viernes, 27 de septiembre de 2019

VILLAS EN ROSARIO




Estos nuevos asentamientos fueron concretándose en las márgenes de la ciudad, ocupando tierras públicas o privadas, careciendo de equipamiento mínimo e in dispensable, sin garantías de subsistencia decorosa, sin agua corriente ni luz eléctrica, sin desagües cloacales, gas ni transporte. 

La construcción de las viviendas al igual que los usos y costumbres de sus habitantes diferían del resto de la población. Dada la falta permanente de trabajo estable de sus moradores, no resultaba extraño que las viviendas estuvieran hechas con materiales obligados como la paja, el cartón, la chapa, la madera de segunda, las latas, el cartón prensado. 

Su ubicación geográfica en el plano de la ciudad, conforma una especie de "L" con base en el sur del municipio, iniciándose en la intersección de la Avda. de Circunvalación y prolongándose hacia el sur en la dirección dada por las vías del ferrocarril hasta el cruce con Avenida Quintana, lugar donde se asienta en dirección este hasta la costa del Paraná. Las más densamente pobladas se encuentran hacia el lado del Saladillo: La Tablada y Bajo Saladillo, instaladas en una gran franja que se recuesta sobre las barrancas, y que se extiende desde Avda. 27 de Febrero hasta las puertas mismas del frigorifico Swift .

Las veinte manzanas de la villa del Bajo Saladillo se ubican al sudeste de Rosario, lindando al norte con la Avda. Uriburu, al sur con el arroyo Saladillo, al oeste con las vías del ferrocarril Mitre y al este con el río Paraná. Un relevamiento efectuado en 1969 por un centro de estudios sobre población y familias en villas de emergencia, consignaba que la población era cercana a los 4.500 habitantes, provenientes en su mayor parte de la zona del Litoral y en especial de las provincias de Corrientes y Entre Ríos. 

El asentamiento contaba con una vicaría, la de Nuestra Señora de ítatí, con un dispensarlo y una escuela parroquial. El relevamiento socioeconómico mostró que la mayoría de los habitantes no contaba con trabajo fijo, limitándose éste a changas en el puerto rosarino o en los frigoríficos de la zona, incluido obviamente el Swift. Pese a ello, el estudio detectó una alta concurrencia a la escuela para el ciclo primario y la existencia de un centro de acción social que actuaba como guardería, en donde los niños eran atendidos mientras sus padres trabajaban. 

La mayoría de aquellos niños del '69 permanecen en el Bajo Saladillo y la población de entonces creció considerablemente porque las instalaciones "provisorias" aún muestran sus rudimentarios materiales. Las características de la economía local —coincidente con la del país— no aumentaron las posibilidades laborales, sino por el contrario, las disminuyeron y esta situación determina el mantenimiento de condiciones de vida muy severas de marginación social. 


Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario Historias de aquí a la vuelta”. Fascículo N.º 15. Autoras: Sandra A. Bembo- Nelly I Sander de Foster- Marisa Rocha. Junio 1991