había consolidado una reforma reglamentaria según la cual el descenso se determinaba por el más bajo promedio de los tres últimos años de cada equipo. Central, de encomiable campaña en 1958, no había estado nada feliz en 1957. Pero los puntos sumados el año anterior fueron determinantes para que las sucesivas frustraciones que dejaba en cada presentación auriazul no hicieran pensar en demasía en el fantasma del descenso. Bien es cierto que ésta aparente tranquilidad más se debía a los también habituales contrastes de Central Córdoba, Lanús y Gimnasia antes que a méritos propios de un plantel que sumó decepción tras decepción. Los hechos salientes de esta campaña fueron la presentación de Marcelo Pagani (en la 15ta. fecha ante Atlanta, el 19 ce julio) y el de Norberto Bautista (en la 15ta. - jornada ante Central Córdoba, el 17 de agosto); curiosamente, los dos partidos los perdió Central. Además de ello merece destacarse una resonante victoria ante San Lorenzo en Boedo, por dos a cero, con goles de Osvaldo Colla. El gran triunfo adquirió realce porque San Lorenzo —quizás por única vez en el año fue noticia en los titulares de los diarios— los protagonistas de la hazaña fueron Bertoldi; Ducca y Cardoso; C. Alvarez, Mm-ni y La Rosa; Mateo, Rivero, Colla, Castro y Porporato. El campeón jugaba por entonces con Carrillo; Cancino e Iñigo; Martina, Reynoso y Schiro; Facundo, Ruiz, Omar Higiño García, Sanfilippo y Boggio. 

001La última fecha de ese torneo en la que Central Córdoba se jugaba su permanencia en primera división, los charrúas visitaron a Central en Arroyito. Y pese a que el equipo del barrio Tablada venció por uno a cero (gol en contra de Alberto Ducca), Central Córdoba descendió. Los charrúas terminaron el campeonato con 21 puntos y ocuparon la última posición. Un poquito más arriba quedó Central, con 23 (aunque su promedio de los tres últimos años lo puso por encima de otros tres equipos). Sea como fuere el fantasma del descenso volvió a mostrar su rostro en el viejo barrio de Arroyito y los hinchas canallas —tal vez engolosinados con la campaña del '58— se hacían Oír cada vez más. Tanto fue así que en la 24a fecha, no obstante ganarle dos a uno a un alicaído Boca Júniors en Arroyito, hubo cambio de técnico. Se fue don Juan Piotto y llegaría luego Juan Carlos Fonda. Se respiraban ya aires de renovación,qu se concretarían en la temporada siguiente con una variante que desde hacía ya unos años venían ejercitando otras instituciones: la "importación" de jugadores, a la que tampoco pudo quedar ajeno Rosario Central. 

Si en el orden futbolístico profesional la cosa no anduvo bien vale destacar que institucionalmente Central seguía la curva ascendente de su notorio crecimiento, como que poco tiempo después alcanzaría una cifra record de asociados con cerca de 21.000. Por lo demás, se creó ese año la primera Escuela de Fútbol —modelo en su género— y celebró las bodas de oro como asociado y sus propias bodas de plata como presidente una institución dentro de la institución; un modelo de dirigente y ejemplo de persona de bien: don Federico J. Flynn. 




Fuente: Extraído de la colección de Andres Bossio