lunes, 23 de octubre de 2017

ZAPATERO BOCHIN CLUB

Por Oscar Delgado



Como olvidado por la gente pero no por nosotros que realizamos esta recorrida barrial, para finalizar nuestro diccionario histórico con la “Z”; nos referimos a continuación al Zapatero Bochin Club, de Barrio Industrial.

La institución nació el 28 de julio de 1940. Dirige sus destinos Víctor Gallo, acompañado por Gustavo Martínez y Jorge Raffo, entre otros. Su nacimiento se produce en la calle Casilda y Díaz Vélez, enfrente había terrenos baldíos que se utilizaron para las canchas de bochas, siendo, la primitiva actividad de la institución; según el amable relato de uno de sus vocales y actual encargado del club, Roberto Mazzoli, que frecuenta diariamente "su segunda" casa desde los 18 años. En 1947, el "Zapatero" se traslada a su actual casa propia, en Díaz Vélez 146. Poseen tres salones con amplias dimensiones, más un terreno al fondo cuidado con esmero donde el verde ofrece esparcimiento a los parroquianos que desean disfrutar de un asadito al aire libre aprove­chando sus parrilleros.

Don Roberto evoca años de aquella juventud cuando concurría casi todas las noches a cumplir con un ritual como era jugar un partido de bochas y comer lupines y maníes con una cervecita. Como se diría, "diversión sana y en familia". Pero aquel tiempo quedó atrás, la institución ya no cuenta con canchas de bochas, ni campeonatos de mujeres bochófilas, que se hacían los sábados y domingos. De aquella época queda un destacado bochófilo: Basilio Misisuck, el popular "Basa". Hubo de buscarse otras distracciones para cautivar al barrio y fue así que se hicieron grandes bailes, peñas folclóricas y tangueras. "Recuerdo que supo venir el popular bailarín de tangos Martínez, (recién llegado de Europa) y que todavía anda por el barrio con un caballo y una jardinera. Hoy los socios ascienden a 40, más algunos pocos vitalicios, pero para atraer a la juventud y a los chicos del barrio, hemos dispuesto días y horarios para gimnasia de mujeres, yoga, tae-kwondo y patín. Si un socio necesita las instalacio­nes para algún cumpleaños familiar o casamiento, el club le da lugar con gusto, a cambio de una módica suma que debe abonar por el alquiler de sillas, mesas, limpieza y gastos de luz. Aunque el costo más grueso se lo llevan los impuestos que se cobran por la emisión de música", agrega sonriendo Mazzoli. "Supimos hacer cenas populares como para la agrupación centralista 23 de Noviembre, con más de 350 personas, asistiendo jugadores como: Eduardo 'Chacho' Coudet." El club también cede sus instala­ciones en forma gratuita a entida­des como: la escuela Simón de Iriondo o la Iglesia Don Bosco. Un presidente muy capaz y recordado por la barriada fue Juan Borgú, hombre que supo liderar la institución en sus mejores años. Otro baluarte de la misma, es Juan Freijomil, que "sólo" cuenta con 89 años y permanece históricamente al lado de su club como actual síndico. Y un símbolo, es su divisa, que muestra su escudo con los colores azul y blanco en forma de banderín (tal como lleva el niño en la foto) y que está en la puerta del club. Según Roberto Mazzoli, aquellos jóvenes se decidieron por ese nombre ya que antaño el día lunes, por su fundación, era el día franco del panadero, del peluquero y del zapatero; costumbre que también, ya quedó en el olvido. En cuanto a la vida social y deportiva actual no pasa desaperci­bida la actuación de un colega de los medios, Jorge Palavecino, actual profesor de tae-kwondo, y que lleva más de 10 años entrenan­do a chicos del vecindario. Palavecino, es actual operador de radio en LT8 y se encarga del entrenamiento de un grupo de 25 niños. Como usted lector podrá comprobar, cada recinto social barrial, tiene lo suyo y "Zapatero" también.

Fuente: Extraído de la Revista “ Rosario, su Historia”, Fascículo N º 45 Setiembre del 2006