viernes, 18 de enero de 2019

LA TRIUNFAL CAMPAÑA AURIAZUL




Por Andrés Bossio

Diecisiete equipos integra­ron la nómina de conjuntos que disputaron en 1942 el tor­neo de ascenso de la Asocia­ción del Fútbol Argentino. El número impar determinó que cada elenco tuviera una fecha libre de compromisos en cada rueda. A Rosario Central le to­có descansar justamente en la primera jornada por lo que re­cién debutó al cumplir los res­tantes elencos su segundo compromiso. Fecha a fecha, con el respectivo resultado y los goleadores centralistas, és­te es el detalle de la triunfa! campaña auriazul.

La impresionante campaña de Central le llevó a alzarse con el título en disputa tras 25 encuentros ganados, 3 em­patados y 4 perdidos. Y mar­có todo un récord en el fútbol profesional argentino al con­quistar en sus 32 partidos disputados nada menos que 118 goles a favor contra sólo 39 que sufrió su defensa. Co­mo punto de referencia toma­mos el más famoso, contun­dente y recordado quinteto (en esa época eran quintetos ofen­sivos) que señaló una marca inigualada en goles converti­dos en toda la historia de la primera división; al quinteto de Independiente, integrado en casi todos sus compromi­sos con Vilariño, de la Mata, Erico, Sastre y Zorrilla, que llegó a una marca de 115 go­les a favor contra 37 que su­frió su defensa en el campeo­nato de primera división de 1938, en 32 partidos oficiales. 

Como podrá advertir el lec­tor, en idéntica cantidad de encuentros disputados (aun­que en distintos certámenes), la delantera de Central (Vila­riño, De Cicco, Bravo, Aguirre y Vidal) de 1942, logró 3 go­les más que la famosa línea de ataque de Independiente. 

Es fácil deducir a través de! seguimiento atento de la cró­nica de este brillante año cen­tralista, que el máximo golea­dor fue Waldino Aguirre, quien conquistó 32 tantos; Rubén Bravo le siguió con 18 y, en­tre de hombres de bien— a quie­nes le habían antecedido en las difíciles circunstancias vi­vidas en 1942. Al hacer el ba­lance de las dificultades que debieron afrontar, dice la me­moria de aquel período que " .. .venía la institución de pa­sar por el trance más difícil de su historia, y si bien quie­nes la dirigieron en el año de la terrible prueba supieron poner al servicio de la gran causa de recuperación deportiva, valentía, dedicación y sa­crificio, uniéndose a ello el po­deroso factor del aliento y ca­riño de socios y simpatizantes, pudo la institución surgir mo­ral y deportivamente, no dejó empero de sufrir serias lesio­nes en su estructura económi­ca, capaces de socavar las ba­ses de su propia existencia". 

Es que —añadimos no­sotros casi medio siglo des­pués— fue desbordada; el baile, los besos, llantos y abra­zos siguieron por las calles ad­yacentes, en los cafés, en las veredas. Fue una noche larga, prolongada por un sentimien­to que clamaba orgulloso la ra­zón y el motivo de semejante desenfreno; el sentimiento por una casaca con una dilatada y brillante historia; esa noche, miles de anónimos rosarinos, estaban escribiendo una pági­na más para agregarle a aque­lla. Nadie pensó en el ham­bre, la sed o el sueño. Todos querían gozar ese momento inolvidable: CENTRAL ERA EL CAMPEON. ¡CENTRAL RETOR­NABA A LA [PRIMERA DIVI­SION! 

Quedaban todavía dos par­tidos por disputar pero.la co­sa estaba ya .terminada para todos. Estaba el campeón, Central y el condenado al des­censo, El Porvenir. Vendrían dos partidos últimos en uno de los cuales ef stguiente a su consagración— los jugado­res auriazules se tomaron re­vancha de la derrota infligida por Dock Sur, apabullando a su rival por 9 a 0; para terminar, con un equipo integrado por varios suplentes, ganansole a Temperley por 1 a 0, que cedió su condiión de local y se vino hasta Arroyito para asociarse a los festejos preparados para celebrar la despedida de la división B. 

La pesadilla había pasado Central estaba, otra vez en el lugar que le correspondía. 
Fuente: Extraído de la Colección de Rosario Central. Autor Andrés Bossio.