lunes, 9 de julio de 2018

SOCIEDAD FILARMONICA DE ROSARIO


Por Nicolás E. De Vita



Pocos años después de creada la antes recordada Orquesta Sinfónica, teniendo en cuenta no sólo el enorme éxito obtenido por la misma y del total apoyo que la comunidad le brindaba; un grupo de excelentes ejecutantes en cada una de las especialidades, que por falta de lugar habían quedado al margen de la plantilla de aquella, con el apoyo incondicional de reconocidos maestros rosarinos y apuntalados por personas no profesionales pero sí amantes a la buena música, resuelven de común acuerdo crear una nueva entidad musical a la que se le da el nombre de "SOCIEDAD FILARMONICA DE ROSARIO", y con ello la formación de una gran orquesta clásica para así también poder brindar a la culta población de Rosario espectáculos de alta jerarquía artística para los "amantes de la armonía" y por extensión a los "amigos de la música", como se define a lo filarmónico en los diccionarios de la especialidad. En verdad, con esta nueva orquesta lo que se creaba era otra Sinfónica más pues, en términos académicos, entre una de ellas, otra Filarmónica y otra Sinfo-Filarmónica, no existe el menor vestigio de diferencias; las tres cumplen el mismo rol musical. 

Es así como la ciudad de Rosario, que, durante tantos años no había podido contar con tan sólo una discreta orquesta clásica, de improviso y por circunstancias fortuitas se ve de pronto felizmente prestigiada con la existencia de dos excelentes formaciones las que, con evidente y no disimulado deseo de sobresalir una sobre la otra, van a procurar en cada una de sus presentaciones un desmedido deseo de superioridad, bajo ningún concepto criticable dado que al final de cuentas, el único beneficiario lo habría de ser el público asistente a cada concierto, y por ende, la ciudad. 

Entre una y otra disciplina, la orquesta estable de la Sociedad Filarmónica de Rosario llegó a contar con un plantel de más de 70 ejecutantes, e hizo su debut oficial el día miércoles 19 de mayo de 1937, a las 21.30 horas, en el Teatro Colón, también ante una sala totalmente colmada de público. En esta oportunidad, la dirección de la misma estuvo a cargo de cuatro excelentes directores rosarinos: los maestros Orestes D'Alo (viejo vecino de nuestro barrio), Humbertó De Nito, Aldo Gily, y Nicolás Mignona; quienes se alternaron en la conducción, y el programa preparado al efecto lo fue en base a las siguientes composiciones: Primera Parte: a) Ricardo Wagner: Rienzi-Obertura, con la dirección del maestro D'Aló; b) Humberto De Nito: Petite Suite; Invocación, Gavota, Marcha Tártara, con la dirección del mismo autor; c) Héctor Berlioz: Danza de las Sílfides. Tchaicowsky: Andante cantábile del cuarteto, op. 11, para arcos solos, con la dirección del maestro Gily; y d) Luis Mansinelli; Cleopatra: Oberture, con la dirección del maestro Mignona. 

Mientras que en la segunda parte se abordaron los siguientes temas: a) Ricardo Wagner: Tristán e Isolda, Preludio y Muerte de Isolda, con la dirección del maestro Gily; b) Carlos María Weber: Invitación al Vals, con la dirección del maestro Mignona; c) Manuel de Falla: El Amor Brujo, de la Danza del Fuego, con la dirección del maestro De Nito, y d) Pietro Mascagni; Isis: Himno al Sol, con la dirección del maestro D'Aló. 

Como lo hemos dicho anteriormente, este conjunto orquestal no contaba con un director estable, razón por la cual durante todo el tiempo de su vigencia el podio, además de los maestros antes recordados, fue ocupado por otros no menos prestigiosos, tales como: Juan Bautista Massa; Luis Mílici; José de Nito; Gustavo Funoli; Tomás Santestéban; Ricardo D. Scarafía, etc.; como así también por otros argentinos, como: Luis Gianneo; Bruno Bandini; José María Castro y, extranjeros, como: José Iturbi; Ricardo Engelbrecht; Manuel Almirall; Pablo Red¡; Erwin Leutcher; Alberto Wolff; Kurt Pahien, etc. 

A su vez como solistas, en distintas oportunidades lo hicieron: En Piano: Josefina Prelli; Nino Rossi; José y Amparo Iturbi; Francisco Amicarelli; Jorge Sandor; Wladimir Padwa; Arminda Canteros de Farruggia; Nicolás A. Alessio; Arturo Rubinstein; Celia Peñagaricano, di Miliner; Rudolf Firkusny; Wiltod Malcuzzynsky; Luis Camponovo; Claudio Arrau; Herberto Renison; Haydée Giordano; Lía Cimaglia Espinosa; Elsa Piaggio de Tarelli; Lisardo Varela, y Estrella Gregorio. En Violines: Pedro F. Napolitano; Mischa Elman; Carlos F. Cilario; Roger Salmón; Ricardo Odnoposoff; Yehudi Menuhin; Julián Olewsky; Carlos Pessina; Henryk Szering; Juan Alma; Lorenzo Romeo; 'iliana Solodkow. En Violoncello: Pedro Farruggia y Ramón Villacfára. En Flauta: Angel S. Martucci. En Oboe: Alfredo Perona. En Arpa: Tosca Barbacci. En Canto: las sopranos: María Luisa Coll Casas de Cuminetti; Julia Samiñán; Perla Valls y Haydée Lydia Varela; el tenor Mario Miglietta (también vecino de nuestro barrio); las contraaltos: Emma Brizzio y Yolanda Fiora; el Bajo: Jacobo Krasnopiurko y el Coro Estable de Rosario. 

Esta orquesta, en su mejor momento, estuvo integrada por el plantel de músicos que, por instrumento y por orden alfabético, se indican a continuación: VIOLINES: Juan Alma, José Abbati, Mario Bagnoli, Alfredo Barone, Antonio Bianchimano, Learte Carroli, Gerardo Cristinziano, Salvador Eskenazzi, Bruno Fernagni, Gustavo Funoil, Emilio Franchini, Dermidio Guastavino, Emilio Hanisch, Rafael Koren, León Liberjen, Enrique Lomónaco, Vicente Pendino, Mateo Pintos, Poliuto Pividor, Elsa Rittershaus, Lorenzo Romeo, Armando Sabatini, Luis Santiago Schiozzi, Samuel Schneider, Hermann Silberstein, José Valdivia, Marcos Waldmann. VIOLAS: Alberto Codina, Oscar Costa, Luis D'Antonio, Alberto Farruggia, Luis Freysselinard, y J. Zoppetti. VIOLONCELLOS: Andrés Barone, Genaro Della Barca, Pedro Farruggia, Juan Mazzoni, Felipe Milia y Enrique Storani. CONTRABAJOS: Salvador Alma, Vicente Ingro, Antonio Laddaga, Carlos Sanbucety, Antonio Sánchez y Marcelo Yocco. FLAUTAS: Juan Marino, Antonio Ragusa y Pedro Ritagliati. CLARINETES: Antonio Alessio y Rafael Módica. CLARINETE BAJO: Juan Angelone. OBOES: León Burgevin, Guillermo Kruger y Rodrigo Storani. FAGOTES: Francisco Alvarez y Héctor Barsotti. PISTONES: Tomás Lepere, Juan Mílici y Silvestre Panella. CORNOS: Miguel Alessio, Eduardo Balaña, Nicolás Benedetto y Francisco di Biassio. TROMBONES: Salvador Cigno, Anacleto Maero y Pedro Rossito. BAJO TUBA: Vitale Conti. TIMBALES: Mario Francisco Pinto. BOMBO: Luis Carbone. ACCESORIOS: Vicente Lepere. PIANO: Luis Mílici. ARPA: Tosca Bardacci. 

Si bien esta notable formación orquestal no llegó a sobrevivir 10 años, durante ese lapso de tiempo su labor fue más que proficua. Conciertos, audiciones, colaboraciones, etc., fueron más que numerosas, entre las cuales por su importancia merecen ser recordadas. Su intervención en los actos realizados con motivo de la celebración del 25° Aniversario de la ordenación sacerdotal del entonces Exmo. Obispo de Rosario, Monseñor Dr. Antonio Caggiano; 250 Aniversario de la fundación de la Biblioteca Argentina y de la entidad "El Círculo"; los conciertos auspiciados por el Instituto Dante Alighieri, los realizados como parte de los programas oficiales de celebraciones de las semanas de julio y de Rosario, del Tercer Congreso Provincial del Niño, del Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Matemáticas, y de la Banda de Policía; las audiciones escolares en el Teatro Colón, con asistencia de más de un millar de niños y que estaban precedidas por interesantes charlas educativas pronunciadas por ese gran escritor y periodista de Rosario que se llamó Don Antonio Casablanca; el concierto homenaje al Maestro D. Juan Bautista Massa; su intervención en las Fiestas de la Coronación de la Virgen de Rosario; el de homenaje al Diario La Capital en su 75° aniversario, y a la Biblioteca Argentina en su 300 aniversario; los conciertos auspiciados por el Club Rosarino de Autores y Compositores y por la Asociación Amigos del Arte de Santa Fe; el Festival Bach que, con la colaboración del Coro Estable de Rosario, tuviera un éxito notable, sus actuaciones en distintas localidades del interior de nuestra provincia; y, finalmente, la inolvidable audición que al aire libre y en el Parque Belgrano, bajo el auspicio de la Municipalidad de Rosario, fuera realizada en los últimos días del año 1946 y que, prácticamente, marcó el final de esta formidable agrupación musical que, a pesar de los años ya pasados, se la sigue evocando con cariño. 


Fuente: Extraído del Libro ¡Echesortu! ( Ciudad pequeña, metida en la ciudad) Apuntes para su futura historia ( ensayo) y Segunda Parte (Miscelaneas de la Ciudad). Editorial Amalevi. Agosto 1994