jueves, 12 de septiembre de 2019

UN COMIENZO POCO PROMISORIO

 
Por Andrés Bossio



Las finanzas no daban para mucho. En realidad, para nada. El equipo salió prácticamente con los mismos hombres del año anterior, mereciendo apuntarse la reincorporación del "Torito" Aguirre, recuperado tras una lesión que lo mantuvo mucho tiempo inactivo. Sin embargo, su condición física se tornaba por entonces irreversible y sólo pudo jugar cinco partidos (los últimos con la camiseta que tantas alegrías le dio) convirtiendo apanas un gol. Pero el equipo de Arroyito siempre tuvo una virtud: sacar, como de la galera de un mago, una estrella refulgente cuando otro estaba declinando, sobre todo, tratándose de delanteros. Se fue Rubén Bravo y vino Alejandro Mur. A. Hohberg y Santos los reemplazaron Humberto Rosa y Luis Bravo. Luego vendría Oscar Massei, tras él el "Gitano" Juárez, más tarde Marcelo Pagan¡ y el "Flaco" Menotti, hasta llegar a Kempes, pasando por Aldo Pedro Poy. Así ocurrió en aquel año de 1951, el del segundo círculo del infierno tan temido: un muchacho silencioso, que había llegado sin ruido desde su originario Sportivo Nueva Era, de Chovet, se erigió de pronto en la figura esencial de aquel sueño canalla: Eduardo Di Loreto sería, por mucho, figura clave del ascenso tan querido.

Pero el inicio no pudo ser más desalentador. El equipo que empezó alistando a Botazzi; Virginio y Blanco; Caruso, Inveninato y Altomonto; Tisera, Rosa, Di Loreto, L"Epíscopo e lntini, perdió en su primera excursión a Buenos Aires. lLo venció Los Andes por dos a una, anotando el único tanto auriazul el centrodelantero Di Loreto. Por esos caprichos del programa, la segunda fecha le volvió a llevar a Buenos Aires, donde empató uno a uno con All Boys, oportunidad en a que el elenco auriazul contó con dos de los habituales titulares, que no habían estado en eh debut: Brito (que desplazó a lnveninato) y el eterno 'colorado" Fogel, que dejó afuera a Altomonte. Di Loreto, que se lesionó el partido anterior, c'ejó su puesto a Humberto Rosa, jugando en lugar de éste el "negro" Antonio Gauna. Ese día el héroe de la cancha fue Pedro Botazzi, que las atajó a todas, menos una. Le patearon dos penales, sacó uno, entra eh otro. La reaparición de! centrodelantero de Chovet le dio a la semana siguiente el empuje necesario como para gaiarle fácil a Argentinos Júniors; tres a cero fue el marcadot, con tantos de Di Loreto, Portaluppi y Tissera.

En la cuarta fecha se produce la esperada reaparición del "Torito" Aguirre. Es de Santa Fe, ante Colón, uno de los principales animadores del torneo. Waldino Aguirre consigue un gol, Di Loreto (cuándo no) el otro para empatar con los Sabaleros dos a dos. Tras un triunfo cómodo ante El Porvenir en Arroyito, el equipo vuelve a caer derrotado en la sexta fecha ante Argentinos de Quilmes. La cosa es preocupante porque el elenco aun-azul ha reunido sólo 6 de los 12 puntos disputados, en tanto se cortaba entonces como único puntero Almagro, que ganó los seis primeros partidos, Una fácil victoria ante Defensores de Belgrano da a los centralistas una alegría que apenas duraría una semana; siete días después vuelve a caer ante Témperley. Las cosas se ponen feas y dos victorias seguidas —la segunda ante Nueva Chicago en el difícil reducto de Mataderos— da nuevos bríos a los jugadores canallas y una inyección de optimismo a su hinchada, que se apresta a presenciar en Rosario un partido clave: Almagro, gallardo puntero, enfrenta a Central. Portaluppi y los hermanos Vairo —Juan y Federico— hacen explotar de emoción la vieja cancha al lograr los tres tantos con que el elenco de barrio Arroyito bate a su oponente, achicando las distancias, Ese partido, además, mercó una firme recuperación que se consolidó una semana después al lograr un valioso empate en Santa Fe ante Unión, para cerrar la primera rueda con tres victorias sucesivas: ante Talleres, Dock Sur y Excursionistas.



Fuente: Extraído de la Colección de Rosario Central. De Andrés Bossio