jueves, 30 de agosto de 2018

Los nuevos criterios



Pocas actitudes confirman el ocaso de una clase, como la negación, casi sistemática, de la nueva clase empresaria: una racionalización para justificar la resistencia al ingreso de un grupo humano a los círculos elevados, sin sospechar que el nuevo empresariado está cumpliendo el mismo ciclo que algunos cumplieron hace medio siglo. 'Juan Fuentes firmaba con una cruz —comenté días pasados un miembro del Club Rosarino de Pelota—, pero sus nietos se educan, empiezan a frecuentar clubes, a relacionarse y terminan siendo amigos de todo el mundo". Los nuevos hombres de negocios, por otra parte, no comparten la opinión del desfalleciente patriciado; aún más, les es absolutamente indiferente.

"No creo que haya diferencia entre las familias tradicionales y las empresarias - dice Renato Vaschetti (54 años, casado, 1 hijo), fabricante de vinos—; desde luego que la ciudad ha sufrido un cambio empujada por sus hijos, pero, después de todo, somos rosarinos y seguiremos trabajando para Rosario". Sin embargo, la opinión del dinámico industrial no es compartida por Dora Fortuni de Bernardelo (52 años, casada), presidente de la Asociación de Mujeres Empresarias: 'Aquí el que ha trabajado es conocido aunque traten de oprimirlo ciertos sectores sociales —sentencia, sentada en la mesa de directorio de Pedro Fortuni S.A.I.C.—; el industrial, gracias a su empresa, da ocupación a varias familias. Si un miembro de la clase alta no hace nada por ellas, entonces es más importante el industrial". Pero ninguna definición parece ser más acertada, para ilustrar una realidad, que la que desliza la empresaria Bernardelo: "En Rosario ya no hay clase alta: el Jockey Club es el mejor ejemplo".

"No creo que haya diferencia entre las familias tradicionales y las empresarias —dice Renato Vaschetti (54 años, casado, 1 hijo), fabricante de vinos—; desde luego que la ciudad ha sufrido un cambio empujada por sus hijos, pero, después de todo, somos rosarinos y seguiremos trabajando para Rosario".
Fuente: Extraído del Libro " BOOM La revista de Rosario Antología". Edición de Osvaldo Aguirre. La Chicago Editoria. Año 2013