martes, 11 de febrero de 2020

MONUMENTO NACIONAL A LA BANDERA



Por Miguel Alfredo Chiarpenello 




Historia 

El Monumento Nacional a la Bandera es considerado como el "resultado de la inquietud y el esfuerzo de una multitud de hombres y mujeres que mancomunaron su acción con el objeto de erigir el Máximo Altar de la Argentinidad, en el mismo lugar en que el ilustre creador de nuestra enseña nacional la hiciera bendecir, enarbolar y jurar por primera vez el 27 de febrero de 1812. La primera celebración de tan memorable fecha se llevó a cabo 50 años después en su aniversario de 1862". Comitiva numerosa presidida por Bartolomé Mitre e integrada por oficiales de sus tropas y personalidades de nuestra ciudad recordaron el histórico episodio que Beigrano dejó impreso visitando las históricas barrancas. El acto comenzó con un Tedeum y continuó con un gran desfile militar en el que conjuntamente con las tropas de Buenos Aires desfiló un batallón de guardias nacionales rosarinos. 

El entusiasmo de los rosarinos destinado a la construcción del Monumento a la Bandera, dio lugar a que el ingeniero Nicolás Grondona dirigiera una nota al Concejo Deliberante solicitando la aprobación para levantar dos monumentos. Uno de ellos se ubicaría en la Isla Castellanos, luego Isla del Espinillo. La elección de la isla se debió a testimonios, luego corregidos, que daban a la batería "Independencia" como lugar del primer izamiento. El otro monumento de mayores dimensiones estaba previsto en tierra firme en la zona de barrancas. Al primero se lo llevó una gran crecida del río según se afirma en 1878. La segunda parte del proyecto destinado a realizarse en tierra firme nunca pudo concretarse. 

El impulso de los gobernantes rosarinos, especialmente los intendentes Luis Lamas y Miguel Culaciati siempre con el apoyo total de sus gobernados, siguieron realizando todos los esfuerzos para la concreción de un proyecto que recordara la creación de la Bandera Nacional, requiriendo en 1909 a la artista argentina Lota Mora que presentara un conjunto de esculturas dignas del espíritu de la obra. La escultora desarrolló su labor en Italia enviando al país las principales piezas esculpidas en mármol de Carrara. Sus obras, el "Espíritu de la Patria" sería un ser alado sosteniendo en sus manos la bandera; "La Libertad" figura femenina que sostiene en sus manos en lo alto unos eslabones rotos. Sobresale "El Acto de Bendición" integrado por Belgrano que portaba la enseña, un sacerdote que la bendecía y un grupo de soldados con el sable empuñado en actitud de defensa. Se conocieron también otros trabajos como la "Aclamación de la Bandera por el pueblo y el Ejército". 

Las esculturas de Lola Mora sufrieron distintas vicisitudes y no lograron superar las dificultades que impedían su concreción hasta que en 1924 una Comisión Nacional determinó lamentablemente que "carecían de valor". Las obrad permanecieron muchos años abandonadas hasta que el intendente Lejarza dispuso que fueran en su mayoría llevadas al cuartel del Regimiento 11 de Infantería. Posteriormente se trasladaron al Parque Nacional a la Bandera y se pueden apreciar en el sector del Pasaje Juramento. 

Rosario no dejó de trabajar para concretar el deseado homenaje y armó una comisión especial en 1936 que fue oficializada por el gobierno nacional por decreto N° 84678. Integraban la misma Miguel Culaciati —intendente de Rosario— presidente ; Fermín Lejarza —vice-presidente primero—; Emilio Pareto —vice-presidente segundo—; Leopoldo Uranga —tesorero—; Federico Coverton —secretario—; Juan Colombo Berra —pro-secretario—; y Emilio Solar¡, Antonio Caggiano y Federico Molina como vocales. Como consecuencia se consiguió la ley N° 12575 sancionada por el Congreso de la Nación y promulgada por el Presidente de la Nación, General Agustín P. Justo, que autorizó además "un millón de pesos como contribución al levantamiento del Monumento a la Bandera a erigirse en Rosario"La histórica, bella y monumental obra se desarrolló sobre el proyecto del Ingeniero Angel Guido y acompañado por Alejandro Bustillo, José Fioravanti y Alfredo Bigatti a los que se agregó posteriormente Eduardo Barnes. Solucionando una serie de escollos con gran esfuerzo y paciencia pero con enorme espíritu patriótico, fue inaugurado nuestro preciado monumento en 1957. 




Inauguración 

Rosario se conmovió intensamente cuando el 20 de junio de 1957 quedó inaugurado oficialmente, honrando a la insignia de Belgrano, el Monumento Nacional a la Bandera. La ceremonia contó con la presencia del presidnte provisional de la República General Pedro Eugenio Aramburu quien arribó, vestido de civil, acompañado por las más altas autoridades nacionales, provinciales, municipales, eclesiásticas y representantes de entidades locales relacionados con el quehacer rosarino, especialmente con la historia de la ciudad. 

Aramburu recibió de damas rosarinas una bandera que bordaron para esta recordada gesta. Fue entregada por la presidenta de esa comisión señora Clelia Pinasco de Martínez Díaz quien evocó la tarea de Catalina Echevarría de Vidal en la confección de la primera bandera. Luego el Cardenal Antonio Caggiano bendijo la enseña de la misma forma que en 1812 realizara el párroco de la Capilla Julián Navarro. Seguidamente la insignia fue colocada en el cable del mástil y recordando a Cosme Maciel el General Aramburu puso en marcha el mecanismo para llevarla al tope. En esos momentos las bandas militares ejecutaron el Himno Nacional. Cuando le enseña llegó a lo alto, se soltaron miles de palomas y se arrojaron paracaídas con la leyenda "Viva la Patria". Pañuelos en alto de la concurrencia y escolares de todo el país lanzaban flores y papeles azul y blanco. 


Luego de celebrada una misa de campaña las autoridades presentes se encaminaron al propileo. Una vez junto a la urna votiva cineraria del Soldado Argentino el presidente con el hisopo encendido encendió la llama perenne del fuego sagrado. Por último, la marcha de los distintos regimientos, el paso de los tanques y de otras unidades militares desfilaron marcialmente recordando la jura de la bandera en nuestras barrancas. Todos los años, el 20 de junio, los soldados juraban la bandera al pasar frente al monumento. 

Las crónicas de la época señalan que la concurrencia al acto inaugural del monumento pudo ser calculada en cerca de quinientas mil personas. El diario La Capital aseguró que la agrupación humana fue la más numerosa de que se tenga noticia de congregarse jamás, fuera de la Capital Federal. Unidos todos, sin distinciones políticas, sociales o religiosas el pueblo rosarino dio una perfecta muestra de su unión ante ldcreación de Belgrano, que nos coba a todos bajo su manto celeste y blanco. Es la bandera que amamos todos los hombres que habitan el suelo argentino. 


Del autor 

En el desarrollo del capítulo precedente no se consignó in episodio ocurrido entonces debido a que podría opacar la histórica, patriótica y magnífica ceremonia. 

A la inauguración de nuestro monumento no concurrieron ni Angel Guido, ni Alfredo Bigatti, ni José Fioravanti, ni Alejandro Bustillo. No fueron invitados y en algunos casos se argumentó que "la invitación llegó tarde"... Un ejemplo más como determinadas actitudes tergiversa u ocultan la realidad. 

Notas 

•Álvarez Juan. "Historia de Rosario" 

•Diario La Capital: "Información y comentarios" 

•Sebastianelli Néstor "Monumento Nacional a la Bandera" 

•Chiaipenello Miguel "Testimonio de una vida centenaria. Colegio del Sagrado Corazón" 




Fuente: Extraído del Libro “Historias Trascendentes de Rosario”. 2da. Edición. Imprimido en Gráfica Amalevi SRL. En agosto 2015.-