miércoles, 29 de abril de 2020

Comodoro (r) Aldo Zeoli



Un rosarino padre de la astronáutica nacional 




Por Fernando Venier (h) 


El Comodoro (r) Aldo Zeoli nació en la ciudad de Rosario un 3 de junio de 1916. Cursó sus estudios primarios en la ciudad y en 1929 se inscribió en la carrera de inglés que dictaba la Academia Provincial de Lenguas Vivas de Rosario, obteniendo el título de Profesor e Intérprete de inglés en 1934. 

En 1933 ingresó en la Escuela Industrial de la Nación de Rosario, obteniendo en 1938, el título de Técnico Mecánico Nacional. 

En 1939 continuó sus estudios superiores en la Universidad Nacional de la ciudad de Córdoba, obteniendo el título de Ingeniero Aeronáutico en 1943. En ese año el ingeniero Zeoli ingresa como personal civil en el Instituto Aerotécnico donde trabaja como calculista y proyectista. Su capacidad hace que el brigadier Juan Ignacio San Martín le proponga incorporarse como oficial a la Fuerza Aérea Argentina. Incorporado al organismo, fue enviado a Inglaterra para perfeccionar sus conocimientos en el Jet Power Laboratory de Lutteworth, Inglaterra. A su regreso, Zeoli pasó a formar parte del entonces llamado Cuartel Maestre General de Aeronáutica y cuando asciende a mayor lo trasladan como jefe del grupo técnico de la II Brigada Aérea, con sede en Paraná, provincia de Santa Fe. 

En el año 1950, se recibió de Ingeniero Militar de Aeronáutica en la Escuela Superior de Aerotécnica. En 1955 es nombrado Ministro de Obras Públicas de la Provincia de Entre Ríos y en 1957 obtuvo el título de Aviador Militar "Honoris Causa", en la Fuerza Aérea República Oriental del Uruguay. 

En 1960, ya con el grado de vicecomodoro, es trasladado a la Fábrica Militar de Aviones, dependiente en ese momento de la llamada Dirección Nacional de Investigaciones y Fabricaciones Aeronáuticas (DINFIA) con el cargo de jefe del Departamento Vehículos Espaciales y Armamento. Es aquí donde Zeoli empieza a darle vida a la familia de cohetes argentinos. 

Fue el gestor principal de la base de lanzamiento CELPA (Centro de Experimentación y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados), en Chamical, provincia de La Rioja. 

Zeoli cuenta: "En 1960 recuerdo que en Buenos aires asistí a una sesión de una conferencia de investigaciones aeronáutica y espacial y en esa oportunidad pude tomar contacto con el Doctor Dryden, quien era en ese momento del vicedirector de la NASA, porque a esa conferencia asistieron muchos participantes del exterior Conversando con él me comentó de las tareas que hacían con cohetes sonda. Lo invité a ir a Córdoba a conocer las instalaciones de la Fábrica Militar de Aviones, donde yo estaba trabajando en lo que se convertiría en el Instituto de Investigaciones Aeronáuticas y Espaciales donde estábamos trabajando en cohetería, a pesar de que aún no habíamos lanzado todavía ningún cohete al espacio. Aceptó el Dr Dryen, y ahí nomás lo llevamos en un avión Guaraní construido en la fábrica y después de ver las instalaciones y hablar con los ingenieros almorzamos y después lo llevé a conversar a mi oficina. Ahí fue cuando le pedí su opinión sobre lo que había visto y que consejo podía darme. Me acuerdo como si fuera hoy, las palabras textuales queme dijo "mire Zeoli tire para arriba, porque se va a encontrar con cosas que no están escritas en los libros ". Me impresionaron mucho sus palabras y así me puse a encarar los planes para el lanzamiento del Alfa Centauro". 



El primer cohete argentino 


Zeoli mandó fabricar un cohete de investigaciones al que se le dio el nombre de Alfa Centauro APEX-A1-02. 

Sus dimensiones eran de 90 mm de diámetro y 1700 mm de largo total, soldado en un extremo y con una tobera de acero sin protección térmica en el extremo opuesto. Cuatro aletas de duraluminio caladas a 90° proporcionaban la estabilización. La carga útil de cohete estaba alojada en la ojiva que tenía simplemente un instrumental de registro directo consistente en tomas de presiones estática, dinámica y temperatura interior del módulo de carga útil, la cuál debía separase del cohete y descender en paracaídas para su posterior recuperación. 

Para el lugar del primer lanzamiento se eligió una estancia privada llamada "Santo Tomé" en la zona de la Pampa de Achala en las sierras de Córdoba, la cual su dueño había puesto a disposición de la Fuerza Aérea para la experiencia. Se bautiza el lugar con el nombre de "Base Santo Tomé". 

Finalmente, el 2 de febrero de 1961, unas treinta personas, entre militares, técnicos, algunos civiles y periodistas, se lanza el Alfa Centauro APEX-A1-02, primer cohete de investigaciones realizado en la Argentina, llegando a aproximadamente 20 km de altura. Zeoli actuaba como jefe de la operación. 

El lanzamiento resultó exitoso, aunque no se pudo recuperar el cohete en su totalidad fue la piedra fundamental de la cohetería Argentina. Tuvo tantas repercusiones este lanzamiento que el entonces Presidente de la Nación, Arturo Frondizi, envió una nota de felicitaciones para todo el equipo y posteriormente los responsables fueron recibidos en la Casa de Gobierno. 

El Presidente Arturo Frondizi felicita al comodoro Aldo Zeoli por el lanzamiento. Culminado este primer lanzamiento, Zeoli y su equipo se pusieron a trabajar en un cohete más grande, de dos etapas al que llamarían Beta Centauro, pero para ello tendrían que relocalizar la base de lanzamientos ya que esta serie nueva de cohetes alcanzarían mayor altura y por cuestiones de seguridad la Fuerza Aérea le facilitó un antiguo destacamento de práctica de tiro en el departamento de El Chamical, provincia de La Rioja. 

Con el tiempo El Chamical se convirtió en un verdadero centro espacial, con múltiples edificios, una cisterna de provisión de agua, talleres, sistemas de televisión propias, red telefónica, equipos de radio, radares, más las comodidades básicas de alojamiento para cien personas, siendo el primero en su género en América Latina. 

Zeoli y su grupo continuaron con una serie de lanzamientos exitosos con cohetes cada vez más grandes y de mayor complejidad, de los cuales podemos hacer mención de los Alfa y Beta Centauro. 


Operación matienzo 


En 1963 Zeoli comenzó a planear un lanzamiento en la Antártida Argentina. El objetivo de la experiencia era obtener la medición de la radiación cósmica entre la base Matienzo y el CELPA Chamical, las cuales distaban a casi 4.000 km entre sí. Llegado el año 1965 la Argentina se convierte en el tercer país en realizar el lanzamiento de un cohete desde el continente blanco (después de la Unión Soviética y los Estados Unidos), a través de la llamada "Operación Matienzo". Se realizaron tres lanzamientos de cohetes Gamma Centauro y los resultados arrojados por este experimento fue la comprobación de que a una altura de aproximadamente 40 km la radiación electromagnética es aproximadamente cincq, veces mayor que la lectura de superficie. 

Zeoli fue el director del Proyecto Orión, una familia de cohetes de gran tamaño y más largo alcance. Se llevaron a cabo varios lanzamientos pudiéndose alcanzar alturas de 112 km. El Orión II contaba con una longitud de 3771 mm y un peso de ciento cuarenta kilos, teniendo en cuenta los veinticinco kilos destinados a su carga útil. En esta época se llegó a celebrar un convenio entre la CNIE (Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales) y la NASA. Este última se llevó tres cohetes de la serie Orión II para ser lanzados en sus instalaciones de Wailops Island convirtiéndose en el primer cohete argentino en lanzarse en territorio de los Estados Unidos. 


El ratón Belisario 


A medida que Zeoli y su equipo avanzaba con sus proyectos, se plantearon un nuevo y difícil desafío; llevar en su cohetes a seres vivos y poder recuperarlos sin que sufrieran ningún daño. 

Se eligió un ratón para la experiencia y a principios de 1934 comenzaron diseñar el equipo de sensores e instrumental que permitiera medir ritmo cardíaco, respiración y otros datos biométricos del animal, incluidos el sistema de recuperación de la cápsula y la de bida protección de la vida del animal. 

El Proyecto de denominó BIO 1 y lanzamiento se realizó un 11 de abril de 1967 en la Escuela de Tropas Aerotransportadas de Córdoba. El cohete de lanzamiento fue un Yarara llevando a la cápsula a una altura de 2300 metros. En el interior de la cápsula se encontraba una rata a la que apodaron "Belisario". La operación resultó exitosa y se pudo recuperar sano y salvo al pequeño pasajero convirtiéndose Belisario en el primer astronauta argentino. 

Zeoli siguió incansablemente sus proyectos, diseñó cohetes de varias etapas que le permitieron alcanzar grandes altitudes y llevar más peso de carga útil. Entre esa serie de cohetes podemos mencionar a Canopus y Rigel. 


El mono Juan 


El 23 de diciembre de 1969 se realizaba el lanzamiento del Canopus II - BIO II. La experiencia se denominó Navidad". En la cápsula viajaba otro ser vivo, esta vez un mono de especie caí al que llamaron Juan. Como en proyecto anterior, también se tomaron parámetros vitales del animal durante el vuelo. El cohete ascendió a 60 kilómetros de altura y la cápsula fue recuperada a los veinticinco minutos de haber sido lanzada al espacio con su tripulante sano y salvo. El mono Juan no sufrió ningún daño durante el vuelo ni en la recuperación de la cápsula y terminó viviendo hasta el fin de sus días en el zoológico de Córdoba. Con este exitoso lanzamiento del grupo comandado por Aldo Zeoli terminaban los experimentos biológicos en cohetes argentinos. Argentina fue la cuarta nación del mundo en llevar seres vivos al espacio y retornarlos sanos y salvos, solo detrás de los Estados Unidos, la Unión Soviética y Francia. 

En 1968 es nombrado Director del Instituto de Investigaciones Aeronáuticas y Espaciales de la Fuerza Aérea Argentina. Fue Delegado Militar en la Secretaría Privada y Comisión de Investigaciones del Rectorado de la Universidad Nacional de Córdoba y Secretario Académico de la Facultad Regional Córdoba de la Universidad Tecnológica Nacional (1979 - 1983). Aldo Zeoli falleció el 19 de Agosto de 2003. 

Debido a sus logros en materia espacial, Aldo Zeoli es considerado el padre de la astronáutica de nuestro país. Esta pequeña biografía de su extensa carrera pretende honrar su memoria, al cumplirse el 3 de junio de 2016 el centenario de su natalicio en nuestra ciudad. 


Bibliografía 

Museo Universitario de Tecnología Aeroespacial, Córdoba (un agradecimiento especial a su Directora Verónica Ferraris) 

Libro "Historia de la Actividad Espacial en la Argentina", Pablo de León, 2008 

Diario "Los Principios", de Córdoba, 3 de febrero de 1961 




Fuente. Extraído de revista “ Rosario su Historia y Región” Fascículo Nº 152 . De Junio 2016