viernes, 17 de mayo de 2019

Los terrenos propios 1946-1949



Por Fabián Bázan




Para los centralistas, la cuestión del terreno propio era una idea fija, una obsesión que se transmitía de generación en generación. Desde el mismo nacimiento del club este tema había acentuado las diferencias con los ingleses del ferrocarril y el punto final había sido la liberación de la tutela de la empresa, allá por 1925» (30).

Es por ello que el 25 de junio de 1946 Central compra, en subasta pública, unos terrenos del Central Argentino ubicados en la manzana que circundan las calles Av. Pellegrini, Vera Mujica, Iriondo y Pje. Boero para construir su futuro Estadio Monumental. El 2 de septiembre del mismo año se firma la escritura respectiva.



«Eran 38.665,16 metros cuadrados por los que Don Adrián Giannini —dirigente y miembro de la Subcomisión de fútbol— peleó con funcionarios del Ferrocarril Central Argentino —propietario del predio—hasta lograr las ventajas de financiación y precio que tornaron posible la adquisición. La Comisión Directiva - que presidía don Roberto Monserrat— resolvió en su reunión del 25 de junio de 1946 aprobar y apoyar todo lo actuado por Giannini. Y convocó a la familia centralista a avalar aquella operación, que fue finalmente corroborada y consolidada definitivamente el 2 de septiembre cuando se firmaron las pertinentes escrituras» (31).

Es imperdible el relato de la subasta hecho por la sabia pluma de Jorge Brisaboa, porque demuestra la catadura de la que estaban hechos aquellos mitológicos canallas de la época, dispuestos a todo para lograr el sueño de la casa propia:




«Aquella compra se había concretado en un remate, precisamente del ferrocarril Central Argentino (¡cuando no!), producto de la visión del presidente Roberto Monserrat y de la picardía —y algo más— de un grupo de hinchas 'canallas' liderados por el 'Gringo' Adrián Giannini, quien además había sido el buscador de ese espacio verde.

El escenario de la adquisición fue uno de los salones de la Bolsa de Comercio. Entre quienes acompañaban a Giannini estaba Alfredo O'Shea, el hincha—periodista: 'La cosa es que la tarde del remate un grupo numeroso de centralistas, por supuesto, bien aleccionados, hacíamos vigilia en armas esperando la hora decisiva... Los que estábamos nos conocíamos todos salvo tres personas fácilmente identificables por sus boinas que evidentemente iban a participar de la puja, ¿y estos vascos?, nadie los conocía, rememoraba años después O'Shea.

—Hablemos con ellos— reaccionó con rapidez el Gringo Giannini.

En ese mismo instante el rematador Virgilio Sánchez Granel abrió el juego de ofertas:

—La base es 250 mil pesos.

—251 mil—gritó uno de los vascos.

—252 mil—contragolpeó el presidente centralista Roberto Monserrat, junto a quien estaban otros directivos y el gerente interino Alberto Errico.

El grupo de la hinchada, mientras, ya rodeaba a los vascos.

1946- 1949 - Los terrenos propios

'Les decíamos que el club necesitaba los terrenos para un gran estadio, que patatín, que patatán. Los vasquitos sabían de fútbol y de Central tanto como si les hablaran en groenlandés, así que prestaban atención muy gentilmente pero querían seguirla en las ofertas. Giannini y nosotros los queríamos convencer de que no terciaran en el asunto', contaba O'Shea reviviendo el 'apriete'.

¿No hay quién de más?— apuraba el martillero.

Los vascos seguían rodeados, estaban dispuestos a subir la propuesta pero desorientados por lo que O'Shea definió como 'amigable charla'.

—Una... dos... yyyy... tres... adjudicado al Club Atlético Rosario Central— bajó el martillo Sánchez Granel.

La operación se cerró en 252.000 pesos, de los cuales Central entregó al contado 50.000 ye! resto en cinco cuotas iguales y anuales.

'La Capital', en su edición del 26 de junio de 1946, consignó que 'los socios del club que se encontraban presentes se manifestaron dispuestos a iniciar un movimiento con el propósito de colaborar con las autoridades de la entidad, a fin de facilitar el cumplimiento de la deuda contraída'.

Giannini y sus amigos habían hecho el 'trabajo sucio' para que el costo no se fuera tan arriba y el club pudiera comprar los terrenos. Ahora saldrían a buscar la plata» (32).


Por aquel entonces « ... el Gobierno de la Nación comenzó a dar prioridad a las obras destinadas a difundir la práctica del deporte. Racing estaba construyendo en Avellaneda un monumental estadio (que inauguraría en 1950) y otras instituciones menores recibían créditos a largo plazo para construir o mejorar sus instalaciones. Los directivos de Central enteraron al senador nacional Alejandro B. Giavarini de las ambiciones que envolvía a aquella gestión, que bien pronto dio sus frutos; no bien acreditadas la solvencia y trayectoria de la institución así como los fines para los que sería destinado el préstamo solicitado, el Gobierno Nacional dictó el decreto n° 1634 del 23 de enero de 1947, que en su parte resolutiva dice textualmente: 'Artículo 10. Acuérdase al Club Atlético Rosario Central, de Rosario, un préstamo de hasta un millón quinientos mil pesos ($1.500.000 m.n.) moneda nacional, que podrá hacerse efectivo una vez reunidos los antecedentes e informes y llenados los requisitos exigidos por las disposiciones para la realización de tales beneficios, con destino a la financiación de obras en su campo de deporte sito en Rosario para la exhibición y práctica de la cultura física. Fdo.: Juan Domingo Perón (Presidente) Ramón A. Cereijo (Ministro de Hacienda).

Los antecedentes, informes y requisitos mencionados por dicho decreto llevaron un largo año de gestiones y trámites hasta que el 6 de abril de 1948 —cubiertos todos los recaudos legales exigidos por el Gobierno— se dictó un minucioso, extenso y esclarecedor decreto en el que se estipulan todas y cada una de las exigencias oficiales, el destino de los fondos adelantados, la forma de proceder a su devolución, las garantías y todos los demás extremos normales en estos tipos de créditos que, no obstante la frecuencia con que eran otorgados, no constituían fondos facilitados alegremente. Todo un proceso engorroso de largos trámites y barreras burocráticas debían ser superadas hasta poder disponer de los mismos.Junto a todos los términos de la relación que regía aquella vinculación entre el Club y el Gobierno de la Nación vale la pena transcribir el artículo 11 de aquel Decreto n°9797 del 6 de abril de 1948 que, junto a Perón y a Cereijo, suscribía el ministro de Obras Públicas, Juan Pistarini: 'El Club Atlético Rosario Central se obligará a acordar las franquicias que oportunamente requiera el Gobierno de la Nación y el de la Provincia de Santa Fe para los alumnos de la enseñanza primaria y media para la práctica de los deportes y concurrencia a los espectáculos deportivos por él organizados» (33).



Notas

31-Bossio, Andrés; op. cit.

32-Brisaboa, Jorge; op. cit

33-Brisaboa, Jorge, op. cit.




Fuente: Extraído del Libro “ El Gigantte de Arroyito – La verdadera historia. Año 2009.Editorial. Cultura Canaya.